El Maestro De Mi Hijo - KookMin

Capítulo 30 - El don de un ángel

Seokjin miró a su alrededor. El prado hermoso en el que estaba era inigualable. No recordaba que era lo que había pasado, no sentía dolor, no podía pensar. Una brisa fresca lo hizo cerrar los ojos y respirar el aire para llenar sus pulmones. A lo lejos, el color de un cabello naranja le llamo la atención.

-¿Estoy muerto?- Preguntó Seokjin a la nada. Alguien le puso una mano en el hombro y Seokjin saltó asustado. La risa fresca de su hermano lo sorprendió. Seokjin se giró y lo vio tan hermoso como un ángel. Yugyeom le sonrió. Sus mejillas se colorearon y sus hermosos ojos brillaron como cuando se veían para ir de compras o simplemente tomar un café

-No, no estás muerto- Dijo su hermano riéndose y dando vueltas a su alrededor. Seokjin lo siguió con la mirada y preguntó:

-¿Qué fue lo que paso?- Yugyeom se detuvo y las aves que cantaban en el prado dejaron de cantar y entonces él respondió

-Hay algo malo rodeándolos a todos. Ella es mala Jin.

-¿Quién?- Yugyeom negó y luego se rio, corriendo a su alrededor de nuevo, luego se detuvo y puso sus manos en sus hombros diciendo

-Aun no es tiempo. Debes volver hermanito, debes proteger a mi hijo- Seokjin frunció el ceño y Yugyeom continuó.

-Aunque él lo hará mejor que tú. Él es bueno, él tiene un corazón hermoso, un corazón puro, el don de un ángel. Vuelve Jin, tú y yo siempre seremos hermanos- Jin sonrió y su costado le empezó a doler demasiado. Escuchó a su alrededor. Ya no había cantos de pájaros. A su alrededor se escuchaban gritos y ambulancias. Su cuerpo se sentía pesado.

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-SEOKJIN! SEOKJIN! SUELTENME! SEOKJIN!- Namjoon intentó soltarse del agarre de los cinco paramédicos que lo detenían. Asustado y con lágrimas en sus ojos vio a su esposo tirado en el suelo con varios paramédicos a su alrededor. Quería correr y salvarlo, quería ser él el que estuviese en su lugar. Él no podía dejarlo solo. Él era su vida.

-¡Despejen!- Dijo uno usando el desfibrilador en el pecho de Seokjin.

-¡Lo tenemos!- Dijo otro con entusiasmo. Los paramédicos soltaron a Namjoon y este repentinamente se sintió cansado, pesado, no se mantenía solo. Lo habían sedado.

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Toda la familia Jeon corrió por los pasillos del hospital. Jungkook se detuvo cuando se dio cuenta que posiblemente ni Jin ni Nam querrían verlo. Jimin, quién fue él último en llegar, lo vio sentado solo. Suspiró y se sentó a su lado, puso una mano en su hombro y preguntó:

-¿Estás bien?- Jungkook negó y respondió.

-Seokjin estuvo a punto de morir por mis imprudencias. Si yo...- Jimin le puso la mano en la boca y negó, obligándolo a guardar silencio.

-Los accidentes suceden en el momento que menos nos lo esperamos Jungkook, nunca son la culpa de nadie- Dijo Jimin con suavidad. Jungkook beso la mano de Jimin y la tomó entre las suyas

-¿Cómo puedes tener un corazón tan grande?- Jimin sonrió y besó su mejilla antes de levantarse para guiñarle un ojo y decirle

-Es un don. El don de un ángel.

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Jungwon abrió la puerta con cuidado y su corazón se apretó cuando vio a su tío conectado a varios cables que él no conocía. Su rostro tenía moretones y su cabeza estaba envuelta en una venda.

-Hey- Dijo la voz de su tío, haciéndolo salir de sus pensamientos

-¿Cómo te sientes?- Preguntó Jungwon acercándose lentamente a él. Seokjin sonrió y Jungwon intento sonreírle.