El Premio

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Al fin era febrero, y la alfombra roja del teatro Dollby se iluminaba como cada año. Jeriel llegaba como de costumbre a tiempo y rodeando la diminuta cintura de su coprotagonista. Las luces le daban en el rostro y su frente chocaba juguetona en la de esa americana despampanante, era imposible que pudiese darse cuenta antes que delante de él, esa pareja que acaparaban a los fotógrafos era la descripción gráfica de sus fracasos pasados.

Camino hasta que la alfombra se hizo amplia y las luces menos tumultuosas. Miró al hombre que estaba a dos metros de él, con ese traje color blanco y ese cabello corto y bien peinado rodeado de su séquito. Lo reconoció enseguida.

Pero algo había de más en esa escena, todos se amontonaban como si fueran lo mejor de la vida, no fue hasta que caminó detrás de ellos que lo escucho "¿Es ella su Marlena?" "Ahora es nuestra" escucho como la chica rubia contestaba dando un beso juguetón en los labios a esa mujer que tantas veces veía en sueños.

Brillaba... y el rostro de Salo al mirarla lo hacía ver como una persona completamente diferente, era como si toda esa gente que les fotografiaba no existiera. Alguien de la organización les hizo señas para continuar caminando; los tres jóvenes caminaron delante saludando y siguiendo indicaciones mientras que la pareja caminaba tomada de la mano deteniéndose cada tanto para posar para una o dos foto.

Salo en traje Blanco y su ya conocido maquillaje pesado y Marlena con ese cabello rubio cayéndole en la espalda mientras ese vestido color lila con miles de capas de gasa cayendo por su cuerpo dibujaba esas perfectas piernas y enmarcaba ese paraíso que eran sus pechos en el prolongado escote romántico. Era como ver a una princesa.

La observo durante toda la noche, al parecer el grupo de Salo estaba nominado por canción original, y el solo como actor secundario. ¿Cuándo fue que ella decidió dejar su perfil bajo? Odiaba lo que veía. El corazón le dolía. Podía haber ocupado ese lugar, ser él quien se mantuviera hasta el final...

Cuando Salo se separó de ella para realizar la presentación y ella se quedó acompañada por las parejas de sus compañeros, aprovecho para llegar a ella.

-Te ves hermosa- dijo de pie mientras el temporizador del corte comercial continuaba

-Y tu te ves muy guapo- sonrió viéndolo con ese esmoquin negro tan pulcro y propio de él-Felicidades- dijo poniéndose de pie para abrazarlo.

Las cámaras tomaron una o dos fotografías, al verlos cercanos, Jeriel estaba tan nervioso como si viera por primera vez a la chica de sus sueños, y quizá lo era, quizá era "esa" Marlena exactamente la que el siempre quiso tener para acompañarle. Antes de que el timer terminara su cuenta regresiva la tomó por ambas manos, para despedirse y prometerse ponerse en contacto después. Entonces lo vio.

-Te has casado...- dijo pasando de la felicidad al borde de las lágrimas- No puede ser, ¡¿Por qué con él?!- dijo levantando la voz de tal manera que todo el mundo se giró para mirarlos. Marlena se sentó en silencio intentando desaparecer en la multitud.

Jeriel se quedó de piel al borde del pasillo hasta que un acomodador lo llevó al fondo, el no sabia pero pronto terminaría de volarle la cabeza. Frente a él Salo y su s amigos hacían retumbar el lugar con ese rock y esa fuerza que solo ellos sabían crear. Pronto todos estaban de pie, bailoteando ese ritmo y siguiendo esa voz italiana. Que les hacía mover la cabeza- mientras la canción avanzaba, el caminaba por el pasillo mientras repetía el coro hasta llegar frente a su por lo visto ahora esposa. Y entonces lo dijo:

E Marlena, vinci la sera, spogliati nera
Prendi tutto quello che fa comodo e sincera
Apri la vela, dai, viaggia leggera
Tu mostra la bellezza a questo popolo ed io

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