H I M (Henry, Ignacio, Mateo)

Capítulo dos

Terremoto/Varado

Yo solo miraba como todo se movía. Y cuando todo parecía normal, me di cuenta que estaba temblando. Por lo pronto, el sismo golpeo con toda su ira y se desató. ¡Era un terremoto! Un largo y desastroso terremoto.

Cayeron las mascarillas de oxígeno y el avión se meneaba en la pista, saltaba como si estuviéramos flotando en un mar agitado; en el pánico, abrieron la puerta del avión y algunas personas se cayeron hacia la pista. Afortunadamente mi mochila estaba en la cabina y el maletín en mis manos así que cuando el movimiento telúrico paró. Tomé mis pertenencias, y caminé hacia la salida. Sin dudar tiré el maletín hacia abajo y salté por la puerta del avión; a pesar de que me saqué la chucha, no me dolió tanto, porque usé mi mochila de amortiguador.

La pista de aterrizaje estaba agrietada entera, el aeropuerto apenas resistió. Este terremoto fue muy intenso.

Tirado en el suelo, y luego de observar la cagada que había quedado. Solo pensé en huir, porque el terremoto fue nivel hecatombe; estoy en Arica, o sea dos dedos de frente weón. Sumar dos más dos para deducir que viene un tsunami po' weon.

Sin que nadie me viera, saqué el dinero repartido en mis pertenencias y lo metí de vuelta al maletín. Luego, corrí por la pista cautelosamente hasta los estacionamientos.

Sin bacilar decidí llevarme algún auto para huir de todo y el inminente tsunami. Así que justo me escabullo por el frontis y veo un Mazda RX8 azul (por favor).

Ahí estaba corriendo a subirme al auto cuando al mismo tiempo, llega un sujeto de unos treinta años; muy fornido y alto como yo. Él tenía las mismas intenciones de montar ese auto.

Hay una réplica. No es tan fuerte pero perceptible, luego de mirar alrededor lo miré a él y me miró. Sentí algo raro cuando lo vi, pero intercambiamos algunas palabras.

-Lo siento flaco, yo lo vi primero -le dije con ímpetu.

-¿A dónde quieres ir? -preguntó el sujeto, como si le sirviera ir a donde voy yo.

-Lejos, lo más lejos posible de aquí -respondí-. Necesito manejar este auto para salir de... salir de aquí.

-Lleguemos a un acuerdo. Tú manejas el auto y me llevas al centro de Arica, hay algo que necesito salvar antes que llegue la primera ola. Me dejas ahí y luego te vas a donde quieras irte.

-¿Me estas webiando? -reí-. O sea, quieres que nos mate la ola. No, ni cagando.

-Espera, te dije que llegaríamos a un acuerdo. Por esto tú saldrás beneficiado con algo también -dijo el sujeto muy convincente-. Y apúrate weon, que el tiempo es oro.

-Pero dame más deta...

-¡En el camino! ¿Manejas tú o manejo yo? -insistió-. Está bien manejas tú. Pero rápido weón, ¡rápido!

Tomé el auto que tenía las llaves puestas y arrancamos. Él me dijo que iba a buscar unas llaves de un vehículo "suyo", y nada más eso me contó. Luego íbamos hacia el sur, camino a la ciudad de Arica.

-Yo estaba a punto de irme a Ámsterdam, estaba en el avión cuando ocurrió el terremoto. Ahora necesito salir de Chile, quizá te deje en donde quieras que te deje y manejaré hasta Tacna.

-¿Eres estúpido o simplemente te caíste de la cuna cuando chico? -se burló el sujeto-. ¿Como se te ocurre salir con este pedazo de auto? Además, si es tan urgente salir de Chile será porque hay un ilícito de intermedio. ¿O me equivoco señor Ámsterdam? ahí llevas un maletín y ni te voy a preguntar por qué. Sé que son muchos ceros, para la próxima se más discreto, boludo.