La verdad es como el sol. Puedes apagarla durante un tiempo, pero no se va a ir.
Elvis PresleyJULIANA
No puedo creer que siga ahí.
No puedo creer que no huya, rápido, mientras tiene la oportunidad.
Pero tampoco yo puedo.
No puedo imaginar a Valentina huyendo de nada.
Estoy lo suficientemente cerca para escuchar su conversación. Lo suficientemente cerca como para quedar atrapada en las llamas si esta mierda se vuelve realmente mala.
Pero tampoco huyo.
—¿De qué estás hablando? —Valentina pregunta—. ¿Tú iniciaste el fuego? ¿Por qué?
Guillermo sacude la cabeza. Parece más roto que aterrador en este momento, pero las ilusiones como esa pueden ser mortales.
—Recibí una llamada de ella. La misma mierda de siempre. Te llamó "imbécil" dijo que se iba a ir. Dijo que necesitaba mi ayuda, como siempre. Vine corriendo, como siempre. —Golpea su cabeza contra un contenedor detrás de él. Me estremezco al oír el ruido—. Ella ya estaba aquí cuando llegué, trayendo esos contenedores en un carrito. Sabes cómo era ella. Su furia podría mover jodidas montañas.
—¿Ella movió todo el lote? —pregunta Valentina.
Guillermo asiente.
—La mayor parte. Le quité una carga del carrito porque se estaba esforzando. Eso es todo. El resto ya estaba hecho.
Valentina suspira.
—Ella quería quemar el lugar. Siempre pensé que eventualmente perdería el control del circo en su cabeza.
Guillermo no la mira.
—Le dije que debería marcharse, dejar de hacer locuras y largarse. Dije que tenía dinero, que podíamos empezar de nuevo. Dije que podíamos dejarte con el negocio y mudarnos a un nuevo lugar.
—¿Y qué hay de Cameron? —Valentina pregunta.
Guillermo se encoge de hombros.
—Ya sabes cómo era ella con respecto a Cameron. Diablos, no lo sé, Valentina. Ella no tenía mucho sentido. Decía que si quemaba el puto local no tendrías nada que hacer, que te irías con ella a explorar todo el puto mundo.
La mujer suena tan loca como el pecado, pero me esfuerzo por no juzgarla. Me limito a respirar profundamente y a mantener mis sentidos en alerta.
—¿Ibas a ayudarla? —pregunta Valentina, y Guillermo niega con la cabeza.
—Como dije, sugerí que nos fuéramos juntos, ella y yo. Pensé que era nuestra oportunidad. Estaba desesperado por esa oportunidad.
Él también parece desesperado, sentado allí. Intento ponerme en su lugar, aunque creo que es un psicópata. Cómo me sentiría yo si fuera Valentina quien se hubiera quemado en ese incendio. Si la hubiese conocido desde hace muchos años. Si la fuera amado desde la distancia.
Mi estómago se revuelve al imaginar este terrible escenario en ese entonces. Aquí mismo.
Todo ocurrió aquí mismo. Me da náuseas.
Guillermo sigue hablando.
—Ella dijo que no, por supuesto. Todos esos años de jugar conmigo. Insinuando que había algo más. Dándome el oh, Guillermo y llamándome cada vez que había algún problema. Pensé que me amaba. Pensé que éramos víctimas de las emociones codiciosas de otra persona. Alguien a quien no le importaba una mierda, pero que no seguiría adelante y dejaría que otras personas tuvieran una oportunidad.
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𝐂𝐚𝐫𝐧𝐚𝐝𝐚 ; 𝐉𝐲𝐕
RomanceUna extraña en línea. Cabello rubio y ojos azules que conocía mis sucios deseos antes que yo. Una fantasía que nunca debería ser pronunciada. Pero ella me hizo confesar. Y ahora viene por mí. Sera rudo. Sucio. Peligroso. Se supone que es una noche d...