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Narrador: Protagonista

Arropados, aseados y acostados en la cama después de minutos, hemos comenzado a optar por dormir mientras JaeMin me abraza a mis espaldas. Sus manos vagan por mi abdomen y mi cintura generándome nervios. Cierro los ojos y suspiro. JaeMin besa mi sien y me relajo mucho más.

—¿Te dormiste? —musita. Abro un ojo y giro mi rostro para verlo, me sonríe y besa mi nariz—. Quisiera saber… ¿De qué tanto hablabas con JooHyun?

—¿Acaso eres posesivo? —sé que no lo es, o al menos no en serio. Él rueda los ojos y niega.

—Se veían muy divertidos hablando, solo por eso.

—Nada importante, hablábamos de ti —juego con mis palabras y JaeMin me pellizca mi tetilla con la mano que paseaba bajo mi camisa, gemí sin siquiera pensarlo—. Oye… fue broma. Aunque sí hablábamos de ti —saqué su mano de donde se situaba, volvió a colocarla y me pegó muchísimo más a él.

—¿Qué cosas exactamente? —pregunta—. Espero que no sean cosas malas.

—No, fue sobre tu apellido. Salió el tema de porqué tenían apellidos diferentes y me explicó.

—¿Qué te dijo? ¿Te dijo todo?

—¿A qué te refieres con todo? Solo me ha comentado sobre que el apellido que tienes es el de tu madre —se mantiene en silencio—. Te lo cambiaste cuando cumpliste veinte años, ¿Algo así? Es lo único que sé.

—Sí, ya era mayor de edad para eso y podía decidir sobre mi mismo. Si supieras los problemas que hubo por eso.

—¿Con tu padre?

—Exactamente. Él no quería que tomara el apellido de mi madre porque según él me haría ver débil porque es el apellido de una mujer. Eso me hizo odiarlo aún más.

—¿Qué? ¿Acaso no se da cuenta que el apellido de tu madre también viene de un hombre? No sé cómo sea tu padre, pero esto me ha hecho querer odiarlo…

—Mi padre ha querido imponer cosas en mí que vienen de su familia desde hace años y son cosas muy… a lo antes. ¿Cómo decirle? Tiene pensamientos muy estúpidos y esa es una de las razones por las cuales hui de casa.

—¿Y por qué has querido volver a verlo?

—Quiero ponerle un alto, RenJun. No he podido hacerlo porque antes no tenía una estabilidad tanto mental como económica… es decir, a los dieciséis no podía ir y decirle las cosas a mi padre porque me dejaría fuera sin estudios ni testamento. Aunque eso último no me importa ahora, primero tenía que ver por mi y soportarlo lo que restaba. Cuando terminé la universidad fue cuando decidió querer comprometerme con la chica esa que te conté. Si cuando cambié mi apellido sólo se molestó, cuando le negué el que no me casaría con ella, agregando que le confesé mis preferencias sexuales, se enfureció tanto que me sacó de casa. No me preocupó porque ya estaba preparado para… podría decirse que para el mundo exterior.

—Ya veo… ¿Es así de malo?

—No sé cómo explicarlo. No fue difícil para mí, y no quiero hacer de menos mis problemas, pero tenía el apoyo de mi hermana en parte económica, por un tiempo tuve que vivir solo en una casa que ella tiene lejos y eso… eso no es para nada fácil, lo fue un poco porque ella me apoyaba y hasta ahora lo hace. Hubo un tiempo en el que me sentí muy inservible, RenJun.

—Yo creo que cada lucha es diferente, JaeMin… hay cosas peores y es cierto, pero no por eso vas a pensar que por ser “riquillo” uno no tiene sus problemas, en todas las familias lo hay y todas las personas tienen problemas tanto externos como internos.

departamento 119    [renmin]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora