Siendo Idiotas

Me conoce bien

Capítulo VII

Me conoce bien.

EMILY HUNTER

Vamos camino a México, mi bello país. A pesar que ahora se que no nací ahí, fue en donde crecí. Viví en ese hermoso país por más de diez años. Desde el atentado solo he ido dos veces, la primera fue poco tiempo después de que despertara, y la segunda fue cuando venimos por Mia.

Mi hija, ya va hacer casi un año de que está con nosotros, me sorprende la facilidad con la que se adaptó a esta nueva vida. A pesar de que este es un país sumamente diferente a donde nació y vivió, se ha acoplado de maravilla. El hecho de que no queramos tenerla en el ojo público, no significa que este encerrada 24/7, al contrario, sale seguido a parques y plazas. Al vecindario donde se encuentra la mansión solo se tiene acceso si alguien avisa que vas a entrar o a menos que seas residente, claro está. Dentro de esta hay lugares donde los niños pueden jugar tranquilamente, sin que tengan a la prensa encima, y hablo en general ya que la mayoría de los que residen allí son famosos o personas apoderadas. Ella se quedó en Londres, con una amplia guardia y su niñera.

Llevamos varias horas  de vuelo, cuatro para ser exacta. Un vuelo comercial tarda entre 10 y 11 horas, en el jet Hunter nos hacemos 8 horas. Por lo cual aún falta algo de tiempo para aterrizar. Solo venimos mis hermanos, Gabriel, Wong y sus chicos y Lucifer junto con su escolta, que ahora que lo pienso no parece escolta, no viene guardia con nosotros, principalmente porque es territorio "seguro" y aparte también tenemos gente trabajando aquí que estarán pendientes a todo lo que ocurra.

Me vuelvo a sumergir en mi lectura, actualmente estoy leyendo Persona Normal de Benito Taibo. Es un libro increíble lo empecé antier y ya lo estoy acabando.

A mi lado tengo a la peliroja y en frente a la pelinegra, ambas con audífonos puestos mientras mueven la cabeza al ritmo de su música.

Necesito un trago hay muchas cosas que procesar. Me levanto y voy directo al mini bar, saco la botella de Jack Daniels y ni siquiera me molesto en servir un poco en un vaso, me empino directo la botella.

—Alguien no esta del todo bien —escucho que dicen a mi lado.

—Que te den —contesto de mal humor.

—Sip, definitivamente no estás de buen humor —siento como me arrebata la botella y me volteo furiosa- ya somos dos -dice para después tomarle un largo trago.

Me la regresa y así seguimos, en silencio, tomando por turnos. Tengo la sensación de que quiere decir algo pero simplemente no se atreve, y para mala, hoy no tengo ganas de estar de curiosa.

—¿Qué tienes? —pregunta después de un rato.

Me quedo callada un momento, para ser sincera ni yo misma se porqué estoy de esta manera- nada.

—Venga —dice— se que tienes algo. Te conozco.

—No me conoces.

No paro de darle tragos a la botella, la cuál por cierto ya está a menos de la mitad. Para este momento el alcohol está haciendo efecto en mi sistema.

—Claro que lo hago —sonríe de forma arrogante. Él también ya no está en sus cinco sentidos.

—Pruebalo —digo.

—Se exactamente lo que tienes, solo quería ver si confías en mi, si me contaría si algo te agobia —suspira y le paso la botella, se la vuelve a empinar—. Al parecer no "susurra pero logró escucharlo, decido mantenerme callada—, como sea. Estás tratando de procesar todas las cosas que han pasado en menos de 24h. Ayer a esta hora estabas tranquila sin imaginar lo que se avecinaba, primero el reencuentro con Clark, eso no te afectó tanto, estabas mentalizada a que la verías y hablarías con ella. Lo que no esperabas era el regalito que te tenía, eso si te afectó, volver a ver a aquel idiota que solo te lastima cada vez más —vuelvo a tomar la botella—. El ver su estado te afectó aún más, a pesar de todo lo que hizo te recriminas el tiempo que Wong lo tuvo encerrado. Lo de esta mañana sigue desconcertandote, a pesar de que ya antes te había pegado —aprieta la mandíbula—, pero lo que más te ha afectado es saber que tu mejor amiga no esta muerta, que en realidad fue entregada a manos de ese mafioso por Peter y el que tu no hayas descubierto eso antes te enoja y frusta. El imbecil es el culpable de que hayas perdido a tu mejor amiga —termina de decir y vuelvo a darle otro trago a la botella para después dársela.