Capitulo 26

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I put a spell on you....

Arnold quitaba sus bragas de la rubia, besaba de las pantorrillas hasta llegar si monte Venus, le abría las piernas para poder observar sus labios inferiores y jugosos que estaban, con su lengua empezaba a lamer, Helga gemía al acto.

Le tomaba del cabello al rubio, quería que parara pero a la vez no, sentía como su interior vibraba, arqueaba su espalda del placer que le brindaba, sus suspiros le excitaban al rubio.

I put a spell on you
Because you're mine

Dejo de besas sus labios, para subir poco a poco dando pequeños besos en su abdomen hasta llegar a su cuello.

- te haré mía a mi manera Helga G. Pataki

La rubia lo miraba con esos ojos azules profundos. Sin darse cuenta el miembro del rubio entró a ella sin que se diera cuenta, empezó a embestirla como él deseaba, como él se había imaginado cuando se masturbaba en su habitación.
Arnold hacía los movimientos salvajes, de las tantas ganas que tenía en tenerla, hacerla suya hasta que él no pudiera más, todas esas ganas las gastaría esta noche.

- eres... mía.- decía empujando con sus movimientos.

- toda tuya , haz lo tuyo

Arnold la cambia de posición, ahora boca abajo, puso una almohada bajo su pelvis, para que levantara las nalgas. Helga se extrañó de eso, por que poner una almohada ahi?. Al sentir el enorme miembro del rubio como deslizaba dentro de ella, se sentía rico. Arnold al ser un chico samaritano como decía ella, estaba tan equivocada o es que él había visto revistas porno o videos? Lo más seguro era eso. Pero mandaba al carajo si lo veía ... se la estaba metiendo tan duro como le gustaba. Sentir como entraba y salía de su cavidad, sentir como sus testiculos chasqueaban con los movimientos bruscos. Sentía como el dedo de Arnold tocaba su ano, empezaba a masajear.

- no me digas que ...- decía la rubia al sentir como el la tomaba para que no se moviera

- me dijiste que hiciera lo mío, así que quédate quieta

- de donde carajos...

- callate .- dijo Arnold tomándola del cabello y embistiéndola .- querías que fuera una bestia ?Eso hago hermosa, y veo que te gusta. Ser una bestia en tu cama y tú te vuelves mi hermosa musa.

Arnold masajeaba sus nalgas, apoyándose en los movimientos para luego darle unas buenas nalgadas.

- ahh.- Gemía ella

Empezó a masajear el pequeño agujero, escupía en ella, y poco a poco entraba su dedo en esa cavidad, Helga podía sentir lo rico que se sentía.

- criminal ... .- dijo

Arnold seguía embistiéndola, Helga se había venido varías veces, ya sentía su cuerpo casi débil de no aguantar las embestidas de su mantecado.

- relájate hermosa

- qué?

Arnold sacó su miembro de ella, para luego posarse en el otro agujero, lentamente entraba a ella.

- ah!

El lentamente empujaba su miembro, hasta que entró completamente, despacio el hacia sus movimientos, podía sentir como Helga apretaba del dolor.

- relájate, te va a doler más

- maldición, como te atreves ....

- te burlaste al decirme en lo "bestia " , así que ahora no digas nada

Arnold seguía con movimientos lentos, hasta que la rubia se acostumbrara al tamaño que sentía dentro de su culo.
Unos segundos después fue más rápido los movimientos, sentía salir y entrar el falo de él, estaba a punto de venirse, seguía moviéndose más rápido, Helga sentía que ya no aguantaba más, tocándose su Clitoris para ella también venirse, Arnold dejó salir su líquido cálido dentro de ella, expulsando todas las ganas que sentía. El squirt de Helga había mojado la cama. Salió de ella, dejándose caer, tomando aire de lo cansado que estaba, Helga se acosto boca abajo quitándose la almohada que tenía debajo de ella.

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