Capítulo 5 - El león no es como lo pintan

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Jimin se sorprendió cuando esa mañana, al abrir su puerta, se encontró con Jeon Dahyun y una invitación a almorzar. Se sentía nervioso mientras se dirigían a la mansión de Jungkook para recoger a Jungwon. No había visto a Jeon Jungkook desde la reunión, pero cada vez que pensaba en sus palabras, en sus reclamos por el simple hecho de los abrazos de Jungwon, se estremecía. Jungkook había logrado causar un sentimiento extraño en su corazón, había logrado llenarlo de curiosidad.

En las conversaciones con Jungwon no había escuchado al pequeño nombrar a su padre, como si había llamado a su padrino Namjoon, su tío Yoongi, el esposo de su tía Dahyun, o a sus abuelos, incluso hasta a su otro padrino SeokJin, esposo de su padrino. Sabía que Jungwon no hablaba de su padre porque simplemente no sabía que contar de él, más allá de lo que leía, cuando recibía premios, a través del periódico.

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A Jimin le impresionó el tamaño de aquella tenebrosa mansión. Era bonita, pero no le gustaba. Era demasiado ostentosa o llamativa para su gusto. Sus ventanas eran grandes y las cortinas oscuras no permitían ver hacia a dentro. Había dos leones como escultura en las gradas que conducían a la puerta de mármol café oscuro. Dahyun se adentro con confianza y Jimin la siguió, pero de pronto sintió la mano de Dahyun jalarla con fuerza, haciéndola esconderse tras unas enormes escaleras, que seguramente llevarían al segundo piso. Dahyun señaló hacia el frente y Jimin observó como Jungwon estaba mirando a través de unas puertas, de lo que parecía ser un estudio. Las puertas estaban semi abiertas y Jungwon miraba a alguien allí. Observó lo pulcro de aquel lugar. El piso brillaba bajo sus pies. Había una mesa con un jarrón extraño, cerca de donde Jungwon estaba y en este había flores artificiales blancas.

-Lo cache la semana pasada. Al parecer siempre hace lo mismo- dijo Dahyun en un susurro, sacándolo de sus pensamientos, haciendo que mirara con atención a Jungwon.

-¿A quién mira?- preguntó Jimin. Dahyun suspiró con pena y respondió:

-A Jungkook idiota Padre ¿A quién más?-

Jimin ignoró su sarcasmo y se quitó sus zapatos de tacón pequeños. Eran cómodos y lo hacían verse fashion o eso le habían dicho Bambam, Jinyoung y Mark. Se los dio a Dahyun y se encaminó hacía Jungwon, quién seguía absorto viendo a su padre, para ver si le había picado algún insecto radiactivo o quizá Jisoo le había puesto algo a su comida. Él solo quería saber porque, de pronto, su padre quería comer con él. No es que no le alegrara, no, pero le extrañaba. Quizás quería algo y Jungwon no tenía mucho para darle.

-¿Qué es lo que vemos?-Preguntó Jimin.

Jungwon saltó y cayó hacía el frente, abriendo la puerta, llevándose a Jimin con él. Jimin, al estar en el suelo y descubierto por Jungkook, empezó a reírse a carcajadas, rojo de la vergüenza. Jungwon frunció el ceño y se sonrojó avergonzado de haber sido descubierto, pero Jimin seguía riéndose y terminó contagiándolo a el también, que empezó a reírse con loco. Dahyun también se reía, al ver a su sobrino así, pero lo que más la hizo sonreír fue la manera en la que su hermano veía a Jimin. Ese brillo, ese brillo no lo veía desde hacía ya 12 años. Sonrió, pero esta sonrisa era traviesa. Oh si, si que lo era. Jeon Dahyun sería un cupido celestial desde ahora.

Jungkook vio a un hermoso hombre caer frente a su escritorio. Se sorprendió al ver a Jungwon con él y de pronto encontró la manera de acercarse a su hijo, porque Jimin podría ser el único que de verdad conociera a Jungwon. Las risas, combinadas de ambos, se escuchaban como un coro angelical que venía directamente del cielo ¿Qué me está haciendo este hombre? Pensó. Porque si le estaba haciendo algo.

Dahyun suspiró, pensando miles de maneras de unir a su hermano a aquél lindo y talentoso chico que se encontraba en el suelo sonriéndole a su sobrino de una manera que no supo describir. Había adoración en su mirada, adoración que ni siquiera ella le tenía a su sobrino. Amaba a Jungwon, estaba segura de eso pero la manera en la que Jimin lo miraba la hizo comprender el porque Jungwon hablaba de él como si fuese su héroe y entonces comprendió, que para Jungwon, Jimin era más que su héroe. Él era su mundo.

El Maestro De Mi Hijo - KookMinDonde viven las historias. Descúbrelo ahora