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Ariana Grace

Caminé y entre a la pasarela, el lugar rápidamente se llenó de sonidos de las cámaras grabando o tomando fotos.

Caminé con mi vista al frente y pareciendo segura llegué al final de la pasarela, el flash hizo que por un momento me mareara, pero supe manejar bien la situación regresando y dejándole la pasarela a otra de las modelos.

Detrás del escenario estaba Iara, era mi maquilladora.

Cambiamos todo rápido, ahora era un maquillaje más natural, el atuendo también cambió.

Era mi turno, otra vez, hice lo mismo, solo que al llegar al final miré a un lado y luego al otro, cuando miré al último lugar vi a Tomas sentando con Lian la lado, los dos me apuntaban y sonreían.

Las cámaras a veces se adueñaban de ellos.

Después de esto iban a salir muchas páginas hablando cosas.

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Salí por un lugar estratégico haciendo que ningún medio me alcance para atraparme entre sus cámaras o preguntas incomodas.

Subí al auto junto a Iara, nos llevaron a la casa que comparte con los amigos de su novio, Mauro.

Abrió la puerta y adentro nos encontramos con todos ellos vestidos decentemente.

Se notaba fácilmente que Iara los había obligado vestirse así.

—Cenfe, se te va a desacomodar el traje—dijo Iara haciendo que Tomas haga una mueca y luego se acomodé mientras miraba su atuendo.

Mi vista cayó en Lian quien estaba esparcido por el sillón, tenía la cabeza colgando por la orilla del sillón, sus pies chocaban con el fondo de este.

Estaba viendo Barbie.

—Lian, te vas a caer—habló Tomas mirando su celular.

Segundos después el menor hizo algo que provocó el que se deslizará rápido por el sillón.

Tomas actuó antes deteniéndolo antes de caer al piso.

—Te estoy diciendo—dijo Tomas poniendo de pie al niño que al parecer se mareó porque se meció en sus piernas.

—No me soltes, Campos, me voy—dijo tambaleándose hacía atrás, Tomas lo tomó una vez más antes de que se caiga.

—A ver—dijo Tomas sentándolo en sus piernas, el niño se acomodó en estás viendo de nuevo su programa.

—Te lo comes con la mirada—pasó Mauro detrás mío diciéndomelo en el oído, rodeé los ojos y no proteste.

No era completamente mentira.

𝐕𝐢𝐝𝐚 𝐩𝐚𝐭𝐞𝐫𝐧𝐚 | 𝐂.𝐑.𝐎Donde viven las historias. Descúbrelo ahora