AMAR EN SILENCIO

CAPÍTULO VEINTIDOS

Me despierto aturdido al ver que no estoy en casa de Mauro, sino en la de Laura. Miro mi móvil y veo que son las nueve de la mañana y tengo un poco más de veinte llamadas perdidas de Mauro, pero en su último mensaje pone " Ya he llamado a tu hermano, la próxima vez que vayas a casa de Laura y veas que estás muy cansado dímelo por si acaso te duermes, que he estado muy preocupado Candi"

Me siento fatal, pero fatal de verdad, siempre tan irresponsable, a ver si empiezo a pensar en que hay gente que si se preocupa por mí y no puedo estar haciendo tonterías siempre. Miro mi email y me sorprendo al ver un correo de mi director que dice :

"Estimado Cándido, le escribo para que sepa que tiene todo el apoyo del centro escolar y que si alguna vez le ocurre algo no dude en venir a dirección. Lo que también quería comentarle es que este año tiene la selectividad y está faltando bastante, cosa que no juzgo ya que es entendible, pero tenemos que hacer algo para prepararle.

Héctor Rodríguez "

Tiene toda la razón, a ver si esta tarde sale bien la entrevista y puedo trabajar en un horario que me coincida y así puedo estudiar también.

Salgo un poco nervioso de la entrevista de la cafetería, para mí que ha salido de maravilla, espero con ansía que me den el puesto, el horario me coincide, sería de siete de la tarde a once, entre semana, y de tres de la tarde a siete los sábados. Los novecientos euros al mes no me vendrían nada mal. Llego a casa de Mauro, por fin viernes, lo puedo tener para mí.

- ¿Qué quieres hacer hoy? - le pregunto curioso, me mira de arriba abajo con su mirada azul penetrante y se humedece los labios.

- ¿Qué te parece esto? - dice, agarrándome de la cadera y acercándome a él, mientras deposita un tierno beso en mis labios.

- Me parece un plan perfecto

- Vamos arriba, mis padres no llegan hasta tarde – dice en un tono sensual

Ya arriba le tiro a la cama y me pongo encima de Mauro, empiezo a darle besos por el cuello y le quito la camiseta, entonces bajo hasta su ombligo a base de besos y cuando llego saco mi lengua para lamer y saborear su tableta, me agarra de la mejilla. Le desabrocho el pantalón y deposito un beso en el bulto de sus calzoncillos.

Mauro suelta un casi insonoro gemido de placer. Se la saco y empiezo a mover mi lengua en círculos, hasta metérmela entera en la boca. Me agarra del pelo mientras se la chupo.

- Me encanta cuando haces eso Cándi...búa cabrón - dice gimiendo

Me levanta la cara y me dirige hasta sus labios. Nos miramos seductores, y ambos sabemos que es el momento. Abre su cajón de noche y saca un condón. Intento ponérselo con mi boca pero no puedo, se ríe, lo que le quita tensión al asunto, y se lo pone él. Me mete dos dedos suyos en la boca, que chupo sensualmente. Baja su mano hasta mi trasero y empieza a acariciarme, noto como el aire empieza a faltarme entonces introduce el primer dedo, me da placer, lo mueve dentro de mí, seguidamente se une el segundo dedo que me hace encorvarme un poco. Nos miramos, asiento con la cabeza. Entonces, muy lentamente introduce su pene en mi parte trasera, empiezo a notar como un ardor seguido de un fuerte dolor. Él lo nota.

- Si no estás preparado dilo Candi, que no pasa nada

- Que no que no, duele un poco, pero seguro que al final siento placer – digo finalmente.

Empiezo a moverme muy poco a poco, me agarra de la cadera, ya no siento tanto dolor, es como un ardor pero con un comienzo de placer. Me muevo más rápido, en su cara se ve el placer que siente, gime, ahora yo también siento más placer por lo que voy más rápido haciendo que mi trasero suba y baje seguidamente, Mauro me agarra el culo fuerte, gimo, gimo mucho, estoy ansioso de placer y él también.

- Te quiero – digo casi gritando

- Y ... Y yo – dice, interrumpido por un gemido

Su mano izquierda se queda en mi nalga pero su otra mano me agarra el pene y empieza a masturbarme, el placer ahora es doble. Abrimos los ojos a la vez, estamos a punto de llegar al orgasmo, mantenemos nuestras miradas fijas el uno en el otro. Acerco mi cara a la suya y empiezo a besarlo con ganas. Me separo cuando siento que estoy a punto de correrme. Gimo y sigo gimiendo cuando obtengo mi orgasmo. No paro de rebotar sobre su polla hasta unos segundos después cuando gime al haber llegado también al orgasmo. Me echo al lado de la cama, intentando recuperar el aliento aún.

Ambos estamos mirando al techo en silencio pero Mauro lo interrumpe.

- ¿Te ha gustado? - pregunta

- Me ha encantado Mauro – digo, noto su sonrisa de orgullo al saber que me ha dado placer.

Noto como su mano agarra la mía y no la suelto. Una llamada de mi móvil es lo que interrumpe este mágico momento. Son de la cafetería, lo cojo corriendo.

Mauro se siente confuso al verme saltar de alegría.

- ¿Vas a contarme ya que pasa o vas a seguir haciéndote el interesante? - suelta, le pongo cara de pocos amigos y se ríe.

- Ven aquí - dice acercándome a el

Vacilo si contárselo o no, pero acabo por decidirme.

- He encontrado trabajo – digo, pero su cara es un cuadro, me separa de un golpe de él y se levanta.

- Te dije que yo te prestaba el dinero que haga falta – dice seco mientras está vistiéndose

Me molesta que lo diga de esa forma.

- Pero es que no quiero depender de ti – digo

- Que pesado con lo de depender o no uf

- ¡Te quieres relajar!

- ¡¡Contigo nadie se puede relajar!! - grita

Tengo ganas de llorar ahora mismo, pero me reprimo por mi dignidad y orgullo.

- ¿Eso piensas de mí?

- No quería decir eso y lo sabes

- Vete a la mierda imbécil

- Esta es mi casa, pírate tu – masculla

Ese golpe bajo sí que es inesperado, no pienso dejar que me trate así, por lo que me visto rápido y me voy. Por lo que veo en su cara no se esperaba que fuese a hacer eso, no me veía capaz, la verdad es que yo tampoco me veía capaz. Está atardeciendo, llamo a Laura y le explico lo sucedido, en menos de media hora me encuentro llorando en su casa, siendo consolado por mi mejor amiga que me cuenta también que se ha peleado con Lucían antes. Se ve que mi hermano quiere ir demasiado enserio con ella.

¿De verdad creíamos que nuestras relaciones iban a ser eternas? ¿Habremos vuelto al punto de partida? Un mensaje de Mauro me descentra de mis pensamientos.

"Candi, no seas gilipollas, ven a mi casa"