Cap. 39 Ahogado

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Draco tuvo exactamente diez segundos para fruncir el ceño ante el espacio vacío a su lado, antes de que hubiera un rugido de pisadas martilleando el pasillo hacia su habitación, y luego la puerta se abrió de golpe tan fuerte, que el mango agrietó la pared. Irrumpieron Remus y Tonks, su prima lucía nerviosa mientras le lanzaba una breve mirada antes de mirar al otro lado de la cama, abollado con la ausencia de Hermione, y soltó un duro suspiro de frustración.

—Mierda, ella también se ha ido.

—Necesito ir a contactar a Arthur y a los otros—, dijo Remus. —Ve si han oído de ellos.

—Está bien—, asintió ella, esperando hasta que su marido dejara la habitación antes de voltear hacia Draco con expresión dura. —Tú, abajo, cinco minutos.

Y con eso, se fue, cerrando de golpe la puerta antes que él pudiera siquiera replicar. Cerrando los ojos con fuerza y frotándose la cara con palmas sudorosas, dejó que su hosca mirada recorriera la impresión de Hermione, formada en el colchón y la almohada, y tragó el nudo de angustia en su garganta, casi ahogándose con él.

—Déja vù—murmuró para sí mismo, abandonando la calidez de la cama, la sutil esencia de Granger aferrándose a la sábana.

Era un día frío, y él escuchó ausente el ritmo de staccato de las gotas de lluvia golpeando la ventana mientras se ponía unos pantalones y un suéter, sus movimientos lentos y desatentos. Más allá de la puerta del dormitorio, él pudo escuchar más pasos, voces elevadas, sillas raspando, y toda la paz que le había parecido tan irreal sólo el día anterior, había sido desgarrada, reemplazada por un escándalo. Pasando una mano por el cabello, se dirigió escaleras abajo hacia la cocina, y apenas levantó la cabeza, reconoció a Blaise y a Theo sentados a la mesa, y Tonks apoyándose en la encimera, sus brazos cruzados, y su rostro arrugado con irritación.

— ¿Por qué demonios fui despertado a las ocho de la maldita mañana? — demandó Theo. —Yo no tengo una novia que se haya ido SIN PERMISO, y difícilmente soy amigo de...

—Cierra la boca—dijo Tonks, nivelando su mirada hacia Blaise. — ¿Y bien?

Mientras Draco se hundía en una silla libre, él miró a Blaise, preguntándose si la sombra atribulada en los ojos de su amigo se reflejaba en la suya. Él se veía como si hubiera estado despierto toda la noche, atormentado por el estrés y la ansiedad, haciendo muecas por horas y tratando de sacarse a sí mismo de un mal sueño.

— ¿Bien, qué? —murmuró Blaise. —Ya te lo dije. No sé dónde se ha ido ella y no sé dónde está Thomas, o Granger, o Weasley ni el jodido Potter...

—Luna debió decirte algo, o insinuado...

—Tonks, juro sobre mi cuestionable alma, ¡No lo sé! Mi mejor opción sería Hogwarts, pero no tengo una maldita pista. Ella nunca me dijo nada.

Ella suspiró, frotando su frente con dedos temblorosos mientras dirigía su mirada sobre Draco. — ¿Y tú?

— ¿Y yo qué?

—Bueno, no te veías exactamente sorprendido esta mañana cuando entré en el dormitorio, y Hermione no estaba ahí.

Él compartió una rápida mirada con Blaise y se encogió de hombros. —Difícilmente es la primera vez que Granger hace una salida abrupta.

— ¿Dónde está ella, Draco? —preguntó ella, su tono agudo. — ¿Adónde se han ido?

—No lo sé —. Sabía que no era una mentira convincente. No intentó hacerla particularmente convincente.

—Tú lo sabes, puedo notarlo...

—Noup— dijo él, brevemente.

—Draco, te das cuenta que sólo queremos ayudarlos...

Aislamiento - Draco x HermioneDonde viven las historias. Descúbrelo ahora