《Capítulo 33》

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33. ¿Amigos?

-Pero nose que quieres que te diga. De verdad te digo...- parece que Emilia ya esta de buen humor porque la lluvia paro y poco a poco las nubes se están llendo

-Ay vamos- ella esta abrazando un almohadón y se balancea en su lugar -Eso de ~Pero yo tengo más información~- trata de imitar mi vos mientras lo dice -Te hiciste el lindo... dale decime- me toca con el dedo índice un cachete y me empizo a ruborizar.
Para ese entonces ya estaba sentado igual que ella, sentado con los pies entrecruzados arriba del sillón.
Obviamente nos sacamos los zapatos.. no somos unos animales.
Me sorprende como en unos minutos Emilia te puede intimidar más que un rey y a los segundos te lleva a la infancia otra vez.
Es muy versátil.

-Si... esta bien. Ya lo sabias, era necesario ponerme en esta posición- decido decir y me tapo la cara con una mano tratando que no vea como me ruborizo

-Ay! Me encanta- se abalanza hacia mi y nos caemos para atrás. Quedando ella recostada sobre mi -Solo te digo una cosa, no lo trates de apartar de mi- se pone seria por un par de segundos y yo niego con la cabeza antes de que empiece la tormenta otra vez -Después de todo soy su mejor amiga- se incorpora y agarra un frutilla de otro tazón. Volvió a ser la Emilia infantil.
La verdad que estoy en shock... por varias cosas.
La primera, es la que mencioné antes, cambia de emoción en tan solo un par de segundos y la segunda, es que se haya llamando a si misma la mejor amiga, en vez de su prometida.
Hay algo que no cierra en todo este asunto

-Muy bien ahora hay que hacer un plan- deja de comer y me mira

-¿Un plan para qué?- digo mientras agarro un par de uvas

-Para que coquetees con Leo- me atragantó y empiezo a toser

-Para que yo que...- me empieza a dar palmadas en la espalda

-Ya.. tranquilízate, no es para tanto-

-Como que no es para tanto. Primero me estas dejando coquetear con tu prometido y segundo... me estas alentando a hacerlo- ladea la cabeza de un lado a otro -¡Pero que clase de prometida sos!- se empieza a toquetear los dedos

-Primero bajamos la voz, no empezamos a gritar-

-Perdón... no me había dado cuenta-

-La verdad es que no lo sé... solo que, que...- la interrumpo, la verdad no me importa.

-Esta bien, eso no me importa- sonríe al escucharme -Ahora yo te quiero preguntar algo- empiezo a dudar en hacer esta pregunta... ¿Y si arruino todo? ¿Y si al final la alejo como a todos los demás? -¿Por que no me dijiste nada ni me miraste mal cuando te dije que me parecía lindo un chico, y en especial tu prometido?- al fin lo dije, acá se decide si somos amigos o no

-Verás, para mi no importa si te gustan un chico o una chica, amor es amor y punto final. Nadie puede decir lo contrario- no me di cuenta y empece a llorar. Ella me abraza y me trata de consolar -¿Qué te pasa?¿Por qué te pones así?-
Al ser cincero, es la primera persona a la que le doy por entender bien mi orientación sexual.
El primero fue mi hermano y su reacción fue... algo confusa. Ahora estamos bien. Pero me hizo sufrir con su silencio por un tiempo.
Que ella me conteste así como así, como si fuera lo más normal del mundo, me golpeó mucho.
Parece que si me importaba su opinión después de todo.

-Es que solo... no te quería obligar a ser mi amiga si te sentías incomoda junta a mi, todos se actuaban extraño cuando les decía mis gustos, que me acepten enseguida es nuevo para mi- la abrazo con más fuerza

-Tranquilo, no me molesta estar junto a ti- me acaricia el pelo -Simpre hay alguien que te entienda y te acepte tal y como eres, solo tienes que esperar. Ya me encontraste a mi, eso es un buen comienzo- me río suavemente, todavía no me separo de ella, se siente tan bien estar a su lado.
Estar un rato con ella te lleva a un mar de emociones donde te debora cada una de ellas

-Gracias Emilia- me separo -La verdad espero llevarme muy bien contigo- ella asiente

-Ah! Y eso de obligarme- se para -Cariño, a mi nadie me obliga a hacer nada, si lo hago es porque quiero- me guiña un ojo y se empieza a reír.

Estoy seguro que tiene alguna debilidad, todos la tienen, pero ella no la deja ver, aunque creo que ya se le escapo una.
Leonel es una de sus debilidades, por la forma que lo defiende estoy seguro.

Se abre la puerta y los dos nos la quedamos mirando, no habíamos escuchado ningún ruido.
La miro primero a ella y después a la puerta que se abre poco a poco. Emilia se va acercando poco a poco y...
-Hola!!- Emilia le pega con el almohadón que tenia en mano -Ey! ¿Qué te pasa Emi?-

-Ay Leo sos vos- se agarra el pecho -Nos diste un susto tremendo. Gran bobo- le empieza a pegar nuevamente con el almohadón -Bobo, bobo, bobo-

-Ya Emi. Para- él agarra un almohadón del sillón

-No- le contesta

-¿A no? Entonces ya veremos- le empieza a pegar con su almohadón.
Esto se convirtió en una guerra de almohadas, parecen unos niños.
Me empiezo a reír, no se porque me causa tanta risa pero no puedo dejar de reir, hace mucho que no me reía así.

-¿Y vos de que te reís?- me pregunta Emilia. Los dos me estaban mirando

-Nada, es que solo parecen unos nenes-

-¿A si?- Leo mira Emi -Muy bien... Emi... a la carga- me apunta con el almohadón.
Emi comienza a acercarse rápidamente hacia a mi y me empieza a dar almohadanados

-Que.. espera no...-trato de protegerme con las manos pero no sirve, entonces agarro un almohadón

-Esto es tu culpa- le digo a Leonel que estaba mirando como Emilia me ganaba.
Le doy un par de almohadanasos a Emilia para alejarla y voy corriendo hacia Leonel

-¿Qué? No, no, espera- empieza a correr.
Lo alcanzo y le empiezo a pegar con el almohadón y él hace lo mismo

-Emi defiendeme- le suplica Leo

-No, Emi, a mi- le digo

-No, no, a mi no me metan- se para arriba de un sillonsito para salir del campo de batalla. Ahora si se había convertido en una auténtica guerra de almohada -¿Quien es el niño ahora, he Cain?- dice mientras se ríe.
Lo se, me convirtieron en un nene. Pero es tan divertido.
Sigo combatiendo a Leo hasta que me tropiezo ¿¡por qué me tropeze? Y en todo caso... ¿¡No me podía tropezar para atrás!?
Para mi mala suerte me tropeze hacia delante, tirando a Leonel hacia el sillón grande y yo arriba de él.
Que posición más incomoda para caer... ¿Por qué me tenia que pasar esto a mi?

-Duquesa, ya es la hora de la cena- anuncia una sirvienta al entrar. Por suerte no le da mucha importancia a la posición en la que nos encontrábamos, pero inmediatamente me separo -¿Quieren que le traiga la comida acá? Así siguen... siguen con sus juegos- nos dirije la mirada a nosotros y Emi se ríe

-Si por favor Nalia- le responde Emi -Los tres vamos a comer acá. Uh! Y puedes traer chocolates para el postre- pregunta emocionada

-Se los voy a traer una vez haya comido. La conozco. Y si le traigo los chocolates ahora no va a comer- se da la vuelta y se va

-Ufa..- se baja del sillón y va tras ella descalza  -Esperame Nali... por favor- es lo último que llego a escuchar

Secretos En El Palacio [PUBLICÁNDOSE]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora