El pasado y el presente

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Capítulo XIII

El pasado y el presente.

40 horas después del secuestro de Mia.

EMILY HUNTER

-¿No te cansas de hacerme daño? -le dije con los ojos llorosos al chico frente a mí.

-Yo...

-¡Tú nada! -lo detuve dramáticamente- Nunca te hice daño, nos llevábamos bien, claro no eramos los mejores amigos, pero te tenía cariño, hasta que empezaste a tratarme mal, me gritabas, me decías cosas irientes y me pegabas -todo esto lo dije al borde del llanto. Dejen los pongo al corriente.

Hoy me levanté por el timbre de mi teléfono, estaba tan cómoda hasta hasta reaccioné. Tenía un brazo rodeando mi cintura y yo estaba vuelta un ovillo contra el cuerpo de ¿Gabriel? Ok, tengo mi pijama puesta, él también, al parecer solo se quedó a dormir aquí. Empecé a recordar lo de la madrugada y entendí todo.

El ruido del celular paró y en su lugar escuché la ronca voz de Gabriel recién despertado, debo admitirlo, fue un orgasmo auditivo. Su voz ronca, grave, pero a la vez suave y calmada, fue simplemente ¡wow!

Puso el teléfono en altavoz y hasta ahora reacciono ¿quién se cree para contestar mi teléfono? Lo fulmine con la mirada pero él ni enterado, estaba más concentrado en lo que Iván estaba diciendo.

-Tengo lo que Emily pidió.

-Aquí estoy, ¿Qué es lo que tienes?-me dio el número de teléfono de Lucas, su dirección de correo electrónico, donde trabaja y donde vive, al igual que algunos datos de su familia y datos personales, como fotos e información reciente de él.

Cuando vi su foto lo primero que pensé fue "nada que ver con aquel chico flacucho de la prepa", el chico tiene lo suyo, si no fuera porque trabaja con los Morgan si le daba y no consejos. Me enteré que seguía frecuentando a Mateo pero ya no tanto como antes, y que actualmente no tiene pareja, su última relación sería fue hace dos años. Es abogado y parte de uno de los bufets más importantes de México.

Colge la llamada con Iván e inmediatamente llamé al número que me proporcionaron, obviamente para esto Dylan me había conseguido un teléfono desechable e imposible de rastrear.

-¿Quién habla? -contestó después de tres intentos en los que no lo hizo.

-Lucas Miller -dije con un tono de voz neutra.

-Si, soy yo. ¿Quién habla? -dice un tanto desconcertado- A menos que seas... no eso es imposible.

-Todo es posible -casi me rio, pero logré controlarme-, amigo mío.

-¿E... Emily? -dijo dudoso.

-Din-din-din -hice el sonido de los juegos cuando ganas-, has acertado.

-¿Qué se te ofrece?

-Sabes lo que quiero.

-No tengo idea de lo que hablas.

-Claro que la tienes, sabes de sobra que es lo que quiero.

-Di cuando y donde -respondió rendido.

Siendo IdiotasDonde viven las historias. Descúbrelo ahora