Capítulo diez

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Secuestro/Tren


(Ignacio en primera persona)

Mateo y yo íbamos caminando hacia donde el sujeto nos decía que fuéramos; desde atrás me apuntaba con un arma.

Sigilosamente y sin que nadie se percatara del acto, caminamos un rato y llegamos a un sector residencial, nos metimos en un pasaje; íbamos caminando con un silencio estremecedor. Había algunos autos estacionados y en frente de uno negro específicamente.

-Paremos, aquí -interrumpe el sujeto con una voz grave.

-¿Qué quieres de mí? -Pregunto-. Por tu forma de actuar me conoces, ¿es así?

-Por supuesto que te conozco -bramó el sujeto-. El tema es que tú no me conoces. Y como no me gusta ser descortés me presento. Me llamo Héctor. Y se a quien estafaste, yo te vi en el acto, te fotografíe. Intentaste escapar a Ámsterdam, pero el terremoto te detuvo -rió-. Mira tú las vueltas de la vida, no creí encontrarte justo aquí, eres pésimo criminal, te paseas por la ciudad como si nada.

Héctor, era un hijo de puta. Pero tiene razón, no debí exponerme así en Santiago. ¡Diablos! Y yo que quería ir a carretear al bella nuevamente.

-Gracias por tu explicación, Héctor. Pero me temo que no has respondido mi pregunta, mas no la repetiré.

-Suban al auto -dijo Héctor con una voz tenue y fría.

-No lo creo -respondí como si fuera una broma.

-O subes o tu hermanito te verá morir -insiste Héctor-. Tú manejarás, yo te dirinstrucciones comosi fuera un ntiene su arma apuntandome , pero actuarto, te fotografun silencio estremecedor é a donde iremos.

Accedimos a sus peticiones y yo me senté al volante. Mientras Héctor sentado de copiloto, mantiene su arma apuntándome y mientras de su boca salían instrucciones como si fuera un GPS por voz. Manejé bastante rato y no podía creer que estaba casi en la entrada de Quilicura, cuando Héctor me dice que tome la salida y entremos a Quilicura.

Yo he vivido toda mi vida prácticamente en esa comuna, pues la conozco como la palma de mi mano. Pero quizá Héctor no lo sabe, solo voy a fingir que no sé donde estamos, espero que Mateo me siga el juego, pero debo darle una señal.

-¿Quilicura? Jamás he venido -digo seriamente y con algo de miedo.

-Hermano jamás he venido aquí tampoco -dijo Mateo.

-Nadie te ha dicho que hablaras mierda -dijo Héctor volviéndose hacia atrás apuntando a Mateo.

Héctor solo me encontró por coincidencia. El pésimo criminal es él. Ha evidenciado que miente, porque si supiera todo sobre mi, sabría que vivo en Quilicura. Pero no lo sabe. Es mi oportunidad, gracias hermano. En una fracción de segundo aprovecho el descuido de Héctor y golpeo su brazo, dejando este caer el arma; mientras Mateo la recoge, vuelvo a tomar control del volante. Fue una suerte que no chocamos.

-Ahora nosotros hacemos las preguntas -dijo Mateo apuntando a Héctor en la cabeza .

-Bien hecho hermanito -dije sonriente-. Como tengo el control del volante iremos a donde yo quiera Héctor, pero antes vas a responderme algunas preguntas. Por ejemplo: ¿Qué pretendías al secuestrarnos y sobre todo, mentir?

-Bu... bueno, el weon que estaf... faste, ofrecía recompensa por tu cabeza -dijo Héctor y largó a llorar-. Yo quería estafarlo y me ganaste. Pasé semanas estudiando información sobre él. Se llama Arturo, es un inversionista activo en la bolsa. Perteneciente a la alta sociedad y lleno de amistades que son como el; personas de negocios.

H I M (Henry, Ignacio, Mateo)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora