parte 27...

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You Got Me- Colbie Caillat.

"You stock on me and my laughing eyes. I can't pretend though I try to hide, I like you... I think I felt my heart skip a beat, I'm standing here and I can hardly breathe; you got me, the way you take my hand is just so sweet, and that crooked smile of yours, it knocks me off my feet..."

Llegamos abajo y noté que Joseph llevaba la toga con su respectivo birrete y Johnny también tenía la suya puesta, pero sin el birrete. Entonces fue cuando la vi. Scarlett lucía ese hermoso vestido rojo que vi por primera vez en su habitación. Su cabello estaba trenzado y sus ojos resaltaban con un maquillaje, un tanto natural, pero delineando cada luz y cada rasgo azulado de su mirada. Sus labios, estaban destacando de una forma impresionante. Tenían un color rojo, uno escarlata, uno que me tentaba a quitárselo. Uno que me decía: "Bésame, y síguelo haciendo hasta que no quede más color en mí". Sus curvas, su cuerpo, todo en ella me tentaba terriblemente.

- Si cierras la boca, posiblemente hagas que ella te trate mejor -murmuró Joseph y yo salí de mi trance.

- ¿Qué? -dije confundido mientras metía las manos a mis bolsillos.

- Nada -dijo Johnny y le sonrió a mi chica.

Perdón, mi chica no... a... Scarlett. Sí, ella.

Me acerqué a ellos y se quedaron en completo silencio. Di unos pasos hacia atrás, me sentía incómodo aquí. Ojalá no hubiera venido. El padre de Scarlett bajó las escaleras apresurado y nos sonrió a todos. Juntos, en la camioneta que Joseph poseía salimos en camino al lugar donde se graduarían. Que resultaba ser el gimnasio mayor de su escuela.

El camino fue en total silencio, excepto por los cuchicheos que tenían Joe y Scar. Ellos se la pasaban riendo y yo nunca me enteraba de nada. Ojalá y no hablaran de mí porque los mataría.

Llegamos al lugar y bajamos, le ayudé a Scarlett a bajar de la camioneta y ella me sonrió amablemente. Cuando bajó, Joseph y Johonny tuvieron que correr al lugar porque se les haría tarde y no alcanzarían la entrada. Por fin, en todo el día me dejaron solo con ella.

- Si te digo que te ves hermosa, ¿me creerías?

- Sí -dijo rápidamente- me vi al espejo antes de salir.

Reí y suspiré-. Lamento haberme puesto celoso hoy... es solo que no me acostumbro a que estés rodeada de tanta gente. Por lo regular soy yo el que llama más la atención.

- ¿Extrañas ser tú el centro del universo? -preguntó ella levantando una ceja y yo negué- ¿Entonces?

- Extraño que tú no llamaras tanto la atención -murmuré apenado- ahora todos te buscan y te quieren.

- ¿Qué tiene eso de malo? -preguntó ella encogiéndose de hombros. Yo suspiré y tomé la manija de la puerta, para jalarla hacia mí y cederle el paso. Ella caminaba lentamente, sin necesidad de apresurar las cosas- Contesta -pidió y yo mordí mis labios.

- Nada, es solo que... siento que ahora que volvemos a ser amigos, puedan alejarte de mí -respondí.

- Vamos Zayn, ambos sabemos que eso no es posible -murmuró con media sonrisa.

- ¿Enserio? -pregunté ilusionado y ella asintió.

- Claro, nosotros nunca volvimos a ser amigos, hacemos esto solo porque nuestros padres nos obligaron a pasar el verano juntos -respondió y sentí cómo la sangre se me encendía, ¿de verdad ella seguía saliendo conmigo solo por lo de sus padres?

Caminé un poco más apresurado y la dejé a ella atrás. No quería pasar un solo minuto cerca de ella, necesitaba pensar antes de que le arrancara ese vestido la obligara a amarme y dejarla tirada sin esperanza alguna de que yo volviera a ser "amable" con ella. Perra....

El lugar en el que estaban los padres de Scarlett se comenzaba a abarrotar. Ella llegó y se paró a mi lado sin siquiera mirarme. La ceremonia comenzó y todos nos quedamos en completo silencio. Ella estaba mirando a Joe, con una gran sonrisa. Como si su héroe hubiera sido nombrado Rey de Inglaterra, como si tuviera un título ahora. Como si fuera condecorado, cuando en realidad estaba siendo solo su titulación como Biólogo Marino especializado en tiburones.

Cuando comenzaron a nombrar a los chicos, todos comenzamos a aplaudir, pues chicas y chicos se graduaban y la verdad es que lo merecían pues se habían esforzado por alcanzar su título. Admito, que cuando las chicas pasaban yo les daba un vistazo y aunque fueran mucho mayores que yo... sabía que tendría el poder de llevarme a quien yo quisiera a mi cama.

- Joseph Dasaev Bouvier -nombraron y Scarlett estalló en gritos y en aplausos. Era hermosa, lucía radiante con esa sonrisa y esas gotitas cristalinas que se paseaban por sus mejillas sintiéndose orgullosa de su hermano.

- John Cartier Cooper -nombraron y ella pareció que escuchó: "Grita más fuerte, grita para que todos y él te vean" Johnny miró hacia nosotros y le lanzó un beso a ella haciéndola sonrojar. Mi sangre casi estalla en mi cabeza, necesitaba golpear a alguien, necesitaba arrojar algo ahora o explotaría.

¿Qué rayos era esto que sentía, por qué demonios me afectaba tanto que ella fuera un tanto coqueta? ¿De verdad sentía cierto tipo de miedo de perderla? ¡Vamos soy Zayn, ella no puede ir contra ti! ¡Scarlett es mía! -gritaba en mi mente.

- Zayn, gracias por acompañarme -dijo ella amablemente sacando todo plan corrupto de mi ser. Se acercó a mí y me dio un gran abrazo, permaneciendo pegada a mi pecho. La miré sorprendido y ella levantó la mirada dándome un beso en la comisura de los labios. Eso me sorprendió bastante dejándome la mente en blanco.

- Te quiero... nadie podrá reemplazar esta amistad -murmuró besándome de nuevo en esa parte de mi boca. Me quedé pálido, ¿qué demonios es esto y por qué mi corazón late tan rápido? ¿Por qué siento que se me encienden las mejillas? ¿Por qué no quiero que me bese allí sino en los labios? ¿Por qué no quiero soltarla? ¿Por qué quiero cerrar los ojos y estar con ella todo el maldito día y toda la maldita noche?

- Zayn... ¿saldrías conmigo? -preguntó de pronto Scarlett.

- ¿Qué? -dije confundido, pues el "beso" me había dejado en un copleto transe.

- No puedo ocultarlo más... estoy enamorada de ti y, quiero salir contigo. Quiero ser tu novia, no me importa Johnny en lo absoluto, yo solo quiero ser tuya y de nadie más -murmuró, sonreí triunfante. ¡Por Dios, había ganado la apuesta! ...----------------------→>

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