Coraline

182 23 0
                                    


-SALO!- grito Violeta al verlo en el suelo- Ayuda! Theodor! Adriano!- grito mientras intentaba saber que le sucedía.

-Tranquilo- llego rápidamente Theodor levantándolo del suelo y recargándolo sobre su pecho- respira-

-¿Qué sucede?- Pregunto uno de los encargados

-Traiga agua fría y hielos por favor, estará bien, es un ataque de pánico-

-Todo estará bien amigo- dijo Adriano mientras lo abanicaba lentamente con el programa

Violeta sujetaba su mano mordiendo su labios para no llorar. No tenia que decirlo, la había visto. La ultima vez que le vieron así fue cuando se entero que ambos estaban juntos de nuevo. El miedo que tenia a perderla se volvía en su contra, haciendo estallar su cuerpo.

Después de un rato mas calmados, y sin una palabra de lo que sucedió de parte de él, accedió a cantar, dijo que estaba bien, que podía hacerlo. Theodor sabia que así era, de lo contrario no lo habría permitido. Sabia que necesitaba ser escuchado de alguna manera, y quizá esa manera era mediante su música.

Jeriel hablaba en el palco con algunos amigos, mientras ella se recargaba en el borde jugueteando con los binoculares. Pronto el evento comenzó y la música se hizo presente, la vio tarareando varias de las canciones, y ella lo miro adorándola, ¿Qué mas podía pedirle a la vida? Se pregunto en ese momento y de la nada, ahí estaba. Enfundado en un traje de encaje negro con un corsé ajustado, pantalones negros acampanados, el cabello bien peinado y su mirada fija en ella.

El corazón de Marlena se detuvo.

Jeriel la vio palidecer frente a sus ojos, ¿En que momento los había descubierto? ¿Cómo era posible que en medio de ese enorme lugar fijara sus ojos en ella quien por inercia ahora estaba completamente pegada a su asiento. Una melodía conocida nació de entre la orquesta, y mientras todo el grupo armonizaba con ella la voz de salo mencionaba una y otra vez su nombre como si la estuviera llamando "Ieri ero quiete perché oggi sarò la tempesta...Quindi Marlena torna a casa, che il freddo qua si fa sentiré" (Ayer estuve tranquilo porque hoy seré la tormenta Entonces Marlena vuelve a casa, que aquí se siente el frío)

De un momento a otro Marlena paso de perder el color a que las manos le temblaran. Quería irse, pero no podía decir nada, si salía una sola palabra de su boca, seguramente no pararía de llorar, y se negaba a ser descubierta. Dos canciones después estaba decidida a marcharse, pero en el micrófono unas palabras le hicieron esperar "esto es un cuento nuevo, una parábola, una historia de una mujer triste y su falso amor"

"Coraline, bella come il sole

Guerriera dal cuore zelante

Capelli come rose rosse

Preziosi quei fili di rame

Amore, portali da me

Se senti campane cantare

Vedrai Coraline che piange

Che prende il dolore degli altri

E poi lo porta dentro lei"

Theodor tenía razón, no importaba que no fuera su nombre, era sobre ella. Ella y ese cabello rojo que el tanto odiaba, ella siendo infeliz. Mientras la canción avanzaba, con esa voz desesperada, el corazón se le hacía pedazos.

Jeriel estaba furioso, podía ver tantas cosas que le pasaron de largo, y ahora se las escupía en forma de canción. Quería tomarla y sacarla de ahí, pero sentía que si la tocaba desaparecería. Y entonces esas estrofas le dieron el tiro de gracia.

Buena Educación Donde viven las historias. Descúbrelo ahora