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Melina sólo le dió la hoja para después levantar la mano en señal de despedida.
Abrió la puerta de la oficina y se salió.

Él sólo la miraba seriamente

—¿Qué se trae? — preguntó

Tom volteó a verla para después fruncir el ceño

—¿De qué hablas?

—No dejabas de mirarla y además se portó muy mal conmigo

Tom empezó a reír.

—Que boba eres — comentó mientras dejaba de reír, lo que hizo fue ver el trabajo que le había pedido

Algo que le gustaba de ella es que siempre hacía su trabajo muy bien, nunca tenía que decirle cómo porque ella ya tenía ese conocimiento.
Pero sabía que manejar su carácter era difícil, la mayoría de sus secretarias eran "sumisas" y no en el mal sentido, no tenían tanto carácter como Melina.

—Hoy ha estado muy extraña, es todo — pausó — me cae mal que no me digan las cosas de frente

—¿Crees que tenga que ver...

Tom la miró de mala manera

—El novio — siguió — quizás sólo sea que la terminó...pobresita — empezó a reír

—Pues que se haga cargo de sus problemas, que conmigo no los recargue — pausó — aunque hace un gran trabajo

✨✨✨✨✨✨✨✨✨✨✨✨✨✨✨

—Maldita, la odio — reproché mientras salía del edificio

Empezé a caminar hasta la parada del bus, ahora no iría con Derek porque aún era muy temprano.
Caminaba en silencio, pensaba sobre mi previo comportamiento con él, del por qué lo hice, cuando sentí que alguien chocó justo al lado de mí.

Me paré en seco mientras me sobaba el brazo, sí que me había dolido.
Voltié, para ver si veía a la persona, hasta que alguien muy alto se paró justo frente a mi.

Lo miré.

Él se quitó los lentes y me miró preocupado. Quizás veía mi cara de queja y dolor.

—A ti te empujé, ¿cierto? — preguntó

Rodé los ojos

—Sí, y fíjate para la próxima — contesté cortante para después empezar a caminar, aún seguía sobándome el brazo

—Hey, hey, espera — lo oí detrás de mí

Él se adelantó hasta esta estar frente a mi.
Justo me bloqueaba el camino.

—¿Te puedes quitar? — reproché

—¿Llevas prisa?

Asentí

—Mi cama me espera

Él rió levemente

—¿Día difícil?

Fruncí el ceño

—Apenas te conozco, ni siquiera sé quién eres — comenté irónica — no tengo por qué contarte

—Yo siempre que tengo un mal día voy a comer a un restaurante que está por aquí

—Bien por tí

—Vamos, te invito

La Caótica Vida De Melina |Tom Hardy|Donde viven las historias. Descúbrelo ahora