Capítulo 17

9 2 0
                                    

 Regreso al departamento e intento ocupar mi mente ordenando un poco, limpiando y lavando esa ropa que se había acumulado durante toda la semana en la silla dentro de mi habitación. Le envío un mensaje a Leo y horas después aparece con una bolsa de comida china. Tomo la bolsa, la coloco sobre la mesa y luego mi mano abierta choca en su nuca, quien en este momento me observa extrañado mientras frota la parte de atrás de su cabeza con una mueca.

— ¿Estuviste hablando con Emilia, no? La conoces mejor que yo y aun así decidiste contarle eso que te dije sobre ella cuando la conocí —vuelvo a pegarle—. Si serás idiota. Lo vi en su cara, ella no quiere saber nada conmigo, ni con una relación. ¡Hiciste que perdiera al amor de mi vida!

— ¿Y qué más quieres? —Dice sentándose a la mesa y abriendo las bolsas con comida—. Si luego le pides que se casen contigo y salen corriendo con el primer ex novio que aparece. No deberías esforzarte tanto por un par de piernas. Disfruta lo que dure y luego encontrarás a otra, siempre lo has hecho ¿Qué te impide seguir haciendo lo mismo? —Enarco una ceja no dando crédito a lo que justamente él me está diciendo. El romántico empedernido, al que tenía que atizar de vez en cuando para que baje a la realidad.

— ¿Te estás escuchando? ¿Qué pasó contigo, un cavernícola se comió tu lado ñoño? —Hace una mueca de tristeza.

— Julia... me pidió un tiempo. El idiota del que estuvo enamorada la mayor parte de su vida apareció. Resultó ser el tipo que trabaja para Emilia en la florería. Desde anoche que no vuelve a casa. ¿Qué hice mal, hermano? —Se lamenta mientras sostiene su cabeza con sus manos y luego da un puñetazo a la mesa.

— Quizá estemos destinados a que nos rompan el corazón... —Es lo único que puedo decir—. Mira, hermano, ella está loca por ti, tal vez este tipo le movió un poco el piso y necesita estar completamente segura del paso que van a dar juntos. Vamos, tienes que tener un poco de fe en ti mismo, eres un gran partido. —Digo guiñándole un ojo y él sonríe.

Miro por enésima vez el teléfono, pero sigo sin recibir noticias de Emilia ni de la radio. Decido enviarle un mensaje cuidadoso para que no se sienta presionada.

Yo: Hola Colo ¿Cómo va la boda?

Colo: Bien. Todo quedó perfecto. Gracias

Yo: ¿Te traerá el nerd o lo dejas y vienes? Te dejé algo de comida china que trajo Leo.

Colo: Suena delicioso, pero creo que estaré un rato más aquí. Todavía tengo que repartir mis tarjetas a los invitados. No me esperes despierto.

Yo: No te preocupes por eso, Colo, tengo ganas de dibujar así que estaré despierto incluso hasta cuando vuelvas.

Pasan diez minutos y no recibo respuesta a pesar de que dice estar en línea.

Yo: ¿Regresarás?

Decido no esperar su respuesta y como le dije tomo mi block de hojas y comienzo a dibujar. Me dejo llevar por tanto tiempo que Leo se cansa de ser un cero a la izquierda mientras me pierdo en ese mundo y se va, dice algo de recuperar lo que es suyo antes de dar un portazo y desaparecer. Las horas continuaron pasando a medida que el bosquejo va tomando forma y color, no puedo negarlo, tengo talento. Lo miro completamente satisfecho, ese dragón debería formar parte de algún porfolio de un local de tatuajes.

Sin darme cuenta me quedo dormido y me despierta el sonido de la puerta.

— Colo ¿eres tú? —Pero no obtengo respuesta; quizás fue un sueño.

Voy a la habitación de Emilia, encuentro la puerta del armario abierta y el bolso que ella había preparado esa mañana ya no está. Siento como mi corazón se detiene por unos segundos.

La intensidad de tu amor {Completa}Donde viven las historias. Descúbrelo ahora