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Narrador: Protagonista


—Oh, es solo que quería hablar con JaeMin, pero si está ocupado lo comprendo, así que–

Fue lo que dije cuando volví a pisar la tierra mentalmente, me detuve porque la chica sonrió, fruncí mi entrecejo y ladeé mi cabeza.

—¿A JaeMin? —preguntó y asentí—. No está ocupado, debe estar por la cocina, si quieres lo hablo para que venga, cariño. —volvió a sonreírme cálidamente.

—No es necesario, no quiero molestar, solo dígale que–…—negué con mis manos.

—¡JaeMin! ¡Un chico bonito te busca! —gritó inclinándose un poco dentro de la casa y sosteniéndose de la puerta. Hice una media sonrisa por el halago. Volvió su mirada hacia mi—. Entra por mientras, chico bonito. —dijo en tono de diversión mientras entraba al departamento y se quitaba el mandil que traía puesto, desapareciendo de mi vista.

Muy dudosamente entré, asomé un poco mi cabeza y divisé como la misma chica –que se veía un poco mayor que JaeMin– entraba a una de las habitaciones y le daba un beso a él en la mejilla. Con dificultad podía observar como su rostro se asomaba.

No le tomé importancia a eso, podría ser otra de sus chicas. Por eso mismo estaba ahí, para detener lo que tramaba, él no podía venir hacia mí y jugar de esa manera, no lo permitiría.

Me mantuve de pie en la sala, observando mi alrededor, a pesar de ser un departamento más grande que el mío, era casi idéntico, solo que el de JaeMin tenía tapizada las paredes con tonos grises y negros, lo que hacía ver el lugar sumamente apagado, aunque atractivo a la vista.

El sonido de la puerta cerrándose me sacó de mis casillas, la chica se había ido, lo percaté cuando capté su ausencia en el lugar.

Giré medianamente, buscando a JaeMin pues aún no lo veía en el apartamento.

—¡Ponte algo! —le grité horrorizado en cuanto este salió de la habitación. Inmediatamente, me giré de nuevo y tapé mis ojos con las manos. JaeMin dejó salir una risita. Estaba sin camisa, aunque ese no era el problema, también estaba sin pantalones.

—Hay calor, Junnie.

¿Junnie? ¿De dónde carajos sacó ese apodo? Fruncí mis cejas aún cubiertas y pregunté: —¿Ya tienes puesta una camisa?

—No.

—Mejor me voy —cubrí mi vista con una mano a medias para ver bien el camino directo a la puerta—. Volveré otro día. —tomé la perilla para girarla e irme, pero JaeMin me tomó del brazo, destapando mi vista lo que hizo que captara su cuerpo semidesnudo.

—No. ¿Qué era lo que buscabas?

—Antes —cerré los ojos fuertemente— busca algo que ponerte, ¿Sí?

—¿Por qué? ¿Te molesta lo que ves?

—No…

—Vuelvo en unos segundos.

Escuché sus pasos al irse, suspiré con mitigación. ¿Qué debería decirle cuando regrese?

—¡Siéntate si quieres! —gritó desde su habitación, quiero suponer.

departamento 119    [renmin]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora