Sara
Mi mamá desde la mañana ha estado sumamente rara, pues se puso histeria solamente porque no me encontró en la cama durmiendo, yo no tenía ni idea que era presa en esa habitación, pero tampoco quiero discutir con ella simplemente me trago mis palabras y me disculpo.
Después del delicioso desayuno que nos tenía preparado Mateo mis abuelos, mi madre y yo hemos decidido ir al hospital a ver como sigue papá, lo que se me hace muy extraño es que el señor Mateo halla pedido acompañarnos, pero bueno supongo que está preocupado por mi papá y quiero visitarlo.
Luego de bajarnos del carro del señor Mateo que ha dejado en un aparcamiento cerca del hospital nos dirigimos todos caminando la cuadra que nos resta para llegar a la entrada del hospital.
- ¿Qué necesitan? – Dice el señor vigilante de la puerta.
- venimos a visitar a un paciente, con permiso dice mi mamá- yo sé que está muy enojada porque la conozco, pero el señor no y sigue molestando.
- Dígame el nombre del paciente que viene a visitar y le informo que deben de entrar uno por uno, no los puedo dejar ingresar a todos a la vez, ni que fuera un hotel- dice en tono grosero el señor.
-Joven- me giro para escuchar de donde proviene la voz y noto que es del señor Mateo, veo en sus ojos un brillo raro o mejor lo podría describir como diferente, coloca su mano en el hombro del muchacho y dice muy despacio – No estorbes y déjanos entrar- a lo que el muchacho asiente y da permiso para que ingresemos.
Vamos en el tercer piso caminando por las escaleras, mi madre todavía no ha dejado en libertad la mano de la que me toma desde que bajamos del auto del señor Mateo, y mi mente sigue alucinando con lo que hizo el señor para convencer a ese hombre pues doblego su decisión solo con tocarlo.
Decido alejar esos pensamientos de mi mente y concentrarme en que, dentro de poco veré a mi papá, sé que él está bien y que solo quiere descansar, o por lo menos es lo que me repito para darme fuerzas de que mi papá saldrá adelante.
Veo como nos acercamos más a esa sala de espera de donde nos fuimos ayer, siento algo raro dentro de mí, no sé bien que es, pero es algo que nunca había sentido.
Mi mamá por fin libera mi mano de su agarre y me indica que me siente en la sala de espera mientras ellos van a hablar con alguien que les de información de mi papá.
Me siento en unas sillas mientras que veo a los 4 hablando con varias personas, parecen las personas que atienden a mi papá.
-– ¡¡SARA!!... ¡¡SARA!!... ¡¡SARA!!...- es la misma voz de mis sueños, sé que me está llamando, no podría decir a ciencia cierta si es o no es la voz de mi papá, pero estoy casi segura de que es el, quiero creer que es el llamándome desde su habitación con alguna loca conexión padre e hija.
Miro en dirección de mi familia que sigue hablando con los médicos y sin pensarlo mis pies ya se han comenzado a mover, no se hacia donde estoy caminando solo lo hago, en mi cabeza no para de hablarme esa voz.
-– ¡¡SARA!!... ¡¡SARA!!... ¡¡SARA!!...- miro en todas direcciones sin encontrar a mi padre, siento como mis manos sudan y mi corazón cada vez late más rápido.
Veo en mi mente muchas imágenes de momentos juntos, veo su hermosa sonrisa, y de repente estoy parada frente a una puerta, miro a la derecha y a la izquierda, la gente pasa por mi lado como si no me vieran.
Mi mano ha viajado inconscientemente hasta el pomo de la puerta que ya está girando; veo en una cama conectada a muchos monitores a mi padre, ahora soy yo la que toma control de mi cuerpo doy unos pasos entrando a la habitación y cierro la puerta detrás de mí y camino hacia él.
Estoy de pie junto a su cama, veo la cara de mi padre que tiene sus ojos cerrados, su sonrisa ya no esta y me inunda un sentimiento de tristeza, mis lágrimas salen de mis ojos sin poder detenerlas.
Quiero que se despierte que me abrace, que me diga que está mejor y nos podemos ir a casa, quiero reír con él, quiero que bese mis cachetes y que me diga que me ama, quiero escuchar su voz de nuevo, quiero que tome mi mano y nunca más la suelte.
Pero nada de esos sucede, solamente sigue acostado en esa cama con los ojos cerrados, de pronto necesita que lo despierten *pienso*.
La mano que tiene en la orilla de la cama, la cual está más cerca de mí tiene conectada una aguja que lleva a una manguera y con mis dos manos tomo su mano y de repente todo se vuelve negro.
*Hola linduras les cuento que este día ha sido muy difícil, resulta que a nuestra puerta también llego el covid; pues estamos un poquito enfermitos, pero desde la distancia mi computador me a refugiado para seguir escribiendo para ustedes, los queremos y como siempre un fuerte abrazo, cuiden a sus familias y a ustedes tambien.*
_NOTA: La frase del día de hoy es especialmente inspiradora para mi en estos momentos_
Isabel Allende
"Ni siquiera sabemos lo fuertes que somos hasta que nos vemos obligados a sacar esa fuerza oculta. En tiempos de tragedia, de guerra, de necesidad, la gente hace cosas asombrosas. Es impresionante la capacidad humana para la supervivencia y la renovación"
ESTÁS LEYENDO
La Plebeya (BOOK ONE)
RomanceHola mis hermosuras. Después de muchos intentos, correcciones de edición y mucha dedicación les traemos nuestra mas grande apuesta, los invitamos a que sigan con nosotros esta historia, vamos a estar muy pendientes de sus comentarios y dudas. *** La...