El Maestro De Mi Hijo - KookMin

Capítulo 26 - La segunda vida de Taemin

-¿Eso es un sí?- Preguntó Jungkook, haciéndolo sonreír, aún sobre sus labios. Jungkook sonrió también y dejó un beso más antes de alejarse un poco de él. Jimin no podía borrar la sonrisa de su rostro. Se sentía feliz y Taemin le sonreía desde el cielo.

-Si- Susurro sintiendo sus mejillas calientes y luego volvió a repetirlo

-Si- Jungkook sonrió abiertamente y caminó hacia él, levantándolo en el aire. Jimin se rio feliz, abrazado a Jungkook. Su corazón latía tan rápido y le dolía la cara de tanto sonreír. No sabía qué era lo que estaba haciendo y tenía miedo, miedo de perder a su nueva familia, porque ahora tenía una hermosa familia.

-Ahora si son novios- Dijo Jungwon sorprendiéndolos, feliz de ver a su papá abrazado a Jungkook. Jimin se sonrojó y se alejo de Jungkook, quién se aclaro la garganta nervioso. Luego, también, levantó a su hijo en el aire, pues estaba feliz y nada ni nadie iba a arruinarlo.

.

.

Lisa cerró la puerta, cuidando de que ninguno de los tres la escuchara. Cuando estuvo fuera la ira se apodero de ella. Esto no podía estarle pasando. Sus planes no podían estarle fallando tanto. La rata ahora era más que un estorbo en su camino, era un maldito problema del que tenía que encargarse ya.

-¿Por qué no puedo acabar contigo?- Gruñó lanzando los papeles de su escritorio al piso.

-¿Qué es lo que tienes tú que no tenga yo?- Dijo clavando el abrecartas en su escritorio varias veces.

-Voy a matarte, voy a matarte y me divertiré tanto haciéndolo- Dijo sin aliento, luego se rio a carcajadas diciendo:

-Será tan fácil deshacerme de ti, tan fácil como lo fue con la mosca muerta- Se levantó de su escritorio y salió de allí sonriendo.

.

.

Jimin caminó por el centro comercial intentando encontrar el regalo perfecto para su pequeño Mozart. Una tienda de antigüedades llamo fuertemente su atención. Una señora, con el cabello blanco, sonreía mientras limpiaba el mostrador. Jimin se adentró en la tienda y la mujer levantó la mirada aún sonriendo.

-¿Puedo ayudarte en algo querido?- Jimin frunció el ceño. La voz amable de la señora se le hizo reconocida pero por más que lo pensó no supo quién era.

-Estoy buscando un regalo para un niño, quiero algo especial- La señora le sonrió de nuevo y Jimin se le acerco preguntando

-Disculpe ¿La conozco?- La señora salió del mostrador y dijo:

-El mundo es como un pañuelo, joven Park- Jimin retrocedió sin entender aún y la anciana se presento.

-Yo fui quien le vendió el piano a su madre hace demasiados años. Soy Lena Ivanov- Jimin sonrió un poco asustado y dijo:

-Bueno está usted muy lejos de Londres- Lena se encogió de hombros despreocupadamente diciendo:

-Solo estoy visitando a mi hijo y a mis nietos, dicen que es bueno cambiar de ambiente de vez en cuando. Estábamos hablando de un regalo especial para un niño sígame por favor- Jimin siguió a Lena tras el mostrador. Esta abrió una puerta y entró en una habitación, donde tres niños jugaban alegres con unas pistolas de agua.

-¡Oh! No se tiren agua aquí enanos que me mojan todas las cosas- Gritó Lena, con las manos en la cabeza.

-¡Abuela!- Gritaron los tres al unísono. Lena sonrió abiertamente y les hizo una seña con la mano. Los chicos entendieron y se fueron, dejando a Jimin solo con la señora, quién abrió una maleta y se giró sonriendo con una caja en sus manos