parte 36...

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Caminé cuidadosamente hasta mi habitación y noté que era desde dentro desde donde sonaba. Puse la cara en la puerta y escuchaba aún mi celular con la misma canción de Lies de Mcfly.

Mordí mis labios y temerosa abrí la puerta. Al meter primero mi cabeza me llegó el olor a alcohol y cigarrillo. El olor era tan apestoso y fuerte que me mareó y me obligó a retirarme de la habitación.

Una vez recuperada. Me puse la manga de mi mano derecha en la boca y nariz y entré. Zayn estaba tirado en cama con un montón de botellas a su lado. El cenicero estaba lleno de colillas de cigarros y el encendedor estaba abierto y tirado en mi cama. Molesta me acerqué a él, pero resbalé pues había una gran vomitada allí.

-Idiota -dije molesta, me levanté del suelo y me limpié en el baño. Cuando terminé salí busqué mis tennis. Una vez vestida lo levanté pero él no parecía reaccionar. Le di unas cuantas cachetadas y me di cuenta que su temperatura corporal no estaba bien. Apoyé su rostro en mis piernas y pude ver cómo temblaba incontrolablemente.

- ¿Zayn? -dije asustada. Lo comencé agitar y le di otros cuantos golpes en el rostro. Al ver que no reaccionaba. Fui por algo de agua y le limpié el rostro. Lo levanté como pude y lo apoyé en mis hombros, justo como cuando lo traje del club a mi casa.

Llegué al pasillo y noté que todo estaba en completo silencio. Bajé rápidamente las escaleras y se me calló al suelo. Dolorida y realmente asustada tomé sus brazos y comencé a arrastrarlo. Al llegar a la puerta principal la abrí y corrí hacia el frente. Abrí la puerta trasera de la camioneta y corrí de nuevo a la casa.

Zayn temblaba y yo asustada y con toda la fuerza del mundo, lo levanté de nuevo y lo subí como pude a la parte trasera. Ya allí corrí a casa por mi cartera y sus papeles.

Encendí la camioneta y aceleré a fondo al hospital más cercano pero: Oh sorpresa, no estábamos en Londres. Estábamos en América, donde conducen del lado derecho y donde no sé dónde está un maldito hospital. Transitaba por una calle desconocida cuando vi un taxi.

Me detuve al instante y me paré frente a él para detenerlo.

-¡Ayúdeme a llegar a un hospital, es una emergencia! -pedí realmente asustada.

- ¡Claro, sígueme! -dijo el señor.

Subí de nuevo a la camioneta y Zayn ya había dejado su rastro en él. Abrí todas las ventanas y conduje con rapidez en esta máquina poderosa de Johnny.

Al cabo de unos minutitos de viaje llegamos al hospital Mercy de Nueva York. Me estacioné en emergencias y un montón de personas en batas blancas y azules sacaron a Zayn de la perte trasera.

-La sala de espera está en la entrada -me gritó una residente.

Estacioné la camioneta y luego corrí hacia la sala de espera. Me senté allí y repentinamente comencé a llorar. ¿Qué rayos hiciste? ¿Por qué no reaccionas? ¿Qué fue lo que te pasó?

Estuve esperando por varias horas a que alguien me diera informes de él y luego de un rato un doctor joven y de bonitos ojos llegó a mi lado.

-Tú eres la que venía con el chico, ¿cierto? -dijo sentándose a mi lado. Yo asentí asustada y él suspiró- ¿cuál es tu nombre?

- ¿Qué tiene, cómo esta? -pregunté preocupada.

- El muchacho tuvo una congestión alcohólica -murmuró- de milagro el chico no está muerto -asustada llevé mis manos a la boca y las lágrimas se abarrotaron en mis ojos.

- ¿Es tu novio? -preguntó y yo negué con la cabeza.

- No, solo es un buen amigo -respondí temblorosa- por cierto, mi nombre es Scarlett Bouvier y mi amigo es Zayn Malik -dije.

- Británicos, ¿cierto? -dijo y yo asentí- bueno, ahorita tu "amigo" está en proceso de desintoxicación. Es una etapa dolorosa pero sobrevivirá.

- Gracias... ¿puedo verlo?

- Sí -dijo y se levantó. Yo caminé a su lado y me llevó por un pasillo largo, lleno de recepciones y muchas personas. Luego de subir unas escaleras llegamos al área de los pacientes.

Fuimos hasta la habitación más alejada y me abrió la puerta. Él estaba recostado, lleno de chupones y sensores. Así como de intravenosas en ambos brazos. Me acerqué a él y el doctor se retiró de la habitación. Zayn estaba dormido pero parecía sufrir y es que la desintoxicación era la cosa más terrible que le podían hacer. Suspiré y me senté en un banquito frente a él. Su rostro era tan duro, sus mejillas estaban coloradas y su frente goteaba sudor.

Zayn-.

Me sentía pésimo me dolía horriblemente la cabeza y me dolía todo el cuerpo. Tanto que era obvio que no quisiera ni abrir los ojos. Todo me daba vueltas, preferiría estar muerto que estar justo como me siento ahora.

-Me gustas más cuando estás dormido -escuché que decían, pasaron diez largos segundos antes de darme cuenta de quién era y a qué se refería-. Eres mucho más tranquilo y pacífico. Me gustan tus pestañas, son tan grandes y espesas -susurró Scarlett- pudieras verme atraves de ellas y yo nunca me daría cuenta. Me encanta tu voz y extraño que cantemos juntos. A veces recuerdo cuando nos cortamos las manos y me gustaría volver a ese día, todo era tan sincero entre nosotros. No peleábamos, no mentíamos, no llorábamos... quisiera regresar al momento en el baile en el que me dijiste que me amabas, para yo poderte responder lo que en verdad sentía.

¿Abro los ojos o dejo que termine? ¡Por Dios! Scarlett estaba confesando sus verdaderos sentimientos hacia mí. Entreabrí los ojos y cuando me di cuenta ella pegaba sus labios a los míos.

¡Oh Por Dios! No

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