CAPÍTULO 11

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Capitulo 11: Más Cerca

Sakura le dedicó una sonrisa y, en breves palabras, le explicó la historia de amor de Tenten.

—Entonces, la solución que le diste a tu amiga fue que el pobre hombre acabara de bruces sobre el suelo —concluyó él.

—Le llamó la atención.

—Entonces, esa llamada significa que te han dejado plantada. Iban a cenar pizza, ¿verdad?

—Mi secreto se ha revelado —confesó ella mientras se sentaba en una silla frente a él—Espero que pueda confiar en que nunca le dirás nada a nadie sobre eso, pero soy adicta a la pizza. Si no me tomo una a intervalos regulares, me da un ataque de ansiedad. No es algo bonito de ver.

—En ese caso, no podemos permitir que empieces a echar espuma por la boca, ¿no te parece? —afirmó. Dejó el vaso vacío sobre la mesa y se puso de pie—. Agarra un abrigo. Te llevo a comer pizza.

—Oh... En realidad no hay necesidad alguna. Puedo pedir... —susurró ella con una buena dosis de pánico.

—Por Kami, no empecemos con esto otra vez. Agarra un abrigo y vayámonos —le ordenó él—. A mí también me vendría bien algo de comer.

Sin poder evitarlo, Sakura se dispuso a obedecer. Se puso una cazadora de ante mientras él se colocaba la de cuero marrón que había dejado sobre una silla. Muy pronto, estuvieron en el pequeño restaurante italiano que Sakura le indicó. La mesa estaba cubierta con el inevitable mantel a cuadros rojos y blancos y había una vela con una botella por candelero.

—Bien, Sakura. ¿Qué vas a tomar?

—Pizza. —respondió la joven con simplicidad.

—Eso ya lo sé. ¿Con qué?

—Con extra de queso y carne.

—¿Eso es todo? —preguntó.

—No quiero excederme —bromeó ella—. Estas cosas se pueden ir fácilmente de las manos.

—¿Te apetece vino?

—No sé si mi cuerpo va a poder asimilarlo... —dijo. Tras considerarlo durante un instante se encogió de hombros—. Bueno, ¿por qué no? Sólo se vive una vez.

—Es cierto —replicó Neji. Entonces, le hizo una indicación al camarero y pidió la cena—. Tú, sin embargo —añadió, cuando estuvieron solos una vez más—, parece que hayas vivido antes. Eres una reencarnación de una princesa de cuento. Me apuesto algo a que te decían por lo menos un apodo cuando eras una niña.

—Si apreciaban su vida, no. Una vez, le rapé a un niño la cabeza sólo por eso.

— ¿Cómo dices? —preguntó él, atónito—. Por favor, cuéntamelo todo.

—Está bien. Había un niño que se llamaba Shikamaru, del que yo estaba locamente enamorada. Desgraciadamente, él prefería alguien más, una niña rubia muy linda que tenía unos enormes ojos. Yo estaba loca de celos. Con once años, era demasiado alta, muy delgada y con una frente enorme. No era más que ojos y piernas. Un día, pasé a su lado y, destrozada, ví que él le llevaba los libros del colegio. Entonces, un chico llamado Kiba gritó: Frentona. Todos alrededor empezaron a burlarse, Shikamaru incluido. Con aquello me fue más que suficiente. Yo era una chica afrentada y planeé mi venganza cuidadosamente. Me fui a casa y agarré las tijeras de mi madre. Entonces, me pinté la cara con su mejor lápiz de labios y regresé para acechar a mi presa. Me acerqué a él con mucho cuidado, esperando pacientemente el momento más adecuado. Salté sobre él como una pantera, lo tiré al suelo y lo inmovilicé con el peso de mi propio cuerpo. Entonces, empecé a cortarle todo el pelo que pude. Él no hacía más que gritar, pero yo no tuve piedad alguna. En ese momento, llegaron mis primos y me apartaron de él. Como el cobarde que era, Kiba salió corriendo para irse a casa con su mamá.

Neji lanzó una sonora carcajada de regocijo. De una manera que nunca en su vida pensó ver.

—¡Debiste de ser un monstruo! —exclamó.

—Te aseguro que pagué por lo que hice —prosiguió Sakura, mientras levantaba la copa de vino que él le había servido durante su historia—. Me pusieron un buen castigo, pero mereció la pena. Ese chico tuvo que llevar una una sudadera con gorro durante semanas.

Su pizza llegó por fin. Durante la cena, la conversación que mantuvieron fue mucho más agradable y relajada de lo que Sakura hubiera creído posible. Cuando consumieron el último trozo, Neji se recostó sobre su asiento y la miró muy serio.

—Nunca habría creído que eras capaz de comer así.

Sakura sonrió, relajada por la combinación de vino, buena comida y agradable compañía.

—No lo hago muy a menudo, pero, cuando como así, soy un barril sin fondo.

—Eres una fuente constante de sorpresas. Nunca sé lo que esperar. Eres un estudio sobre las contradicciones.

—¿No es ésa la razón por la que me contrataste, Neji? —preguntó ella. Utilizó el nombre de pila de él por primera vez voluntariamente, aunque casi sin pensar—. ¿Por mi versatilidad?

Neji sonrió y se llevó la copa a los labios, pero no respondió.

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Mientras subían al apartamento de Sakura, ella sintió que regresaba su anterior nerviosismo. Decidida a permanecer tranquila, inclinó la cabeza para sacar las llaves del bolso y aprovechó el tiempo para tratar de tranquilizarse.

—¿Te gustaría entrar para tomar un café?

Neji le quitó las llaves de la mano, abrió la puerta y sonrió.

—Pensaba que tú no tomabas café.

—No, pero todo el mundo lo toma, así que tengo café instantáneo.

—Con el whisky, sin duda —dijo él mientras entraban en el apartamento.

Tras quitarse la cazadora, Sakura retomó su papel como anfitriona.

—Siéntate. Sacaré el café dentro de un minuto.

Neji se quitó también la cazadora y la dejó sobre el brazo de una butaca. Una vez más, Sakura notó la fuerte constitución de su cuerpo bajo el jersey y los pantalones. Se dio la vuelta y se dirigió a la cocina.

Con movimientos automáticos, conectó el hervidor de agua y sacó tazas y platillos de un armario. A continuación, colocó un azucarero y una jarra de leche sobre una bandeja de mimbre y, por último, preparó el café para Neji y un té para ella.

Entonces, regresó al salón y colocó la bandeja sobre la mesita de café. Vio que Neji estaba de pie, examinando su colección de discos, y le sonrió.

—Tienes una buena selección —comentó él, desde donde estaba de pie—, aunque es típico tuyo. Chopin para cuando te sientes romántica, Denver para cuando estás melancólica y echas dé menos tu hogar, B.B. King cuando estás deprimida y McCartney para cuando estás alegre. Oh, veo que también escuchas un poco de The Weeknd.

—Parece que me conoces muy bien —dijo Sakura. Sentía una extraña mezcla de diversión y resentimiento por el hecho de que hubiera sabido identificar con tanta exactitud la música que escuchaba según su estado de ánimo.

—Todavía no —replicó él mientras se acercaba a la mesa—, pero estoy en ello.

De repente, Neji estaba muy cerca. Sakura sintió la necesidad de decir algo.

—Tú café se está quedando frío.

Habló rápidamente y, cuando se inclinó sobre la bandeja para entregarle la taza, tiró una cucharilla por la agitación que se había apoderado de ella. Los dos se inclinaron para recogerla al mismo tiempo. Los largos dedos de Neji se cerraron sobre la delicada mano de ella. Al sentir el contacto, Sakura notó una corriente de electricidad por el brazo que se extendió rápidamente por todo su cuerpo. Entonces, levantó el rostro para mirar el de él.

No intercambiaron palabras mientras se miraban. Sakura comprendió la inevitabilidad del momento.

Flashes |Nejisaku| COMPLETA Donde viven las historias. Descúbrelo ahora