Capítulo 29

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Narra Mew:

El sabor del vino es notorio entre nuestras bocas y los desesperados roces suaves y cálidos de nuestros labios. Sobretodo amo los suyos, son tan gruesos y suaves...solo míos, su forma curvada...cuando los veo entiendo lo que es perderse en deseo, el deseo de chuparlos, lamerlos y hacerlos uno a uno míos.

Y su piel...es tan suave, hace unos momentos me tomé la libertad de acariciar sus hombros y pecho, pasar mis dedos pulgares por esas líneas laterales de su abdomen. Y ni hablar del sentimiento que todo el peso de mi cuerpo provoca al mantener presionados ambos miembros, que llenos lloran con cada contracción, porque al sentir la de uno, es inevitable que el otro no reaccione regandose cada vez un poco más.

Una desesperación tan grande...que lamentablemente solo puedo liberar con mis labios en los suyos.

-Mew...ahhh...

Y sus jadeos, suspiros diciendo mi nombre y pequeños gemidos me hacen preguntarme el por qué paro, ¿Por qué me controlo si lo que quiero es escuchar gritos y lloriqueos de placer? Pero por ahora tengo esto...sus labios inexpertos moviéndose torpe y sensualmente, y mi lengua entrando obscenamente sin importarme que no pueda seguirme el ritmo.

-Ahhh...

Gulf apartó su rostro llevándolo hacia atrás sin poder más, entonces el pensamiento de que sus labios no han sido capturados por nadie más antes, ni tampoco por tanto tiempo me hizo sentir nuevamente ese cosquilleo en mi pecho que se agranda cada vez que lo siento solo mío. Sin embargo, mis labios cosquillean por la necesidad de seguir, la necesidad de saborearlo hasta hacerlo totalmente mío es abrumadora, así que traspaso esa humedad y desespero por contacto desde sus labios a su cuello, ya que ahora no tengo esa boca con la que aliviarme...solo porque él no lo soporta.

Antes de seguir saboreando su blanca piel, solo para aumentar más mi placer, paré unos segundos para ver su expresión, llevando nuevamente mi atención a esos labios entreabiertos que por alguna razón me causan querer enseñarle a esa boquita todo el placer que puede dar. Ni siquiera podía contar o recordar todo lo que quería hacerle, pero sabía que eran muchas cosas indebidas.

Cerré fuertemente mis ojos apartando la imagen de mi miembro dentro de la boca de Gulf. Entonces la culpa estaba ahí otra vez...¿Por qué no lograba hacer tranquilamente todo lo que mi cuerpo me pedía hacerle al suyo? Ya no es el sentimiento de aprovecharme de él...no, eso ya estaba resuelto, él también quería esto tanto como yo...pero le costaba mucho más que a mí. ¿Por qué? Él no ha tenido un novio con el que solo besarse por horas, talvez es un paso demasiado grande lo que intenté hacer esta noche. No...definitivamente estaba yendo demasiado rápido, él lo estaba haciendo porque quería sí...pero talvez también por mi insistencia, saltándose un montón de pasos que su cuerpo necesita para poder entregarse de una forma más tranquila a mí.

Me aparté por más que mi entrepierna doliera, y sabía que la de él estaba en la misma situación, ya que me veía desconcertado...pero esta vez había sido totalmente mi falla.

—Deberíamos ir a dormir, ya es tarde— dije sintiendo como mi cuerpo ardía de dolor al escuchar lo que yo mismo decía.

El chico semidesnudo debajo mío se vió avergonzado por el excesivo sonrojo de su rostro y pecho, que ahora desde mi posición lo veía como un cuadro magnífico. Él intentó enderezarse con una mano en el sofá, mientras que con la otra tapaba su rostro ladeado para que yo no pudiera verlo.

-¿Hice algo mal? Esta vez ya no te empujé ni...

-No...no, no, no— lo interrumpí tomando su rostro con mis dos manos para que entendiera que nunca debe ocultarme la reacción de su cuerpo a lo que acabamos de hacer —No es eso, es que...solo besarnos por ahora esta...bien.

Sálvame (MewGulf)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora