T.T: Compartir cama.
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A Percy le dolía un poco la espalda, y ya estaba bastante cansado, pero aún así, no pretendía moverse de ese lugar.
-Percy-llamó Will-, mi turno terminó.
-¿Puedo quedarme?
-Claro que sí-le sonrió comprensivo-. Si algo pasa, afuera están los de turno.
-Gracias Will.
-Hasta mañana.
Salió de la habitación, cerrando la puerta detrás.
Percy se acomodo en la silla por milésima vez en el día.
-¿Cómo es posible que aún se vean tus ojeras?-preguntó en voz baja, como si hubiera alguien más en la habitación-. Haz estado así por casi una semana.
Jason se veía en paz, como si no hubiera sido golpeado y noqueado, como si no estuviera en coma. Antes encontraba gracioso ese chiste de él siendo un imán de desmayos y ladrillos en su cabeza, pero luego de esto, nunca más volvería a hacer bromas.
Un día pareció normal.
Dos, creía que solo se estaba tomando su tiempo.
Tres.
Cuatro.
Cinco.
Cinco días, y casi no había dejado su lugar junto a él. Solo se iba para tomar un baño, o comer, aunque se había saltado varias comidas para estar ahí.
-Jason se molestaría si supiera que no has comido en casi un día-indicó Nico.
Pero a él no le importaba.
-Antes que Nico o cualquiera vengan a quejarse contigo-saco algo de su bolsillo-, hoy si desayune-le mostro el envoltorio de la barra de cereal que había comido-. No fue la mejor, pero al menos fue algo-se encogió de hombros.
Volvió a acomodarse en la silla.
-No te preocupes, cuando despiertes, los dos iremos a comer juntos, así como una cita; que pensándolo bien, no tendría que explicarlo, porque bueno, somos novios, y...-cruzó sus brazos junto a él en la cama, recargando su barbilla sobre ellos-. Okay, ahora solo estoy hablando.
Observó el reloj en la pared. Era casi la una de la mañana.
-Por favor, regresa pronto. Todo se siente diferente sin ti. Incluso me ha hecho pensar en que pasaría si tú...
No quiso terminar la oración. El solo pensar en eso lo hacía sentir un gran vacío en su pecho, y se ahogaba en desesperación.
Sacudió el pensamiento de su mente.
-No importa-se levantó un poco, y tomó su mano, estaba algo fría-, porque tú vas a despertar pronto. Thalia está en camino, quiere verte con desesperación. Todos, en realidad.
Hubo un pequeño golpe en la puerta.
-Oh, hola Percy, no sabía que estabas aquí-una de las hermanas de Will asomo su cabeza-. Solo quería revisar que estuviera bien.
-Bueno, sigue inconsciente-señaló, tratando de ser algo gracioso.
-Mañana le haremos otro chequeo, tal vez eso nos diga algo.
-Eso espero-suspiró, jugando con sus dedos entrelazados.
-Hoy no te quedes despierto tanto tiempo-advirtió.
-Nunca lo he hecho-se defendió.
-Ajá, como digas-rodó los ojos-. Hasta mañana.
-Adiós.
Estuvo otros cuantos minutos hablando en voz baja con él, hasta que el sueño le gano.
Recostó su cabeza junto a su cintura, sin soltar su mano, como lo ha estado haciendo desde hace unos días. La postura no favorecía ni un poco su espalda. Esa noche le costo quedarse dormido. Había mucho dolor en su cuerpo como para ignorarlo.
Luego de pensarlo un minuto, se fue del otro lado de la cama, donde había un poco más de espacio.
-Espero que no te moleste.
No se durmió de inmediato. Se quedo recargado en su costado, observando su rostro, delineando cada facción, y dejando uno que otro beso por ahí.
-Descansa-beso con delicadeza sus labios una última vez-. Espero que haya un hasta mañana.
Se recostó contra su brazo, tomando entre sus dos manos la suya. Sentía una presión en su pecho. ¿Qué si no le decían algo prometedor? Solo con tenerlo una semana más así lo ponía extremadamente ansioso. No merecía estar así, solo quería verlo sonriendo como siempre.
No se dio cuenta que estaba llorando un poco. Limpió su rostro.
-Te extraño-murmuró.
Cerró sus ojos unos minutos después, cayendo profundamente en un sueño.
Al día siguiente, tenía que despertar antes de las nueve para que Will o sus hermanos no lo vieran ahí, y pudiera darles espacio para hacer su revisión.
Abrió sus ojos de poco a poco. La luz de afuera no daba directo a su rostro. Restregó sus ojos, estirándose.
Había algo fuera de lo común. No estaba abrazando el brazo de Jason, el brazo de Jason lo estaba abrazado a él. Estaba justo en su cintura. Pero Percy no lo había movido.
Con el corazón a punto de estallar, levanto su rostro, encontrándose a esos ojos azules, brillando y observándolo.
-Hey, despertaste-dijo Jason, su voz sonaba rasposa y algo débil, pero eso no le impidió sonreír.
-Oh mis Dioses.
Se tiro a sus brazos, besando repetidas veces su mejilla.
-Despertaste. Estás aquí.
-Estoy aquí-paso ambos brazos por su cintura.
-Nunca vuelvas a hacer eso. Nunca-suplico.
-Tranquilo. Me aseguraré que no vuelva a pasar.
-Oh, tengo que ir por Will-recordó, tratando de alejarse, pero Jason lo aseguro en su lugar.
-No. Estoy bien.
-Pero...
-No faltará mucho antes que venga por su cuenta. Quédate conmigo.
Percy sonrió, acariciando su mejilla.
-Okay.
Volvió a acomodarse, dejando su cabeza en su pecho.
-Te amo.
-Yo también te amo.