Narrador: OmniscienteRenJun baja del vehículo de Mark. Han pasado las dos semanas y su mano se encuentra en perfectas condiciones. Es más, en realidad han pasado tres semanas, se mantuvo en casa de Mark todo ese tiempo, aun no quería reencontrarse con JaeMin, en lo absoluto, no se creía capaz de mirarlo a la cara.
Esa fue la única manera de evitarlo, no volver al departamento y había funcionado. Sumando que ChenLe había bloqueado y eliminado el número de JaeMin de su celular. No le importó mucho, RenJun por el momento no quería saber nada de él aún si sentía extrañarlo.
RenJun se despide de Mark y entra al edificio encontrándose con SeungMin, este lo mira con sorpresa.
—Por un momento creí que te habías cambiado de departamento. —bromea.
—No soy un millonario como para hacer eso, SeungMin. —dice con desgana, acercándose hacia el coreano.
—Calma, RenJun. Solo bromeaba.
—Lo siento —se deshace en un quejido—. Han pasado muchísimas cosas, SeungMin, no sé por dónde empezar.
—¿Chisme? —mira interesadamente a RenJun. El chino ríe y niega con la cabeza.
—Podría decirse. Salí mal de todo eso...
SeungMin frunce las cejas sin entender mucho.
—¿A qué te refieres? ¿Hay alguna razón por la que no has pisado tu departamento?
—Hay dos razones y muchas causas, el tema es un poco largo. Tener que contártelo sería todo un lío —asiente—. Quizá mañana te cuente, ¿te parece? Estoy muy cansado, SeungMin. —resopla.
—Esperaré el chisme con ansias. —dice emocionado.
—Que no es chisme. —retracta, apuntándolo como si lo amenazara.
—Bien, entiendo. Tranquilízate.
—¿Podrías darme mi tarjeta? Recuerdo habértela dejado, y de no ser así, pues estaré jodido.
—Sí, la tengo. Déjame las busco —este se gira comenzando a buscar por los cajones—. Por cierto, RenJun —habla, el chino mantiene sus brazos en el mostrador, removiendo sus dedos en este, esperando.
—¿Qué pasa?
—Tú y JaeMin... ¿siguen juntos?
—Eso es parte del chisme.
—Oh...
—¿Por qué lo dices?
—Por nada. —titubea.
—Mientes, hay algo, ¿no es así?
—No es nada, RenJun.
—Mírame.
SeungMin se gira con la tarjeta en mano y mira detenidamente a RenJun, el coreano traga saliva y ahí es cuando el chino se da cuenta de que está mintiendo.
—Dime lo que sea que traigas atorado.
—Lo haré, lo haré —suspira—. Estos últimos días, JaeMin-
—¿Por qué te detienes? —enarca una ceja.
SeungMin hace una seña con los ojos para que voltee detrás suyo y el chino por ende gira el rostro para mirar a quien está entrando por el portón del edificio.
JaeMin con un chico a lado suyo, se notaban muy apegados, demasiado. JaeMin le sonreía con coquetería al tipo mientras su brazo se apoderaba por sobre los hombros del otro posesivamente. El otro se encargaba de darle besos en los labios a JaeMin. Aquella vista fue tan horrosa para RenJun, sintió crecer una gran incomodidad en su interior, ganas de vomitar e incluso, su pecho dolía. La opresión era fuerte y no le gustaba en lo absoluto. Estaba celoso... molesto y triste. Cada palabra, cada acción, todo fue para nada. A JaeMin definitivamente no le gustaba RenJun. El solo pensarlo le hacia arder el cuerpo de compulsión, quería golpearlo, quería llorar, quería gritarle, maldecirle por hacerle tanto mal.

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departamento 119 [renmin]
Hayran Kurguㅡ¿Qué dices? SeungMin, solo dime y ya. ㅡRenJun, no querrás que lo escuchen todos. ㅡ¡Me vale una mierda, dime ya! ㅡ¡Ok, ya! ¡Es un maldito consolador! ¿Bien? ¡Un vibrador! ¡Cómo quieras decirle! RenJun se avergüenza. JaeMin solo escucha. Inicia...