Secretos En El Palacio [PUBLICÁNDOSE]

《Capítulo 66》

66. De vuelta al palacio

▪Narra Sebas▪

Amelia salió del local y cuando yo la voy a seguir la señora me habla
-Joven... yo- no sabe que decir -Es una leyenda. Algo que se le decía a los niños. No puede ser verdad-

-Entiendo señora, es una leyenda. Muchas gracias por todo- digo y me voy
Cuando salgo me encuentro con Amelia
-Ey Ame- le digo y pongo mi mano sobre su hombro -Toda va a estar bien-

-Si.. si- dice no muy convencida -¿Y... ahora que hacemos, volvemos al palacio?-

-Por que no vamos a pasear un rato antes de volver. Creo que la leyenda te dejo muy golpeada- empiezo a caminar haciendo que ella camine también.
Es verdad que escuchar lo que dijo la señora la dejo en muy mal estado.
Nose lo que pensara Amelia pero por mi parte no creo nada.

🛡

Solo caminamos, Amelia no decía nada y n isiquera miraba lo que había a su alrededor, entonces decidí ir a una plaza para que se siente y piense un poco.
Cuando estamos allí empiezo a hablar
-Ame... quieres algo- le pregunto

-Mmm... tengo un poco de hambre-

-Toma, hace un rato compre pancitos. Hay simples o con queso- cuando dije queso abrió tan grandes los ojos que parece que se le iban a salir.
No pude evitar reírme

-¿De que te ríes?- dice golpeandome después de morder el pan con queso

-Se nota que te gusta el queso- le digo entre risas

-Tanto se noto...- dice avergonzada

-Si- le respondo y le acomodo un mechón de pelo atrás de la oreja -Come tranquila- digo y me aparto de ella apoyándome en el respaldo del banco donde estábamos.

-Sebas...- dice en voz muy muy baja -Tu que crees de..- deja de hablar

-¿Con respecto a la Duquesa y la leyenda?- asiente con la cabeza -No creo en nada- digo y se da vuelta para mirarme -En nada que no este en frente de mis ojos, ni en la magia ni en los dragones ni nada por el estilo-

-¿Nada de nada?- pregunta

-Nada de nada- contesto

-¿Ni siquiera en un dios?-

-Mmm... bueno, puede ser que haya alguien todopoderoso. Pero no que baje a la tierra como la leyenda esa que nos contó la señora-

-Si... es verdad que es una leyenda media loca-

-Es porque es solo una leyenda, no es verdad-

-¿Y entonces que es lo que le pasa a la Duquesa?- dice en un tono de voz más triste

-No lo se. Solo esta enferma. Hay que cuidarla y estar al pendiente de ella. Nada más-

-Si, puede ser. Pero la leyenda que nos contó la señora es parecida a la que leí en el libro te acordas-

-Si. Es parecida. Debe ser un cuento que las generaciones pasadas inventaron para asustar a los niños para que no se enfermen. Son solo tonterías-

-Bueno- ¿Esta bien? -Vamos- se levanta enérgicamente

-¿Ya estas mejor?-

-Si, un poco mejor estoy- dice y empieza a caminar

-¿Y a donde quieres ir?-

-Vamos, deja de preguntar y ven- dice viniendo hacia mi, agarrándome de las manos y tirándome hacia ella

-¿No sabes a donde ir cierto?-

-Mm.. tienes razón, pero no importa, vamos a caminar- Y así comenzamos a caminar

🛡

Un pequeño detalle que no les conté ella sigue agarrada de mi mano.
No podía evitar pensar en su pequeña mano comparada a la mía.
Mi mano es callosa por el uso de la espada y trabajo pesado mientras que la de ella es tan suave como la seda.
Me encanta su mano.
Sus dedos.
Y como se siente entre los míos.
Creo que nunca me voy a acostumbrar a eso, espero nunca acostumbrarme.
Estuvimos caminando un buen rato sin llegar a ninguna parte, solo caminábamos agarrados de la mano como una pareja normal, de vez en cuando Ame me señalaba algo para que mire, pero nada raro.
-Ay Sebas mira...- dice señalando un gatito que estaba metido en un callejón y sale corriendo hacia él soltandome la mano.
Que el gato sea más importante que yo no me gusta -Ven a acariciarlo-

-Ame... esta sucio y puede tener enfermedades-

-No importa- dice y lo agarra
Era un gato negro con blanco bebe, debe tener alrededor de dos meses y estaba muy mal nutrido
-Me lo quiero quedar- dice -Pero no puedo, que lastima- acaricia al gatito y lo acurruca como un bebe

-Llévalo al palacio-

-¿No escuchaste que no puedo?-

-Si. Pero no importa- encogo los hombros -Digo que es mio. Que se quede en la zona de los guardias-

-¿De verdad?- asiento -Siiii gracias- se tira arriba mio abrazándome -Sebas...- dice y bajo mi mirada, desde mi punto de vista parece una nena de cinco años que le acaban de regalar algo en cuanto pasa algo...
Algo insólito
Algo que tendrían que avisar antes de que pase.
Para ponerlos al tanto, ella me beso.
ME BESO
Ustedes entienden esto... porque yo no.
O sea me dio un beso en los labios.
Amelia, a mi, me beso.
Nuestro primer beso.... mmm... más bien fue un pico, pero no importa para mi eso fue un beso.
Nuestro primer beso.
Después de eso ella se da vuelta y empieza a caminar
-¿Volvemos al palacio?- dice como si nada

-Mm- yo todavía estoy procesando todo -Si, pero es para el otro lado-

-Oh. Claro- dice acariciando al gato -Vamos-

-La verdad no entiendo como funciona tu cabecita- se empeza a reír

-Ni yo se. Si lo dices por el beso, solo lo hice porque quería. Pero si no te gustó no lo hago más- dice por ultimo levantando los hombros en señal de indiferencia

-Yo nunca dije que no me gusto-

-Entonces no te quejes-
No me voy a quejar más, pero de verdad nose como funciona la cabeza de Amelia, en un momento esta re deprimida por lo que la está pasando a Emilia, y después hace como si nada hubiera pasado.
Por otro lado, ella antes de salir del palacio me dijo como que ella a mi no me podía gustar y nose cuanto, pero ahora va y me da un beso en los labios como si fuera algo de todos los días.
Pero ya dije.
No me voy a quejar más. Prefiero que sea así.
Pero todos estos cambios de humor y sentimientos me hacen acordar a alguien.
Si.
A Emilia.
Son muy parecidas, por lo menos para mi.
Amelia es una flor delicada que te dan ganas de cuidarla para siempre y apreciarla con todo el corazón, pero en cuanto se enoja puede provocar una gran tormenta que te puede dejar bajo tierra.
Emilia es una tormenta que te hace pasar por todos las emociones en cuestión de segundos, y ni siquiera te digo si la haces enojar, pero hay momentos en donde puede llegar a ser tan frágil como una flor.
Se podría decir que las dos tienen un carácter parecido.
En otra dimensión podrían llegar a ser las mejores amigas.
Que lastima.