Capítulo 4

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AÑO 2000

SARA

- Chao - grito duro, mientras cierro la puerta de mi casa, al bajar las escaleras corro rápidamente y coloco mi patineta en el suelo mientras me dirijo donde Ma Lupe.

- Ya llegué - grito igual de duro para que salga mi abuela del mostrador

- Ingrata muchachita te llevo esperando todo el día, ¿así es como tratas a los ansíanos? – esta señora sabe hacerse la víctima.

- Abuelita linda, preciosa eres el sol de la mañana – utilizo mi mejor tono de hipocresía.

- Mmm, niña mal educada ven te enseño a respetar – y camina lo más rápido que puede, pero soy más rápida y corro hacia la cocina donde seguro estará mi Abu y no dejará que me hagan nada.

- ¡SARA! - escucho que grita a mi espalda, pero no pienso darme vuelta

- Abu!!! – grito con todos mis pulmones para alertar a mi abuelo, que apenas me mira corre a interponerse entre mi abuela y yo.

- Mi reina se que lo que haya hecho Sarita no es para tanto, solo déjalo pasar, ¿sí? – me siento verdaderamente triunfante.

- Claro que se lo merece – y con una mano toma mi mano por debajo de la del abuelo y me arrastra con ella, para una vez tenerme llenarme de cosquillas

- Pa ... pa ...para Abu... para!!!– intento hablar entre risas

- Te enseñare a respetar – y se ríe muy duro, intento con mis manos retirar las de la abuela, pero no puedo todavía soy muy pequeña. Veo como a lo lejos el abuelo no puede parar de reír

- ¡¡¡Lo siento!!! – grito y ella me mira indecisa y se detiene

- Muy bien aprendiste la lección – y dicho eso se levanta del suelo y me ayuda a mí a levantarme del suelo

La miro y pienso que en su momento tuvo que haber sido una mujer muy hermosa, pues tiene unas facciones de envidiar y esos hermosos ojos verdes llenos de compasión y amor para todas las personas; definitivamente ella es mi ejemplo a seguir.

Esto entre nosotros se ha vuelto de la cotidianidad, mientras ella a mí me enseña a vivir la vida, yo aprendo de ella cómo amar la vida; definitivamente ella es la mejor mujer que yo he conocido en toda mi vida pues hasta mi mamá esta orgullosa de tenerla en nuestra vida y agradecemos las dos cada día que ella comparte con nosotros.

- Ma Lupe ¿no habíamos quedado en que hoy me ibas a llevar a comprar mi ropa para el cumpleaños? - le pregunto.

- Claro hija déjame un momento acabo de organizar la tienda para tu abuelo y nos podemos ir - dice

Miro como mi abuelo desde el marco de la puerta la observa, sus ojos viajan con cada movimiento que ella hace, es un recuerdo que tendré siempre tatuado en mi memoria, y un deseo de mi alma de poder llegar a encontrar ese amor incondicional.

Quisiera no ser tan pequeña para poder ayudar mucho más en su negocio, la panadería es algo que me encanta; es algo que llevo en mis venas y qué he aprendido de ellos, pero sobre todas las cosas que me han enseñado es a luchar por mis sueños y es algo que voy a hacer. Se lo prometo a ellos y me lo prometo a mí misma.

- Vamos princesa - me dice - vamos estoy encantada de acompañarte a comprar la mejor ropa de cumpleaños ¡te vas a ver preciosa!

Tengo muy pocos años, pero me encanta vestirme bien y sentirme bien; no era muy común que en mi casa hubiera mucho dinero para poder comprar ropa todo el tiempo, pero mi abuela siempre me compraba mi estreno para el cumpleaños

Me tomo de la mano cogiendo las llaves de la casa y el dinero y dijo - amor saldré con la niña nos vemos más tarde-

Y sin más demora salimos de la casa.

La Plebeya (BOOK ONE)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora