《Capítulo 23》

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23. Los besos

Me despierto y siento una respiración en mi pecho. Es Emi. No sé movió para nada en toda la noche. Se veía tan tranquila.

Quisiera que se quedara así, entre mis brazos. Para que nadie le haga ningún daño
-Si me sigues mirando así me vas a desgastar- dice mientras sonríe. Todavía no abrió los ojos

-Buenos días Emi- le doy un beso en la frente. Parece estar mejor -¿Ya estas más tranquila?- le pregunte y ella se pega aún más a mi. No me contesta. Eso me hace pensar que no.
Nos quedamos un rato en silencio en esa posición, hasta que se abren las puertas de la habitación. Entra la señorita Naila
-Ya es de mañana Duquesa. Vamos a levantarnos, tiene muchas cosas que hacer el día de hoy-
En cuanto Emi la escucha me aprieta con más fuera y frota su cabeza contra mi pecho -Por favor. Por favor. Hoy no- murmura pero con una voz tranquila con un dejo de incomodidad.
La entiendo y empizo a hablar
-El día de hoy la Duquesa pasará el día conmigo en la cama. No me siento muy bien y quiero que se quede a mi lado- en cuanto dije eso ella me empezó a soltar y levanta su cabeza. Ya con los ojos abiertos.
La conozco, piensa que estoy mal de verdad, que ella me hizo algún mal.
Le guiño un ojo para que se quede tranquila y me responde con una pequeña sonrisa.
Me abraza nuevamente
-Muy bien. Como usted desee su majestad- hace una reverencia un poco molesta -Pero por favor tomen el desayuno- se retiran y entran los sirvientes con el desayuno.
Les pido que lo dejen en la mesa de luz. Y nos quedamos un rato más en esa posición, añorando que el tiempo se detenga

👑

-¿Esta vez vas a comer?- me separo de ella y agarro mi bandeja con mi café unas tostadas con mermelada y queso al lado y un tazón con ensalada de fruta.
Guardó silencio por un rato hasta que se sentó en medio de la cama y me agarro mi tazón de fruta
-Hey, eso es mio. Agarra el tuyo- la peleo

-Primero voy a comer el tuyo y después el mio. Tengo hambre- y si, como no va a tener hambre si no ceno.
Parece que me quedé mirando por un buen rato
-Y ahora que pasa... no me mires así- empieza a comer

-Nada, no pasa nada. Solo te estoy viendo ¿Ahora el príncipe no puede ver a su prometida?- digo jugando.
En cuanto dije eso a ella le cambio la expresión de la cara. Deja el tazón en la bandeja.

-Deja la bandeja en la mesa de luz- creo que quiere empezar a hablar.
En cuento la dejo me empezó a pegar con una almohada
-¿Oye.. y esto por que?- me río e intento agarrar la almohada

-¿Desde cuando sabes que me van a presentar como tu prometida en tu cumpleaños?- contesta alzando la voz, deja de pegarme y yo me quedo helado

-Yo.. este ¿Quién te dijo?-

-Sebastian. En el viaje-

-Ay yo lo mato ¿Lo mato?- me pregunto -Lo mato- me contesto

-No. No lo culpes... pensó que ya me habías contado. Y así tenia que ser- me da un par de almuadazos más -¿Desde cuando lo sabes?

-Un par de días-

-¡Un par de di..- me empieza a pegar otra vez con la almohada
La empujó contra la cama y caigo arriba de ella.
-Ya.. ya esta. No te conte el día que me entere porque estabas de buen humor, y no quería que eso cambiará- me quedo mirándola. Nuevamente.
Esta tan linda y eso que se acaba de despertar, por lo menos hoy esta con una sonrisa.
-Y ahora que...- revolea los ojos -Me estas mirando otra vez- le acomodo unos mechones atrás de la oreja, y encanta su cara.
Me acuesto sobre ella.
Mi nariz roza su cuello
-Nada... solo que estas linda-

-Gracias... supongo- me empieza a acariciar la espalda.
Estoy cada vez más cerca de su cuello, mis labios la rozan.
Tengo ganas de darle un beso.
¿Lo hago... o no? De repente lo hago. Y dudo si hacerlo otra vez, pienso en su reacción.
Lo hago varias veces, cada vez más arriba, hasta que llego a su cara y le beso los labios.
Nose por qué que lo hice, por qué lo sigo haciendo. Pero no me detengo. Ni ella se detiene.
Nos besamos cada vez más profundo. Siento su lengua en su boca y su respiración ajitada. Me encanta.
Bajo a besarle el cuello otra vez, solo sigo mi instinto de besarla cada vez más y cada ve más fuerte. Ya no solo con amor sino también con deseo.
La deseo.
Deseo a Emilia.
Deseo protegerla.
Deseo amarla.
Deseo.
A ella se la escapa un gemido provocado por mis besos húmedos, mis moridas, mis labios por su piel y que cada vez bajaban más hacia su pecho.
Me empuja... eso es lo que menos me esperaba.
Estoy confundido.
¿Por qué que hice eso?¿Por que la bese?
-Ya fue suficiente basta. Esto es una fantasía, esto no es verdad- dice rápidamente tratando de recuperar la respiración -Renuncié a amarte romanticamente hace mucho tiempo- suspira -Tu no estas enamorado de mi-

-Yo...- nose que decir -Lo lamento. Solo se que te amo y que te quiero proteger de cualquier daño- me tapo la cara con las manos para no verla -Nose por qué lo hice... lo siento- repito. Hasta yo estoy sorprendido de tal acto. No me puedo imaginar como estará ella

-Oye, oye... esta bien, ya paso- se sienta arriba mío -Aunque tu me ames y me quieras proteger no significa que te quieras casar conmigo o formar una familia. Esta permitido confundirse- me apollo en su hombro -Aunque es una mierda confundirse- lo dice en un modo cómico y me río -Yo también te amo- me dice murmurando.

Me siento más relajado en cuento escucho eso. Hasta que me doy cuenta de algo
-Este... Emi?? No te vayas a enojar si?- me alejo un poco para poder mirarla a la cara.

-¿Y ahora que?- ya se había puesto seria

-Te- tartamudeo -Te deje una marca en el cuello- le toco el lugar donde esta la marca

-¡Que hiciste, que!- sale de la cama con toda velocidad y corre hacia el baño -¡Ay por dios!- grita desde allí y sale -,¿Y ahora que voy a hacer...? Todos se van a dar cuenta y se van a esparcir un montón de rumores absurdos, como que tuvimos pasión en las noche- Lo dice de forma graciosa pero se que si me río soy hombre muerto -O que estoy embarazada y gracias a eso mis hormonas se volvieron locos y necesito que me beses- camina por toda la habitación mientras dice eso. Por accidente se me escapa una risita -¿Y tu de que te ríes? Esto es culpa tuya- se señala el cuello -A ti también te van a involucrar en los rumores- se sienta en el borde de la cama -Aunque puede que no. Después de todo sos el futuro rey, nadie se atrevería a hablar mal de vos- me acerco para calmarla

-Si... eso es cierto. Pero vos sos su futura reina, eso es lo que ellos piensan, también tienes poder. No se van a atrever a hablar mal de vos- ya parece más tranquila

-Eso... ¡eso es cierto!- dice contenta

👑

Después de eso retomamos el desayuno, ella con su ensalada de fruta, que en realidad era la mía, y yo con mi café.
Ya estaba mejor. Se le notaba. Al menos todo el desastre que hice recién sirvió para revivirla. Es la Emi que siempre conocí y a la que aprecio.

Secretos En El Palacio [PUBLICÁNDOSE]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora