Capítulo uno

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Ignacio/Estafa



Yo Ignacio soy alto, cabello rubio oscuro y ojos color miel; de contextura normal y tez clara. Yo actualmente tengo un sueño. Tengo el deseo de salir de casa, vivir en otros lugares tan lindos que hay en este mundo; comenzar una nueva vida fuera de este país. Sin embargo, vivo con mis padres en Santiago de Chile.

Yo estaba trabajando, pero hace unos días renuncié a un trabajo como promotor en una tienda; me aburre ese sistema de trabajar para alguien que no seas tú mismo.

Mis padres solo quieren que me vaya de la casa; no es que me lo hayan dicho, es solo que se nota. Mas esta situación es favorable para Diana quien es mi madrastra. En realidad, mi verdadera madre murió cuando yo nací. Eso fue una terrible perdida para mi padre. Pero él rehizo su vida. Aunque él ignora algo muy importante. Diana engaña a mi padre, y a pesar de que me crio como si fuera su hijo, ella fue y siempre será una alcohólica. Es una zorra.

No obstante, yo conozco su secreto, porque el weón que se ella se tiró fue a mi mejor amigo. Y eso fue un escándalo. Me pasa que a Diana siempre la quise como una madre, no lo voy a negar. Pero ese día que la pillé encamada con mi mejor amigo, ella se perdió mi respeto; mi padre ignora todo esto.

Un día veintiséis de diciembre del dos mil dieciséis. Me encontraba en mi habitación sin nada productivo qué hacer.

­­–Ya me aburrí, me voy de aquí. Está por oscurecerse y es imperativo pensar en algo que voy a hacer para escapar. Pero hay que planear todos los detalles –hablaba conmigo mismo­–. El dinero, ¿de dónde lo voy a sacar? Porque salir de Chile no cuesta nada cien mil pesos y menos a Europa po weon. Entonces... podría extorsionar a Diana con dinero a cambio de mi silencio, pero no. La maldita no tiene ni donde caerse muerta, si por algo sigue con mi padre.

En la desesperación y el paso del tiempo, pienso en algo más extremo. –¡Robarme un cajero! No, muy arriesgado y predecible; además no podría hacerlo solo... Tal vez... Estafar a alguien. Vender un producto equis y conseguir que algún inversionista ponga su dinero en mis manos. Perfecto... Hay que pensar en un producto que sea viable, vendible y tentador. ¿Qué podría ser? Mierda no se me ocurre nada. Solo pienso en poder escapar de esta apestosa ciudad, a mi queridísima Ámsterdam. La capital de Países Bajos; es que mencionarlo hace que se me vengan a la mente molinos de viento; queso gouda; campos de tulipanes; una chica con un vestido tradicional y encajes con un schop en la mano; prostitutas en vitrinas; música tradicional principalmente dominada por los sonidos del acordeón.

Estoy en una sociedad de mierda, donde el más "vivo" es el que gana. Nosotros somos como la jungla donde sobrevive el más fuerte. Esta sociedad me tiene enfermo y llevo bastante tiempo sin encontrar algo que hacer en mi vida por el hecho de que siento algo de no querer hacer un futuro en este país. Por eso quiero irme y empezar de cero, aunque en el fondo me de miedo; jamás había planeado estafar a una persona.

–Concéntrate... ¿Qué objeto?

¡Bingo! Como tengo un smartwatch completamente nuevo, me va a servir bastante.

Debo fingir que soy un tipo exitoso, y que a pesar de mis veintitrés veranos soy capaz de manejar un negocio potente. Debo ser convincente y preciso, siempre seguro de mí mismo.

Sin embargo, esta "doble personalidad" solo era mi estrategia para cagarme algún inversionista. Porque soy un weón normal que nada le falta, pero tampoco nada le sobra. Además, no soy tan seguro ni preciso, más bien soy introvertido y reacio al contacto con otros.

–Lo siento, no me veo futuro en este país y debo irme, pero ahora ya. No soporto la idea de que Diana y mi amigo hayan estado juntos o quizá sean amantes, "follamigos" no sé. Me da igual, prefiero comenzar de cero y preocupándome por mí.

H I M (Henry, Ignacio, Mateo)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora