La Caótica Vida De Melina |Tom Hardy|

18

—¿Hoy saliste más temprano no? — preguntó mi hermano mientras dejaba la comida en la mesa

—Sí — respondí mientras cambiaba los canales en la televisión

—¿Y tú qué traes?

Fruncí el ceño

—¿De qué hablas? — pregunté sin mirarle

—Te veo muy...pensativa

—Nada...nada — respondí

Al fin había hallado un canal, así que dejé el control al lado de mi en el sillón para después recargarme ahí mismo.

—Quieras o no, te conozco bien, soy tu hermano — oí como sacaba los cubiertos — así que dime

Rodé los ojos

—Nada, sólo tuve un mal día — pausé — es todo

—¿Todo bien en tu empleo?

Asentí

—Todo bien

Miré hacía abajo y ví que me había llegado una notificación

Número desconocido
Hola bonita, soy Alexander

Negué la cabeza mientras reía
Y pensar que al inicio me caía mal.

—Iré a dormir

—¿No tienes hambre?

Negué mientras me paraba del sillón

—Comí hace rato — sonreí muy apenas mientras lo veía — provecho, ya sabes que hacer si te vas

—Descansa — oí

Caminé hasta mi cuarto y rápidamente me acosté en él.

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Sebastian alzó una ceja mientras veía salir a Clarissa del departamento de Tom. Ella sólo le sonrió levemente para después irse.

—No recordaba que hoy era noche de ver el partido — comentó Tom mientras se dirigía a la cocina

Abrió su refrigerador y abrió una cerveza

—Sí, ya me di cuenta — rió para después tomar el control y encender la gran pantalla plasma

—¿A qué hora te fuiste de la oficina hoy?

—A la misma hora de siempre, ¿por qué? — preguntó mientras se sentaba en el sillón

—Por nada

—No ví a tu secretaria salir

—La dejé salir más temprano

—¿Ahora qué hiciste?

—¿Yo? nada — comentó normal para después sentarse — algo le pasaba hoy, estaba muy rara

—¿No le preguntaste el por qué?

—Lo hize pero me ignoró — rodó los ojos — me arté y mejor la dejé irse

Sebastian empezó a reír

—Que conmigo no venga a recalar sus problemitas

—Que duro eres eh, debes ser más...sereno

—Está ahí para trabajar

—Si sigues así, se te va a ir eh

—A ti te importa mucho, ya me di cuenta

Sebastián empezó a reír

—Sólo me cae bien