Capítulo veintitrés

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Santiago/Socialite


Diez de la mañana.

Llevaba tres horas en Santiago. Llegué "a la vida". No tenía familiares aquí ni nadie conocido.

Estaba hambriento y pasé al mall más cercano al terminal de buses. Solo entré a susodicho mall a comer. Como desesperado me paseaba por el patio de comidas buscando algún local que me atrajera con su menú y que obviamente estuviese abierto. No todos lo estaban tan temprano. Para mi es tarde.

Miré mi teléfono y abrí la aplicación de mapas. Con mucha paciencia intenté memorizar nombres de calles, ver fotografías panorámicas del entorno para conocer el lugar sin conocerlo. Estaba "visitando" los lugares más populares de la capital de Chile. Pero sentado en un mall, desde mi teléfono y desayunando comida chatarra. No es mi primera vez en esta ciudad, pero las pocas veces que he venido, ha sido por eventos puntuales.

En lo personal nunca me ha gustado Santiago, es mucho más grande que Concepción claramente. Pero tienen cierto parecido. No sé Santiago es una ciudad tan extraña. Algunos extranjeros, que residen en Chile, ven a Santiago como una ciudad de nivel europeo. ¿Tan malo será vivir en esos lugares de donde vienen ellos? Por el entorno del cono sur. ¿De verdad su vida será tan paupérrima como para pensar que como sociedad estamos al nivel de un país del primer mundo?

La desigualdad en este país es notoria. Como cuando ves colores y escala de grises. Santiago es el mejor ejemplo de esto, la desigualdad del país en una ciudad. Compárala con las capitales regionales.

Como sociedad estamos a años luz de entender cosas como: respeto al metro cuadrado y el hecho de cruzar la línea entre la opinión y la critica. Nuestra sociedad, es difícil que llegue a acuerdos, porque está fragmentada.

Tenemos un muro que nos separa en muchos aspectos. Digo, tres muros invisibles que dividen este país en: política, deporte y religión.

Sin embargo debo reconocer que a pesar de lo social. (Opinaré de lo tangible, lo físico, lo visual). En resumen en ese día recorrí la ciudad cual provinciano curioso por conocer la capital de Chile.

Caminé desde el terminal de buses hasta la Plaza de Armas. En el pleno centro de Santiago.

No es nada del otro mundo, la plaza de Concepción le pega mil patadas en la raja (culo). Aunque sin embargo los edificios que la rodean, tienen bastante valor histórico. A pesar de lo fea que pueda ser la Plaza de Armas, tiene una historia increíble en los tiempos de la colonia.

Estaba lleno de lugares de comida rápida, era como un paseo lleno de mini locales, repetidos, ofrecían sus promociones. Por un pecio bastante módico. Yo solo comí porque era medio día. Mas no tenia hambre. Pero uno si va a turistear, debía conocer y probar.

Para "bajar la comida" me senté en la plaza y me puse a observar la aplicación de mapas en mi teléfono. Vaya, vaya. No estoy tan lejos de Plaza Italia. Aunque ya la conozco iré para allá y luego tomaré el metro para llegar al parque Bicentenario. He visto fotos estupendas de ese lugar, quiero verlo con mis propios ojos. Según la aplicación de los mapas, no hay un metro cercano a ese lugar. Subo en la estación Baquedano y el metro estaba atestado de gente. Apenas pude subir y estaba casi pegado a las puertas del tren.

Antes de que se cerraran las puertas, tuve que empujar un poco para que pudieran cerrarse. Esto es horrible, está hediondo a humedad y el aire acondicionado no ayuda mucho. Pero debo llegar hasta la estación Tobalaba y ahí caminar hasta el Costanera Center. Luego subir por Avenida Andrés Bello. Hasta la rotonda Pérez Zujovic y doblar a mi izquierda. Como si conociera la ciudad. Si no fuera por los mapas. Quizá donde estaría.

H I M (Henry, Ignacio, Mateo)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora