《Capítulo 65》

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65. Leyenda

-Señora ¿Me puede mostrar ese collar que le mostró a ella hace un momento?-

-Por su puesto- me pasa el mismo collar.
La cadena parecía bañana en oro blanco y tenía unas piedras color rosa

-¿Cuanto vale?-

-Vale setenta drags. Esas piedras son zafiros rosas, son muy raras de encontrar en estos tiempos. Pero si quieres lo puedes pagar en partes-

-No es necesario gracias. Me lo envuelve por favor-

-Por supuesto ¿Es para la chica que estaba recien con usted no?- dice mientras busca un pequeño cofre

-Si... ¿Cómo se ha dado cuenta?-

-He notado como la mirabas y después las joyas, era algo obvio. Es tu novia-

-En realidad no, todavía, pero lo va a ser pronto. Tenga- digo a extender mi mano con las monedas.
No me preocupa el dinero, la verdad es que nos pagan muy bien y como nunca he tenido en que gastarlo o invertirlo, lo he ahorrado, se podría decir que me puedo dar unos gustos caros de vez en cuando.

-Muchas gracias por su compra- dice al agarrar las monedas y darme el cofre con la joya adentro

-Gracias por todo. Adiós- digo por último y me dirijo a donde supuestamente se había ido Ame.

🛡

A lo lejos la vi, resalta fácilmente, puedo reconocer su pelo en cualquier lado y además es la única que salta de un puesto a otro como si fuera una niña.
Hay una cuadra de diferencia entre uno y otro, pero no me acerco.
Prefiero verla de lejos, para dejarla hacer lo que quiera y que pueda hablar con quien quiera.
En un momento gire mi cabeza para el costado y vi un par de pancitos que parecían recién hechos. Me acerque para comprarlos.
Al final termine comprando unos comunes y otros con queso.
Después de todo es verdad que no conozco los gustos de Ame.
Cuando regrese al camino para buscarla, la había perdido, no la encontraba, estaba un poco desesperado así que empecé a caminar más rápido, en cuanto la veo.
En ese momentos sentí que respiraba otra vez, pero no duró mucho en cuanto veo la situación en que se encontraba.
Por lo que deduci se choco con un joven y lo estaba ayudando a levantar las cosas.
Aún quedaban un par de metros de distancia entre nosotros así que no me vio.
Yo, en vez de alcanzarla en ese momento, seguí atrás de ella, y veo como caminan juntos hacia algún lado.
Quiero ver a donde termina esto.

▪Narra Ame▪

-De verdad cuanto lo siento- le digo al chico con el que me acabo de chocar por despistada y me agacho para ayudar a levantar las cosas que se le había caído, entre esas cosas había telas de diferentes texturas, colores e hilos.

-No te preocupes, no pasa nada- me contesta y también empieza a levantar las cosas del suelo.
Al pararnos nuevamente le extiendo las cosas que había juntado

-Perdón otra vez. Soy muy torpe- se empieza a reír

-De verdad, no te preocupes, a mi me pasa de vez en cuando- inconsciente empece a caminar y él caminaba a mi lado.
No sabía porque, pero no me preocupaba, lo que me preocupaba era Sebastian
¿Qué se había quedado haciendo ese chico?
Es grande. Se puede cuidar solo ¿No?

-Oye..- dice el chico y yo lo miro -¿Hacia donde te dirijias?-

-En realidad no estoy segura, a una mercería, la señora que vendía las joyas a una cuadra me dijo que quedaba por acá-

-A sí. La señora de la mercería es mi madre, estas cosas son para ellas. Allá está la tienda, vamos- dice al señalar con el dedo una esquina y caminar hacia allí.
El local era del color que me había dicho la señora, pero estoy preocupada por Sebastian. El chico al ver que yo no avanzaba se detiene y comienza a hablar otra vez -¿Estas esperando a alguien?-

-Si... pero supongo que me va a encontrar allí. Vamos- digo no muy convencida y empiezo a caminar.
Eso es lo que espero, encontrarme con él ahí. Porque sino esto seria un desastre, nos separamos, y yo estaría perdida.
Supongo que si no lo encuentro tendría que volver con la señora de las joyas, ya que es el único lugar que vistamos juntos.

-Ya volví mamá- dice al entrar al local el chico

-Al fin. Te he estado esperando- se oye una voz que proviene de detrás del mostrador pero no ubico bien de donde -Juan, ven y ayúdame a acomodar estas cosas de acá-

-Esta bien, yo lo hago- dice al dejar las cosas que llevaba arriba del mostrador y pasar para atrás -Hay una clienta tu atiendela- la señora al a oir eso apareció de la nada

-Hola buenas tardes- le digo

-Hola querida- me dice y yo empiezo a caminar por el lugar -¿Estabas buscando algo en particular?-

-En realidad no. Yo estaba buscando información sobre enfermedades o leyendas por mi hermana. Y una señora me dijo que vos me podías ser de ayuda-

-¿Qué es lo que le pasa a tu hermana querida?- dice preocupada la señora

-Hace unos días empezó a levantar fiebre y no se despierta desde ese entonces. Ni siquiera sé ha movido- cuando terminó de hablar se escucha un ruido en la parte de atrás, como que algo se calló

-Querida... yo..- empieza a hablar pero es interrumpía por el ruido de la puerta.
Alguien había entrado.
Cuando dirijo mi mirada hacia allí, veo que era Sebastian que tenía en su mano una bolsa, ahora estaba más tranquila.

-Buenas tardes- dice él y se acerca a mi

-Buenas tardes joven- le contesta la señora

-Mira querida, yo nose mucho del asunto. Lo máximo que te puedo ayudar es en decirte una leyenda, pero no la tomes como tal al pie con la que se cuenta, después de todo es una leyenda- para cuando me doy cuanta Juan estaba al lado de ella

-Con gusto la escucharé- ellos intercambian unas miradas y empieza a hablar

-Hace mucho tiempo, ya tan lejano como la creación del mundo, una diosa había, muy sola de verdad.
Al estar aburrida otro dios creo, pero lo que no sabía, es que muchos problemas traerá-

No entiendo nada ¿Qué tiene que ver esto con lo que le sucede a la Duquesa? Y además, parece más un poema o una canción, más que una leyenda

-Los días eran dulces, encantadores y más, pero el estar con alguien por la eternidad no es ideal para la deidad-

-A ver...- digo interrumpiendola -Disculpe pero eso que tiene que ver con...- su hijo me interrumpe

-Ya lo veras-

-La diosa, cansada de estar con él, baja a la tierra, pero algo inesperado le pasara.
Se da cuenta de que tiene que estar en el cuerpo de un ser humano.
Elige a una doncella, brillante de verdad, todo va de maravilla, hasta que ese cuerpo no soporta.
La doncella rechaza a la diosa, haciendo su arder su cuerpo, hasta que por fin esté... en paz otra vez-
Termina de decir la señora

-Aguarde...- dice Sebastian -¿Qué quiere decir con "en paz otra vez"?- ninguno contesta

-La muerte- digo yo, nadie lo afirma pero tampoco lo niegan.
El ambiente se habia tornado pesado y triste -Ya veo, gracias por su ayuda- digo cambiando de actitud para cortar el momento

-Querida, como te dije, es una leyenda, así que no le des más vueltas al asunto-

-Entiendo gracias- digo por último, me doy la vuelta y salgo del local.
Al sentir el aire fresco contra mi cara me tranquilizo.
¿Es posible que hay un mínimo de posibilidad de que sea verdad?
Es decir... es parecido a lo que leí... pero a que sea verdad ya es otro asunto totalmente distinto.

Secretos En El Palacio [PUBLICÁNDOSE]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora