Capítulo 14

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Adriana

-Dime Mateo que las cosas no son lo que pensamos, dime que iras en ente mismo momento a ese maldito hospital y traerás a mi hijo sano y salvo como lo has hecho todas las anteriores veces- es la vos de mi suegra que va acompañada de un llanto materno desgarrador.

Mateo solo se limita a decir -lo siento- y no es capaz de levantar su cabeza para mirarla a los ojos.

Mi alma cae a mis pies sé muy bien que la sonrisa de mi esposo no la volveré a ver y que mi vida se habrá ido con él, a donde sea que se vaya.

Se por la cara de mi suegra que ella también lo ha entendido y se posa en los brazos de su esposo donde se desata en un llanto inconsolable.

-Debemos de tener claro que vamos a hacer con la situación nueva de Sara, pues apenas la vida de mi hijo Juan se apague se enteraran todas las razas, todos los seres, sonara el cielo y la tierra y la próxima en ser cazada será mi nieta, que es lo último de mi gran hijo en este mundo- dice mi suegro, trayéndome a la realidad, sus palabras me hacen consiente de mi situación, sé que la vida de mi hija está en peligro y que ahora solo me tiene a mí y a sus abuelos para defenderla de todo y todos-.

Reina un silencio después de las palabras de mii suegro ya que ninguno sabe que hacer o que solución darle a este gran problema. Volteo hacia una estantería de libros que cubría toda la pared al lado del escritorio de Mateo, hay muchos libros por su lomo de cuero puedo ver que no son libros normales, no solo porque tienen letras que parece que están escritas con tinta de oro, sino además que el idioma en el que están escritos sus títulos no logro reconocerlo, ni siquiera parece árabe.

Hay una sección en particular que llama mi atención y son unos libros cuya cubierta por la textura parece que estuvieran hechos de cuero, pero todo en ellos es sumamente raro desde la textura de estos, hasta ese color entre carmesí y purpura que los hace tan únicos, puedo notar que son 3 libros los que veo, peo hay un espacio después de estos libros, como si en realidad fueran cuatro tomos y faltara el cuarto.

Me acerco lentamente a ellos cautivada por una energía que es difícil de describir, solo me siento atraída hacia ellos.

-Adriana no los toques- me dice Mateo en tono muy serio pues son solo libros, pero con ese llamado noto que mi mano ya había viajado hasta estar muy cerca de tocar uno de esos libros.

No le doy mucha importancia al comentario de Mateo pues quiero saciar mi curiosidad, quiero saber porque quiero sentir estos libros en mis manos, pero mi intento es frustrado cuando mi mano es detenida por el mismo Mateo que son solo un movimiento de su mano me envía hacia atrás y me sienta en una de las sillas de su oficina.

Estoy en shock nunca me imaginé que Mateo fuera tan posesivo y estricto con sus cosas, pues desde siempre él nunca ha tenido objeción con que seamos libres y conozcamos del nuevo mundo que a mí en particular me rodea.

Poco a poco salgo de mi asombro y dirijo mi mirada hacia él, que sigue igual de imperturbable que hace unos minutos.

-Pero que carajos te pasa Mateo – escupo con toda mi furia- es solo un maldito libro, tampoco es para tanto- lo miro con mi peor cara.

-Adriana entiendo tu curiosidad y más por esos libros, pero con todo respeto te digo que esta es mi casa y si yo no quiero que toques mis cosas pues simplemente tu no las tocas y listo, además no creo que eso sea difícil de entender- sé que le pasa algo, este señor es super encantador y todo ese desdén que botan sus labios no es normal.

-Discúlpame- me limito a decir.

La verdad ya no se ni con que cara mirarlo, me entristece mucho pues si este hombre lo cambia la muerte de mi esposo a todos nosotros nos va a cambiar radicalmente la vida.

-Donde esta Sara- pregunta mi suegra.

-Está en la habitación 209- dice Mateo rápidamente y saca de su escritorio unas llaves- estas son las llaves de su cuarto que queda frente al de Adriana y Sara por si quieren ir- le entrega las llaves a mi suegra, quien poco a poco a mermado la intensidad de su llanto.

Tengo que pensar muy bien las cosas, mi siguiente paso será definitivo para la vida de mi hija y en eso no debo fallar.

-Mateo, ¿todavía tienes esa casa en el Amazonas a la que Juan y yo fuimos de vacaciones? – le digo.

-Si claro que si-

-Y nos la podrías alquilar- veo la cara de duda que tienen todos y me apresuro a explicar- bueno en lo que estoy pensado es que nos vayamos primero Sara y yo, ella no debe de continuar exponiéndose a que la persona que ataco e hirió de muerte a mi marido le haga lo mismo a ella, por lo que nosotros debemos de actuar antes, entonces nos la llevamos para ese lugar que está escondido en la selva y del cual solo tiene conocimiento de su existencia Mateo – lo miro para que confirme mi afirmación, lo cual el hace con un ligero asentimiento de cabeza – entonces viajaremos en diferentes transportes, todos por tierra y sin llamar la atención, nada de tarjetas solo efectivo; una vez allá nos  instalamos y alistamos todo para que ustedes viajen después de nosotras, cuando todo eso este listo les informare mediante los contactos de Mateo en el área que todo está listo y seguro para que ustedes suegros inicien su viaje desde aquí con rumbo al mismo lugar pero por caminos diferentes al que Sara y yo utilizaremos, así no llamaremos tanto la atención- todos me miran y sé que no están convencidos del todo.

-Se que están inseguros que estaremos solos y seremos más vulnerables, pero debemos de cambiar nuestra forma de vida, si queremos que Sara tenga una vida normal y además que nadie la encuentre- sentencio.

-Estoy de acuerdo y cuenten conmigo, mi gente y todo lo que necesiten- me da su apoyo Mateo.

-Esperemos que todo vaya según lo planeado- dice mi suegra.

Tengo muchísimo miedo, sé que en el camino correremos muchos peligros, pero estoy segura de que Juan desde donde sea que se encuentre cuidará de nosotros en este nuevo camino que vamos a recorrer, solo me queda confiar y esperar que la decisión que he tomado será la mejor para todos nosotros y que la promesa que le hice hace tantos años intentaré al máximo de cumplirla hasta mi último aliento.

_Hola, bueno primero agradecerles a todos y todas que siguen apoyando esta historia, nos gusta mucho ver la popularidad que tiene hasta el momento, seguiremos muy juiciosos en nuestra labor de escribir, recordarles que los apreciamos mucho y desde la distancia les enviamos un abrazo _

*NOTA: Como lo prometido es deuda aquí esta la frase del día de hoy*


Michelle Obama "Cada cicatriz que tienes no es un recuerdo de que te hirieron, sino de que sobreviviste"

La Plebeya (BOOK ONE)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora