parte 29..

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No me odias tanto como al principio? -pregunté y ella negó con la cabeza.

- Cuando estás dormido o cuando no dices nada, a veces puedo llegar hasta quererte -pronunció y yo sonreí.

- Creo que me quedaré callado más seguido -dije y ella acercó su cara a mi pecho. Tomé una de sus manos y la entrelacé con la mía poniéndola en mi pecho.

- No te quedarías todo el tiempo que necesito en silencio -susurró.

- ¿Cuanto tiempo necesitas? -pregunté y ella separó su rostro de mi pecho para verme directo a los ojos.

- Necesitaría que te quedaras callado hasta que yo pudiera besarte y quitarme esta terrible sensación... -mis labios se separaron automáticamente al escucharla.

- ¿Por qué quieres el beso? -pregunté, ¿estaba dormido de nuevo? ¿Cuando me quedé dormido? ¿Al iniciar? ¿Al terminar? No recordaba haberme dormido. ¿Estará pasando esto?

- Solo quiero saber por qué es las chicas quieren hacerlo, ¿sentirán más que solo rosar los labios? ¿Qué se siente o qué esperan de ti? -preguntó.

- Pues la verdad es que, no sé... yo solo hago lo que sé hacer y bueno, creo que eso es lo que les gusta -dije encogiéndome de hombros.

- Sigo sin entender -murmuró poniendo de nuevo su rostro en mi pecho. Yo suspiré y miré hacia arriba, hacia el techo.

- Cuando estaba dormido en la camioneta... soñé que te estaba besando -admití-. No sé por qué soñé eso,

- ¿Qué tal nos fue? -preguntó y yo reí.

- Debo decir que nos fue bien, lo disfrutaste.

- ¿Solo yo?

- Bueno, creo que yo fui quien lo disfrutó más. No lo sé, sentí cosas que no sentí con nadie más. Como si fuera una terrible adicción que me hiciera perder el sentido -ella reía- fue tan impresionante. De verdad pensé que te besaba que... mi corazón latía a una inmensa velocidad.

- Dicen que uno sueña con lo que más desea -susurró en mi oído y yo me estremecí un poco.

- Hem... -no sabía cómo responder a eso. Ella separó su rostro de mi camisa y me miró con media sonrisa.

- ¿Por qué de repente eres tan sincero conmigo? -preguntó- Estoy segura de que si estuvieras en tus cinco sentidos, tú simplemente no hubieras admitido todo eso, ¿o me has estado mintiendo?

- No, dije la verdad -admití- en todo te he sido sincero -"excepto en la apuesta".

- Zayn... esto sonará extraño pero... -inquirió- ¿te gusto?

Esa era una pregunta seria, una pregunta que ni yo mismo podía responder. ¿Me gustaba? Si lo negaba era una mentira, si la afirmaba era una incógnita. Me le quedé mirando un momento más, perdiéndome en ese reflejo azul, tan cristalino como el agua, ¿qué si le decía que sí? ¿Ganaría la apuesta hoy?

- Yo... -sí, le diría que sí. Para así si yo no le gustaba a ella por lo menos sacarle la espinita de mi amor- Scarlett tengo que decirte algo importante.

- ¿Qué? -preguntó mirándome más que confundida.

- Yo

- ¿Me podrías conceder una pieza? -preguntaron interrumpiendo mi mas grande confesión amorosa.

- ¿Enserio Johnny? ¿Justo ahora? -pregunté con la mano se Scarlett entrelazada con la mía.

- Sí, justo ahora -dijo y yo bufé pero la miré, ella asintió y yo la tuve que dejar allí, bailando con mi competencia, mientras yo me iba a tomar ponche alterado.

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