EPILOGO

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MAX

Dos años después...

Me desperté al escuchar la puerta de nuestro dormitorio abrirse, entreabrí mis ojos alcanzo un poco mi cabeza y vi a la pequeñita que se robaba la mitad de mi corazón. Me hice el dormido mientras escuchaba sus pasos corretear hacia mi mezclados con las patas de Rocco, escuche como se sabia al banquillo que había a los pies de la cama y luego gateaba sobre mí.

Anastasia estaba durmiendo sobre mi pecho mientras yo la envolvía con mi brazo, sentí como mi hija se recostó al lado de la cara de su madre y llevo sus manitas sobre mis mejillas enmarcando mi cara

-Papito-susurro tan pegada a mi cara que podía sentir su nariz sobre la mía

No reaccione

-Papitoo-susurro con mas insistencia que antes

Seguí sin reaccionar sabiendo cual era su siguiente paso, todos los fines de semana hacia esta rutina ya que yo no madrugaba para ir a entrenar

Avani se inclino y comenzó a esparcir besos por mi frente, mejillas y nariz. Sonreí y puse la mano que me sobraba sobre su espalda

-Hola pequeñita-susurre en español

Luego de dos años se podía decir que mi pequeña era bilingüe, con Anastasia habíamos mantenido su petición de que conversara conmigo solo en español, con Anastasia en ingles y cuando debía conversar con ambos lo hacia en ingles o español según el pedido que un esqueleto de menos de un metro quería hacer. Anastasia había estudiado español en la preparatoria y con el tiempo perdió un poco de eso pero la ayude y ahora hablaba un perfecto español

-Depieta, Papito. E el cumpeanos de Mamita-alce las comisuras de mi boca

Abri mis ojos y me encontré con los perfectos ojos violeta de nuestra preciosa hija

Avani era la mezcla perfecta de nosotros dos, tenia el pelo negro azabache como Anastasia y pequeñas pecas por toda su carita como las que yo tenia en el puente de mi nariz. Sus ojos siempre eran violetas gracias a la condición que tenia, aunque no le afectaba en nada gracias a dios, y según la luz que le pegaba en su cara tenia destellos verdes como mis ojos o celeste como los de Anastasia.

Sus ojos eran lo que mas amaba de mi pequeña niña y lo que la hacia diferente al resto. Cuando comenzó a hablar y entender todo lo que las personas decían a su alrededor, tambien entendía los comentarios del pequeño Aaron sobre la rareza de sus ojos, pero con Anastasia siempre dedicamos nuestras noches cuando la ponemos a dormir a retarla a decir tres cosas lindas que ella sintiera sobre ella y luego lo hacíamos nosotros; queríamos inculcarle desde muy pequeña a amar todas las partes de su cuerpo, incluso si no eran perfectas para el resto, y en eso incluían sus ojitos a los cuales amo rápidamente

-¿Quieres despertarla?-susurre divertido

Nego con su cabecita

-Quieo que hamos u desauno-sus ojos destellaron emoción

Asentí y se bajo de la cama con ayuda de Rocco

Rocco tenia dos años y también había alcanzado el tamaño final de su raza, era el guardián de Avani y no había lugar donde Avani fuera en el que Rocco no estuviera. Desde que era cachorro lo había entrenado en la sala de estar para que estuviera con Avani, pero eso le salía de naturaleza. Caminaba siempre al lado de quien la sostuviera cuando era bebe, y ahora que caminaba por su cuenta siempre iba detrás suyo.

Los primeros pasos de Avani habían sido sosteniéndose de Rocco y teníamos una foto del momento mientras la pequeña sonreía inmensamente por su logro.

Simplemente tú [completa]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora