Capítulo 6 - Cuando las letras llegan

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Jimin contempló, por tercera vez en ese día, aquel dibujo de Jungwon que psicológicamente demostraba demasiado. Aquel ángel, iluminando las nubes grises de una fuerte lluvia, que a simple vista era arte, pero al ser observado se podía ver lo mucho que aquel simple dibujo, de un sin duda talentoso niño de 12 años, demostraba. Las nubes grises representaban sus tristezas, aquellas que no dejaba ver a nadie y el ángel, el ángel lo inquietaba más ¿Qué podría representar aquel ser sin un rostro con alas? Podría ser muchas cosas, como podría ser ninguna. Jimin saltó de sus pensamientos cuando Jungwon se sentó frente a su escritorio, con un impulso fuerte. Estaba molesto, muy molesto, y no podía ocultarlo, no de Jimin, quién era como su padre. Y es que había encontrado en Jimin aquello que una vez, hace 12 años cuando nació, le fue negado, el amor de una padre, un amor que Jimin no se negaba en darle. Jimin suspiró y le dijo sin medición alguna, como si le hablase a un adulto, porque a veces Jungwon se comportaba como uno

-Anda escúpelo- Jungwon suspiró frustrado y respondió:

-La garza-

Jimin sonrió al escuchar el sobrenombre que Jungwon le ponía siempre a la asistente de su padre. Lisa Garza Manoban, así llamaba a aquella mujer que le había dado escalofrío.

-¿Quieres contarme?- preguntó Jimin preocupado por su pequeño Mozart. Había aprendido de Jungwon a no obligarlo a nada, a esperar a que él decidiera hablarle.

Jungwon cerró sus ojos, con su rostro al techo del salón de clase, mientras intentaba recordar porque estaba tan molesto esta mañana. Había veces que la calidez de Jimin era suficiente para olvidar su soledad y tristeza.

-Papá se va una semana entera a Japón por un nuevo proyecto de software y esas cosas tu sabes- dijo Jungwon mirándola directamente a los ojos con tristeza.

Jimin se levantó y se sentó en la silla al lado de Jungwon, entendiendo su frustración y tomó su mano. Cuando su padre vivía, viajaba mucho, pero había mucha diferencia entre su relación con HeeChul y la de Jungwon con Jungkook. Su padre siempre estaba allí con él, en cambio Jungkook buscaba escusas para irse. Aun así le llamo la atención que Jungwon mencionara aquella mujer ¿Qué tenia que ver ella en todo aquello? Con renuencia pregunto:

-¿Qué tiene que ver La...Señorita Manoban en todo esto?- se interrumpió. Había estado a punto de llamarla garza.

-Pasa que me quedo con Jisoo y la garza por una estúpida semana- dijo Jungwon

- No digas malas palabras campeón. Eso no es tan malo, aunque ella no te agrada- dijo Jimin sonriéndole con cariño a Jungwon, quién asintió y se levantó, dirigiéndose al piano, calentando sus manos y luego comenzó a tocar las primeras notas de una canción propia. No podía terminarla, sabía que algo le faltaba. Jimin se le acerco poniéndole las manos en los hombros en señal de apoyo, diciéndole:

-Llegará cariño, llegará.

Pero por más que buscara, las siguientes notas no salían. Solo se quedaban allí, en la misma tecla donde comenzaban. Empezó de nuevo y se detuvo. Jimin se sentó a su lado y toco las notas, un poco más rápido, mejorándola. Jungwon sonrió y lo imitó. Había aprendido a tocar el piano tan rápido que había impresionado a Jimin.

-¿Tiene letra?- pregunto Jimin cuando Jungwon se detuvo. El negó y agregó:

-No había pensado en eso- Jimin asintió.

Jungwon siempre iba a paso lento, pero se había dado cuenta de lo mucho que había cambiado. Poco a poco, él se había abierto a sus compañeros. No tocaba en público, pero ayudaba a las gemelas malvadas cuando estas tenían problemas con el piano y su mejor amigo Jake le estaba enseñando a tocar la guitarra, así que le dijo, intentando animarlo:

El Maestro De Mi Hijo - KookMinDonde viven las historias. Descúbrelo ahora