CAPÍTULO 30

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Capitulo 30: Extasis

—Por el aspecto que tienes, yo diría que está hecho con frutas muy alcohólicas. Después de todo, tal vez deberías considerar los beneficios del café.

—No seas aburrido —le espetó ella mientras le tocaba con un dedo los botones de la camisa que él llevaba puesta—. Seda... Siempre he sentido una gran debilidad por la seda. Naruto está aquí, ¿sabes? No tiene su cámara. Casi no lo he reconocido sin ella.

—Creo que no pasará mucho tiempo antes de que tengas dificultad hasta para reconocer a tu propia madre.

—No, mi madre sólo hace fotos con una Polaroid, de vez en cuando —le informó mientras Genma regresaba con su bebida. Tras dar un largo sorbo, agarró a Genma del brazo—. Baila conmigo. Me encanta bailar. Toma —añadió, refiriéndose a Neji—, sujétamelo durante un rato.

Se sentía ligera y libre mientras bailaba al ritmo de la música. Se maravilló por el hecho de que hubiera dejado alguna vez que Neji interfiriera en su vida. La sala parecía dar vueltas al ritmo de la música y la llenaba con una desconocida sensación de euforia. Genma le dijo algo al oído que ella no pudo comprender, por lo que se limitó a suspirar como respuesta.

Cuando la música se detuvo, una mano le tocó en el brazo. Se giró y se encontró con Neji al lado de ella.

—¿Acaso quieres tú bailar ahora conmigo? —preguntó ella mientras se apartaba el cabello del rostro.

—Marcharme es más bien lo que tenía en mente —le corrigió él. Entonces, empezó a tirarle del brazo—.Y tú también.

—Sin embargo, yo no deseo marcharme —dijo ella—. Es muy temprano y me estoy divirtiendo.

—Eso ya lo veo —replicó él, sin dejar de tirar de ella—, pero nos vamos de todas formas.

—No tienes que llevarme a mi casa. Puedo tomar un taxi yo sola. O tal vez Genma pueda llevarme.

—Y un cuerno —rugió él mientras la arrastraba entre la multitud.

—Quiero bailar un poco más —repuso Sakura. Entonces, se dio una rápida vuelta y se chocó de pleno con pectoral de Neji—. ¿Quieres tú bailar conmigo?

—Esta noche no, Sakura —suspiró. Entonces, miró atentamente a Sakura—. Supongo que tendré que hacer esto del modo más difícil.

Con un rápido movimiento, se la echó al hombro y comenzó a abrirse paso entre los asistentes a la fiesta, que los observaban completamente atónitos. En vez de llenarse de indignación. Sakura empezó a reírse.

— ¡Qué divertido es esto! Mi padre solía llevarme así.

—Genial.

—Por aquí, Neji.

Hinata estaba al lado de la puerta con el bolso y el chal de Sakura en las manos.

—¿Tienes ya todo bajo control? —preguntó su prima aproximándose.

—Lo tendré —respondió él mientras salía del apartamento.

Sacó así a Sakura del edificio y la dejó sin ceremonia alguna en su auto.

—Ya está —le dijo y le arrojó su abrigo—. Ahora, ponte esto.

—No tengo frío —replicó ella. Entonces, lanzó el chal contra el asiento trasero—. Me siento maravillosa.

—Estoy seguro de ello —comentó Neji. Se metió en el coche y le lanzó una mirada antes de arrancar el motor—. Tienes suficiente alcohol en la sangre como para calentar un edificio de dos plantas.

—Sólo es ponche de frutas —insistió Sakura—. ¡Oh, mira la luna! —añadió. Se abalanzó rápidamente sobre el salpicadero y contempló absorta el disco de plata que brillaba en el cielo—. Me encanta la luna llena. Vamos a dar un paseo.

—No.

—No tenía ni idea de que eras tan aguafiestas.

A continuación, Sakura volvió a recostarse contra el asiento y empezó a canturrear mientras Neji conducía. Por fin, detuvo el coche en el aparcamiento del edificio de Sakura y se volvió a mirarla.

—Está bien, Sakura. ¿Puedes andar o te llevo?

—Claro que puedo andar. Llevo años y años andando —replicó ella. Entonces, abrió la puerta del coche y salió para demostrárselo.

De repente, le extraño que el suelo estuviera algo inclinado—. ¿Ves? Tengo un equilibrio perfecto —añadió en voz alta a pesar de que se tambaleaba peligrosamente.

—Claro, Sakura. Podrías ser equilibrista —comentó él. Entonces, la agarró por el brazo para evitar que terminara en el suelo. A continuación, la tomó entre sus brazos y la acurrucó contra su pecho. Ella se lo permitió e incluso le rodeó el cuello con los brazos.

—Esto me gusta mucho más —dijo Sakura mientras subían en el ascensor—. ¿Sabes lo que siempre he deseado hacer?

— ¿Qué? —preguntó Neji, sin molestarse en girar la cabeza. En aquel momento, ella comenzó a mordisquearle la oreja suavemente—. Sakura... —susurró, pero ella le interrumpió.

—Tienes una boca fascinante –musitó mientras se la acariciaba con la punta del dedo.

—Sakura, detente...

—Y también un rostro con una forma muy agradable. Además, esos ojos me han cautivado —murmuró. Empezó a recorrerle el cuello con la boca y Neji lanzó un suspiro de alivio cuando se abrieron por fin las puertas del ascensor—. ¡Qué bien hueles!

Neji trató de encontrar las llaves de Sakura a pesar de que la llevaba a ella en brazos y de que no dejaba de sentir su boca contra la oreja.

—Sakura, basta —le ordenó-. Vas a hacerme olvidar que este juego tiene reglas.

Cuando por fin consiguió completar el delicado proceso de abrir la puerta, se apoyó contra la madera durante un instante y respiró profundamente.

—Yo creía que a los hombres les gusta que los seduzcan —susurró ella sin dejar de frotar su mejilla contra la de él.

—Escucha, Sakura...

Cuando giró la cabeza, notó que ella le capturaba la boca.

—Me encanta besarte —dijo ella.

Entonces, bostezó y acurrucó la cabeza contra el cuello de Neji.

—Sakura... ¡Por todos los cielos!

A duras penas consiguió llegar al dormitorio mientras ella seguía murmurando palabras incoherentes. Trató de dejarla sobre la colcha, pero Sakura no se le soltó del cuello, lo que hizo que Neji perdiera el equilibrio y cayera encima de ella. Una vez más, la joven apretó los labios contra los de él. Desesperadamente, Neji trató de soltarse.

—No sabes lo que estás haciendo —afirmó Neji. Con un somnoliento gemido, ella cerró los ojos—. ¿Tienes algo debajo de ese vestido? —quiso saber mientras le quitaba los zapatos.

—Mmm... Averigualo.

— ¿Qué estás diciendo?

Ella le dedicó una sonrisa y murmuró algo. Neji respiró profundamente, le dio la vuelta y comenzó a bajarle la cremallera del vestido, le apartó la tela de los hombros y siguió deslizándosela a lo largo de todo el cuerpo.

—Vas a pagar por esto —le advirtió.

Las maldiciones de Neji se hicieron más elocuentes cuando se vio obligado a no prestar atención alguna a la suave piel de Sakura bajo un minúsculo trozo de seda. Apartó las sábanas y la metió en la cama. Sakura suspiró y se acurrucó contra la almohada. 

Por su parte, Neji se dirigió hacia la puerta y se apoyó contra el umbral. Se permitió contemplar a Sakura mientras ella se sumergía en un plácido sueño.

—No me lo puedo creer. Debo de estar loco —susurró—.Voy a odiarme por la mañana...

Tras dar un largo suspiro, fue en busca de la botella de whisky que Sakura guardaba en la cocina.

Flashes |Nejisaku| COMPLETA Donde viven las historias. Descúbrelo ahora