T.T: Confesión borracho.
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-Y entonces, caí por las escaleras, pero un tiburón evitó que me golpeara-eso lo siguió una carcajada.
-Sí Percy, sí.
Jason lo llevaba a rastras por las escaleras hacia su habitación. Suerte que sus padres no estaban, o lo habrían regañado.
¡Sabía que este muchachito no era buena influencia!
No sabía lo que pasaba con su amigo. Normalmente se controlaba mucho al tomar, pero esa noche parecía que no le importaba nada. Eso, combinado con Piper, quien era bien conocida por ser un descontrol en las fiestas, debió alertarlo desde el inicio.
Lo ayudo a sentarse en su cama.
Su cuerpo se tambaleaba. El olor a alcohol era reconocible a miles de kilómetros de distancia.
-¿Puedes quitarte tus zapatos, o necesitas ayuda?
Como respuesta, Percy siguió hablando de un supuesto duende pirata que vivía bajo su almohada, riendo estruendosamente de vez en vez.
Rodando los ojos, se agachó para frente a él para poder deshacer los nudos de sus sucios Converses.
Percy se dejó caer de espaldas en la cama.
-También puedes quitarme la ropa si quieres-dijo como si nada, estirándose.
Jason se sonrojó, pero no contestó.
-Más bien, quisiera que me quitaras la ropa-corrigió-. Oh dulce Jason, si tan solo supieras...
-Percy, estas muy borracho-negó-. Espera aquí, voy por una pijama.
Y por pijama se refería a una playera cualquiera que sabía le quedaría bien a él.
Al regresar con la prenda en mano, Percy seguía en la cama, ahora tratando de quitarse su propia playera y fallando tremendamente.
-¡Mi cabeza está creciendo!
-No está creciendo, ese es el hoyo de la manga.
-¡Oh, cierto!
Jason lo ayudó a despojarse de cada prenda, hasta que quedó en ropa interior. Mirando y tocando lo menos posible, le colocó la playera.
Volvió a tirarse de espaldas, riendo solo porque si.
-Tu madre va a matarme-dijo Jason, sentándose en la cama, dándole la espalda-. Se supone que iba a ver que no te pasarás-comenzó a quitarse sus zapatos.
-Oh pero ella te adora-sintió a Percy sentarse, y acercarse a él-. No hay manera de que se enoje contigo-se recargo en su espalda, dejando su quijada en su hombro, y pasando sus brazos por su cuello hasta que quedaron frente a ellos-. Te ama. No tanto como yo, pero te ama.
-Que lindo de tu parte, Perce-murmuró.
-Solo es la verdad. Te amamos. Bueno, yo más, y yo lo hago de diferente manera, porque me gustas mucho y creo que estoy enamorado de ti, pero son cosas irrelevantes. Oye, ¿te has dado cuenta que...?
-Alto, alto-detuvo Jason, agarrando sus brazos-. ¿Qué acabas de decir?
-No lo sé.
Jason se puso de pie, sin soltar sus brazos, quedando frente a él. Percy seguía de rodillas en la cama.
-Si lo sabes. ¿Te gustó?
-Pf, sí. Un poquito o tal vez mucho, bueno, mucho. Demasiado.
-Percy, ¿por qué siento que no es el alcohol hablando?
-Porque no lo es, tontito. A veces lo único que pienso es en besarte-sonrió-. Hoy quería decírtelo, pero cuando fui a hablar contigo estabas muy ocupado coqueteando con esa chica rubia.
-Percy, esa chica rubia era Annabeth, nuestra amiga que sale con nuestra otra amiga. Y no estábamos coqueteando, estábamos así de cerca porque apenas y podíamos escuchar por sobre la música-explicó.
-Que tonto-se carcajeó-. A la próxima voy a revisar bien.
Jason negó con media sonrisa.
-Debes dormir ya. Mañana podemos hablar de eso, si es que recuerdas.
-Lo recordaré, promesa-se acercó a besar su mejilla-. Y más te vale corresponderme, o si no, te lanzó una almohada.
-Tranquilo-volvió a ayudarlo a acostarse-, ni estando borracho se me ocurriría algo tan tonto como rechazarte.
