MAX
Mi vida no podían estar mejor, la universidad estaba yendo perfectamente y era uno de los mejores alumnos con notas, los entrenamientos salían de maravillas y todos los partidos ganados de la liga de las universidades eran la prueba de eso, Anastasia y yo desde ese día en el risco estábamos felices y nada parecía querer romper lo que habíamos creado con esfuerzo; incluso al otro día nació Aaron, el hijo de Amelie.
Mis padres me aseguraron que vendrían para el receso de vacaciones el mes que viene de Argentina, y lo esperaba con ansias, los extrañaba mucho. En un par de semanas seria el cumpleaños de Anastasia, cumplía a mediados de julio y el calor iba a estar en su máximo punto. Iríamos a la nueva casa de Nicholas y Amelie para festejar su cumpleaños ese mismo día ya que caía sábado, pero el viernes por la noche lo festejaríamos con nuestros amigos.
Marco, Hunter, Chris, Harry y yo habíamos podido entablar una pequeña relación con Nate y Anna, los amigos de Anastasia. Nate nunca fue un problema por ser muy extrovertido pero Anna había sido la mas callada, aunque con el tiempo comenzó a soltarse e incluso ahora los chicos la buscaban por consejos. Anastasia siempre se había llevado bien con ellos, incluso cuando me venia a buscar a los entrenamientos nocturnos los chicos se sumaban al coche como un tetris para entrar y Anastasia nos llevaba por una hamburguesa rápida antes de dormir; la amaban en esos momentos.
Este domingo y el siguiente jugábamos uno de los partidos mas complicados de la liga, si bien el sábado siguiente debía estar concentrado, era el cumpleaños de mi monstruito y no me lo perdería por nada.
El entrenador cada vez nos presionaba mas en en los entrenamientos pero valía la pena, incluso había implementado nuevas técnicas. Añadió "los tres strickes" aunque fuera de otro deporte, estos consistían en que si llegabas a los tres estarías en el banco o te castigaría con diez minutos en el banco durante el partido según la intensidad de tus fallas.
Las fallas iban desde llegar dos minutos mas tarde a los entrenamientos, no mantener el promedio en las clases requerido para estar en el equipo, faltar a entrenamientos hasta beber una gota alcohol antes de un entrenamiento o los últimos dos días antes del juego, o no pasar los exámenes sorpresa de narcoticos que la universidad hacia con nosotros.
Yo nunca había tenido uno, pero mis amigos idiotas los coleccionaban como dulces en Halloween. Chris solo había obtenido uno por llegar tarde un día de trafico y aunque se lo explico al entrenador, sus palabras habían sido y cito "me importa un comino si una persona se suicido, el mundo se cae o te quedaste dormido, no llegas tarde a entrenar". Luego estaba el resto del equipo que se encontraba en otra casa y era un poco mas descontrolado, aunque jugando eran buenos; Marco bebía sin control y se la pasaba de fiesta en fiesta o de entrepierna en entrepierna pero siempre intentaba arreglárselas antes de los partidos, aunque varias veces quedo sentado en la banca.
Hoy viernes, luego de clases debía ir a trabajar al club y luego ir a entrenar al estadio para la ultima practica antes del partido del domingo. Los pasillos de la universidad siempre por fines de la semana se encontraban mas bulliciosos ya sea por los ánimos antes del partido del domingo o las fiestas que se celebraban luego para caer con resaca a las clases, todos distinguían a los jugadores de baloncesto pero igualmente la universidad nos proporcionaba ropa de entrenamiento y camperas para usar y distinguirnos. La única regla era no usar algo del equipo si hacíamos algo ilegal o que pueda afectar la imagen de la universidad.
Usaba las camisetas sin mangas y lo shorts para entrenar pero la campera típica americana de equipo con la inicial de la universidad bordada en el pecho y de color verde y negro para la vida cotidiana, era practica y la intercalaba con mi chaqueta de cuero; aunque el calor de esta época no me lo permitía.
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Simplemente tú [completa]
Teen FictionLos mundos de Anastasia Anderson y Max Whitmore vuelven a colisionar luego de un verano en la niñez. Ahora él era arrogante, popular y mujeriego. Ella seguía siendo la misma, solo que con dieciséis años, su mente brillante y cuerpo recién desarrol...