Capitulo 2: Extraño
Para Sakura, ser modelo no sólo era una pasión, sino un trabajo. No había ido a Tokio en busca de un sueño de fama y glamour, sino con la resolución de tener éxito y de ganarse la vida. La elección de trayectoria profesional había parecido inevitable, dado que poseía una gracia y un aplomo naturales, además de un físico espléndido. Su brillante cabellera rosa y sus marcados pómulos le daban un aire de exótica fragilidad. Sus ojos grandes, de largas pestañas y de un profundo verde semejante al jade, constituían un atractivo contraste con su blanquecino cutis. Tenía unos labios gruesos y bien formados, que esbozaban una hermosa sonrisa a la menor provocación. Además de su esplendorosa belleza contaba con una fotogenia innata que contribuía a su éxito en el mundo de la moda. La habilidad para componer un amplio abanico de poses para la cámara era algo natural en ella y no le suponía esfuerzo alguno.
Después de que se le dijera el tipo de mujer que tenía que reflejar, Sakura se transformaba en ella inmediatamente. Sofisticada, elegante, sensual... lo que se requiriera.
Tras entrar en su apartamento, se quitó los zapatos y hundió los pies en las suaves pantuflas de color lavanda. No tenía ningún compromiso aquella noche, por lo que estaba deseando prepararse una cena ligera y pasar unas horas de sosiego en su hogar.
Treinta minutos más tarde, envuelta ya en una vaporosa bata azul, estaba en la cocina preparándose el festín de una modelo: una sopa y panecillos sin sal. Entonces, el timbre de la puerta interrumpió aquella cena tan poco digna de un gourmet.
—Tenten, hola —dijo saludando a su única amiga y vecina del otro lado del pasillo con una automática sonrisa—. ¿Te apetece algo de cenar?
Tenten arrugó la nariz con un gesto de desdén y negó su ofrecimiento.
—Prefiero engordar unos cuantos kilos que morirme de hambre como tú.
—Si me dejo llevar por la gula demasiado a menudo —afirmó Sakura mientras se golpeaba el liso vientre —no haría más que importunarte para que me encontraras un empleo en ese bufete en el que tú trabajas. Por cierto, ¿cómo le va al joven de cejas grandes del que últimamente hablas mucho?
—Lee sólo es mi amigo, —se quejó la castaña mientras se desplomaba sobre el sofá —Y suponiendo que yo sintiera algo por él, estoy segura de que no lo notaría. Nunca capta las indirectas, creo que es posible que pierda la cabeza y que lo asalte en el aparcamiento para llamar su atención
—Eso carece de clase, además no es tu estilo —replicó Sakura. —¿Por qué no intentas algo menos dramático, como ponerle la zancadilla cuando pase al lado de tu escritorio?
—Eso podría ser lo siguiente que haga.
Con una sonrisa, Sakura se sentó también y apoyó los pies sobre la mesita de café.
— ¿Has oído hablar alguna vez de Neji Hyūga?
— ¿Y quién no? — replicó Tenten —Millonario, increíblemente guapo, misterioso, inteligente, brillante hombre de negocios y sigue libre —añadió su amiga mientras contaba los atributos con los dedos de la mano. —¿Por qué me hablas de él?
—No estoy segura. Naruto tiene una reunión con él mañana por la mañana.
—¿Cara a cara?
—Eso es. Por supuesto, los dos hemos hecho fotografías para sus revistas antes, pero no me imagino por qué el esquivo dueño de de una de las revistas más importantes del país querría ver a un simple fotógrafo, aunque sea el mejor de todos. En el mundo de la moda, se habla de él con reverencia y, si hemos de creer lo que dice la prensa de corazón, él es la respuesta a las plegarias de toda mujer soltera. Me pregunto cómo será en realidad... —comentó Sakura frunciendo el ceño. Aquel pensamiento la obsesionaba —Resulta raro... Creo que no conozco a nadie que haya tratado personalmente con él. Me lo imagino como un fantasma gigante, tomando las decisiones de un monumental conglomerado de empresas desde el Monte Olimpo.
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Flashes |Nejisaku| COMPLETA
FanfictionFlashes: La imagen del amor. A pesar de su sofisticada belleza, el corazón de la modelo Sakura Haruno seguía estando en el pequeño pueblo en el que nació. ¿Cómo iba a ser capaz de resistir el arrollador encanto de su nuevo jefe, el implacable magna...