Cap. 31 Sangre

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Ni siquiera se acordaba de haber gritado —¡CORRAN!— a Harry y Ron.

Se alejó corriendo antes de que su voz llegara a sus oídos, tirando de su cuerpo hacia adelante y serpenteando entre los árboles con todo lo que tenía. El suelo parecía temblar con los pasos rápidos y estruendosos de los Carroñeros y el sonido de ellos retumbaba a su alrededor. Socavones de barro y baches ocultos sacudían su equilibrio, pero ella intentó mantener la atención fija entre toda la tormenta de adrenalina.

Harry iba por su derecha ; a unos seis metros de distancia ; corriendo por el bosque con dos Carroñeros tras él. No podía ver a Ron, pero podía escuchar como los llamaba, tal vez a otros seis metros o menos de Harry y rezó para que tuviera el sentido común de no dejar escapar ninguno de sus nombres. Si sólo pudieran tomar algo de distancia y llegar los unos a los otros para poder Aparecerse. Si simplemente pudieran conseguir llegar a un lugar seguro. Si pudieran...

El Carroñero que tenía tras ella estaba cada vez más cerca.

Podía sentir su sombra contra su espalda; el frío de la misma en la nuca. Lanzó un hechizo sobre su hombro y las chispas chamuscaron sus mejillas. Escuchó un ruido sordo y esperó que hubiera conseguido obstaculizar la persecución, pero inmediatamente pudo sentir a otro ganándole terreno.

El aire de un hechizo pasó junto a su oído y levantó un brazo para protegerse los ojos cuando este chocó contra un árbol, lanzándole encima un aluvión de astillas. Disparó otro hechizo a sus espaldas y de alguna manera se las arregló para tomar algo más de velocidad, intentando virar hacia Harry y Ron. Si pudiera llegar hasta ellos...

Escuchó un cambio en los gritos de Ron y supo que lo habían capturado.

Eso era todo. No había manera de que lo dejaran atrás. Estaban en problemas.

Tomó una decisión y siguió corriendo hasta estar lo suficientemente cerca de Harry y le lanzó el primer hechizo que se le vino a la cabeza. Golpeó a su objetivo; la cara de Harry y lo vio tropezar cuando comenzó a registrar el inevitable dolor y sus facciones comenzaron a inflarse y aumentar. Esperaba que fuera suficiente como para alterar su apariencia. Para dejarlo irreconocible.

Ron luchaba constantemente contra los dos Carroñeros que lo arrastraban hacia su grupo, pero fue inútil. Ahora había Carroñeros rodeándolos por todos lados, deslizándose entre los árboles y cercándolos. Dos de ellos se apoderaron de sus brazos, pero sólo fue cuando Fenrir Greyback se acercó hasta ellos que Hermione se dio cuenta de que estaba aterrorizada y la persistente mirada de hambre que le dirigió a ella la hizo sentirse enferma. Se veía igual que lo recordaba; salvaje y desaliñado y sus ojos se desviaron hacia las manchas de sangre seca bajo sus uñas.

— Correr nunca es una buena idea — dijo en un tono de voz rasposo, cambiando su calculadora mirada hacia Harry —¿Qué carajo te ha pasado en la cara, feo?

— Al-alergias, — tartamudeó.

Greyback arqueo una de sus espesas cejas.

— Nombres. Ahora.

— Dudley. Vernon Dudley.

— ¿Y tú, pelirrojo?

— Stan Shunpike...

Fenrir le propinó un revés en la mejilla y Ron gruñó ante el impacto.

— Tu verdadero nombre.

Ron tragó saliva.

— Barny Weasley.

—¿Un Weasley? — repitió Fenrir — Entonces eres un traidor a la sangre. ¿Te suena la Orden del Fénix? Hay algunos Weasley ahí.

Aislamiento - Draco x HermioneDonde viven las historias. Descúbrelo ahora