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[4 semanas antes]


JaeMin despierta debido a los sonidos y vibraciones constantes que hace el celular sobre el tocador. Se queja y vuelve a levantarse. Son las 5 de la tarde, en la mañana se levantó solo para desayunar y volver a dormir.

Está desanimado por no decir triste. Extraña la compañía de alguien en especial. Luego de haber hecho un drama en el departamento de RenJun –que por supuesto no valió la pena–, se sintió mucho peor. Empezó a imaginarse todos los escenarios junto a RenJun en esos meses junto a él. Todo estaba bien hasta su momento, JaeMin nunca imaginó que RenJun en verdad lo amara. Aunque viendo lo tonto que fue con él últimamente quizá aquello desaparezca pronto. JaeMin no quiere que eso suceda. Quiere a RenJun consigo y no sabe entenderse a sí mismo, no sabe cómo arreglarlo. 

Se confunde cada vez más y no lo había estado antes. Vuelve a plasmar todos los escenarios en su cabeza, especialmente el de la vez en la reunión en la mansión. JaeMin lleva atormentándose mucho por ello, había sido de lo peor con RenJun, aceptó el hecho de que solo lo usó para una causa sin importarle sus sentimientos, qué estúpido fue.

Sin duda alguna merece que RenJun lo ignore por mucho tiempo, una vida entera si es posible, JaeMin tiene con certeza todo lo mal que ha hecho hasta lo bueno, descubrió muchas cosas, el hecho de que RenJun no solo le gusta sexualmente. Hay más perspectivas en las que JaeMin demostraba que no era solo así y nunca se dio cuenta. Ahora que lo hacía debía resignarse a vivir por un tiempo de esa manera, sin RenJun, no soportaría por mucho pero era lo que merecía.

Los momentos tiernos también le llegaron a la cabeza, los abrazos, los besos suaves y sin doble intención, el trato especial que solo RenJun podía ofrecerle. Él no había sido muy amable. Qué tonto, Na JaeMin.

Toma el celular entre sus manos, tiene diez llamadas perdidas de JooHyun, frunce el entrecejo y le devuelve la llamada.

—¿Sí? ¿Qué-...?

—¡Maldito! ¡Estaba muy preocupada! —interrumpe gritando, JaeMin aleja el celular de su oído con una mueca quejumbrosa y lo acerca nuevamente—. ¡Toda la maldita mañana estuve marcándote! Hace semanas que no te veo y todavía voy a tu departamento y nadie contesta —habla rápidamente—. ¿Estás bien?

—Pff —resopla—. Luego de tremendos gritos preguntas eso, obviamente estoy bien. Perdón por no contestar, estaba dormido.

—Entonces, abre la puerta, estoy aquí.

—¿Estás aquí? —se encamina hacia la sala.

—Sí, en la mañana vine y ayer por la tarde también, ¿Dónde has estado?

JaeMin cuelga a la llamada y arroja el celular al sofá, le abre la puerta a JooHyun quien mira su celular con el entrecejo fruncido, lo guarda y suspira entrando al departamento de JaeMin.

—¿Cómo...? Jesús, te ves horrible. —JooHyun hace una mueca de asco cuando logra observar con detención a su hermano menor. JaeMin se toca el rostro con ambas manos y se encoge de hombros sin importarle.

—¿A qué ha venido?

—¿No puedo visitarte?

—Pues sí, pero, ¿Qué hay de importante? ¿Alguna noticia?

—No, solo estaba preocupada. ¿Por qué estás así? —se sienta en el sofá—. Normalmente si llego a venir a visitarte, estás casi semidesnudo y con tipas y chicos que ni idea de quiénes son y no tan demacrado como te ves ahora mismo y... ¿Solo? Menos.

—Estoy triste. —expresa seriamente.

JooHyun ríe y luego resopla.

—¿Qué tiene eso de divertido? —le reclama JaeMin rodando los ojos.

departamento 119    [renmin]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora