departamento 119 [renmin]

O7

Narrador: Omnisciente

RenJun abrió la caja, entonces ahí estaba el aparato. Anteriormente, había pasado un tiempo leyendo las instrucciones y datos que habían en la caja, si iba a tocarse de otra manera al menos tendría que hacerlo bien. No quería salir arrepintiéndose aún más de lo que ya estaba desde un principio, era indeciso.

Tomó el aparato entre manos, casi tembloroso, dándose cuenta de que, al reverso de este, una notita impresa estaba pegada.

"El lubricante está en la bolsa, espero no la hayas tirado y... por si te preguntas, sí, abrí la caja, pero no te preocupes, solo quería revisar que estuviera bien (porque también me compré uno) así que decidí dejarte la nota por si recurrías a mi ayuda si no sabes qué hacer, te ayudaré en lo que necesites👍🏻 Desinfecta el precioso artefacto, yo lo he desinfectado por ti, pero hazlo de nuevo por si las dudas. ¿Verdad que soy un gran amigo?"

Kim SeungMin, siempre tan pendiente del bienestar de sus amigos.

Sonrió por unos segundos, negó y luego hizo una mueca, ¿Por qué se sonreía? Si estaba a nada de desvirgar su propio trasero. Era muy mal momento para agradecerle a SeungMin por su regalo.

Observó hacia el suelo, donde lanzó la bolsa, con razón la sintió un poco pesada, más de lo que pesaría una bolsa normal. Se levantó y la agarró, nervioso.

¿Cómo debería empezar? No iba a preguntarle a los chicos, definitivamente no, a SeungMin menos.

Buscó entre su cajón toallas para desinfectar, las cuales usa cuando algo se derramaba en la habitación. Tal y como SeungMin le mencionó, así mismo lo hizo, lo limpió y a su mente llegó lo primero que debía hacer. Tomó en cuenta las instrucciones que había revisado por internet, también habían muchas sobre cómo dilatarse a sí mismo.

Empezando por que el aparato tiene ocho velocidades, eso lo supo también cuando investigó la marca del vibrador en el navegador, si se trataba de estimular su interior, le recomendaba primero usar el lubricante en la zona y luego vendría el supuesto "placer".

Sinceramente, el internet no siempre era 100% confiable, sin embargo, lo intentaría.

Hizo otra mueca, mirando el vibrador con interrogante. La erección no bajaba, algo debía hacer. Colocó el vibrador y el lubricante encima de la cama, caminó por la habitación hasta correr el ventanal de la habitación junto con la cortina, apagó las luces manteniendo solo encendida la lámpara a lado suyo y procedió a quitarse la camisa junto con sus pantalones.

Suspiró muy pesadamente, quizás a mitad del camino salga lamentándose.

Se recostó sobre la cama, sosteniéndose sobre el respaldo para mantenerse equilibrado. Cerró los ojos fuertemente y negó muchas veces, maldiciéndose por lo que estaba apunto de hacer.

Bajó sus bóxers dejando salir un quejido cuando su erección fue liberada, con escaso presemen en la punta. Su estómago se retorció a penas lo tocó para acariciarlo de arriba hasta abajo. Con sutileza, lo tomó y comenzó con los movimientos, lentos y concisos, se masturbó por unos minutos, mordiéndose los labios, soltando gemidos y más gemidos ahogados al no poder alcanzar el límite de delirio, extrañamente, seguía excitado, más de lo casual. No estaba funcionando, tal y como lo esperó.