parte 22..

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Eran las ocho de la noche y Zayn apareció en mi habitación con una camisa de cuello de tortuga. Me le quedé mirando y él me sonrió pero estaba algo incómodo.

- ¿Quieres salir ahora? -preguntó y yo sonreí.

- Claro -dije levantándome de la cama. Tomé mis cosas y me acerqué a él-. Dile a la chica esa que te dejó las marcas en el cuello, que... estas son las reglas: 1. No te enamores, 2. No me busques al día siguiente 3. No hagas marcas 4. No beses con la lengua 5. No rasguñes mi cara -sonreí y él se sonrojó.

- ¿Cómo es que sabes todo eso? -preguntó y yo me sonrojé un poco.

- He investigado -admití.

- ¿También lo deseas tú? -preguntó él con una ceja levantada.

- No contigo, bueno... me refiero a que algún día tendré que hacerlo y... supongo que será especial -susurré encogiéndome de hombros.

- Todas dicen eso y terminan con el primer idiota que les pide la pruebita de amor...

- ¿Has sido ese tipo de chicos? -pregunté mientras bajábamos las escaleras.

- No realmente -admitió- no he llegado tan lejos -susurró y yo me le quedé mirando- bueno, mentí... sí he llegado allí. Pero a lo que me refiero es a que yo no quiero ser el primero de ninguna chica a menos que me vaya a casara con ella.

- ¿Por qué?

- Porque se enamoran con facilidad y a veces lo que uno solo quiere es diverción -dijo cuando yo ya estaba en la puerta del copiloto.

- Osea... que si yo te pido un poco de diverción... ¿me lo darías? -pregunté curiosa. Él se sonrojó un poco y mordió sus labios.

- No lo sé... sería tu primera vez, ¿qué pasa si te enamoras de mí?

- Supongo que eso no pasará -dije encogiéndome de hombros- Aunque, es cierto... tú estás demasiado usado ya.

- No me ofendas tampoco...

- No lo hago, solo digo lo que es -dije sonriente, Zayn pasó un brazo por mis hombros y me dio un beso en la frente.

- Me alegra que ya estés mejor, incluso tienes ánimos como para humillarme -reí y él también lo hizo.

- Bueno, es que... supongo que tengo que portarme bien contigo.

- ¿Y eso por qué se supone? -preguntó curioso.

- ¿Quieres venir a la graduación de mi hermano, conmigo? -pregunté, pues ahora que Logan estaba fuera de lugar, no tendría pareja y mi hermano tenía que llevar a una compañera suya de la Universidad.

Él se quedó callado un momento, meditando en lo que yo le decía. Se me quedó mirando y luego al suelo, luego al cielo y luego a los semáforos que atravezábamos. Yo suspiré marcadamente y esperé a que él contestara.

- ¿De verdad quieres que vaya? -preguntó y yo hice media sonrisa.

- En realidad no, pero no quiero estar sola en semejante evento. Además, se supone que tengo que bailar al menos una pieza con alguien y no pienso hacerlo con mi padre -él sonrió y siguió conduciendo- además, tú eres un experto en tocar el trasero mientras bailo -dije levantando una ceja y él se sonrojó a más no poder.

- Lamento lo que pasó esa vez -yo reí- es que, me parecía sorprendente lo que tú estabas haciendo.

- Te encantaba mi sensualidad -dije alzándole las cejas.

- Era extremadamente sexy -mencionó y yo me carcajeé.

- Lo sé, ahora deja de ponerme nerviosa y sigue conduciendo a donde quiera que vayamos -él fijó su vista en la carretera y condujo hasta llegar a un lugar con muchas casitas y pastizales enormes.

- ¿Dónde estamos? -preguntó.

- Casa de Harry, ¿no recuerdas a los chicos?

- Ah sí -dije con media sonrisa- es solo que no recordaba la fachada de la casa de Harry.

- Nadaremos un poco y pasaremos la noche en la fogata que armarán ellos -dijo con media sonrisa- ¿te agrada la idea?

- Claro, me viene bien distraerme... ¿sigues sin saber nadar?

- Sí, aún soy un ignorante encuanto a eso, así que por favor... no me vayas a ahogar -pidió estremeciéndose y yo sonreí.

- No haría nada de eso; no podría matarte a menos que me dieras un verdadero motivo -sonreí y él apretó los labios....

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