CAPÍTULO 1

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Capitulo 1: modelo

La joven delante del escenario se giró bajo los focos. El brillante cabello rosa formó un remolino a su alrededor al tiempo que una marea de expresiones se reflejaban en su impresionante y delicada rostro.

—Eso es, Sakura-chan. Ahora frunce un poco los labios. Son los labios lo que queremos vender —dijo Naruto, que seguía los movimientos de la joven al ritmo con el que se abría y cerraba el obturador de su cámara. —Fantástico —exclamó tras levantarse del suelo, sobre el que estaba agachado. —Terminamos por hoy.

Sakura Haruno se estiró y se relajó un poco. Había posado durante 50 minutos completamente erguida bajo 4 sofocantes focos profesionales siguiendo las indicaciones de su camarografo.

—Menos mal. Estaba agotada. Ahora, me voy a casa a darme un buen baño caliente.

—Sólo piensa en los millones de lápices de labios que tu rostro va a vender.

Naruto apagó las luces. Su atención ya empezaba a vacilar.

—Asombroso.

—Mmm. Así es —respondió él, de modo ausente—. Mañana tenemos la sesión del Shampoo, así que asegúrate de que tienes el cabello en el perfecto estado en el que se encuentra habitualmente. Casi se me había olvidado —añadió. Entonces, se dio la vuelta para mirarla directamente—. Tengo una reunión de negocios por la mañana. Tendré que buscar a alguien para que me sustituya.

Sakura sonrió con afectuosa indulgencia. Llevaba tres años trabajando como modelo y Naruto era su fotógrafo favorito. Trabajaban bien juntos y, como fotógrafo, él era excepcional. Tenía un talento natural para los ángulos, el detalle y para captar el ambiente más adecuado para una fotografía. Sin embargo, era muy desorganizado y distraído, sobre todo lo que no tuviera que ver con su adorado equipo.

— ¿De qué reunión se trata? —preguntó Sakura con paciencia, sabiendo muy bien lo fácilmente que Naruto confundía asuntos tan mundanos como las horas y los lugares cuando éstos no tenían que ver directamente con su cámara.

—Oh, es cierto. No te lo había dicho, ¿verdad? —preguntó.

Ella negó con la cabeza y esperó a que él continuara—. Tengo que ver a Neji Hyūga a las diez en punto.

—¿A Neji Hyūga? —replicó Sakura completamente atónita—. No sabía que el dueño de la revista Hyūga se reuniera con simples mortales. Creía que sólo lo hacía con miembros de la realeza y con las diosas de la moda.

—Bueno, pues a este plebeyo le ha concedido una audiencia —respondió Naruto muy secamente—. De hecho, la secretaria del señor Hyūga se puso en contacto conmigo y lo organizó todo. Me dijo que él quería hablar sobre un proyecto o algo por el estilo.

—Buena suerte. Por lo que he oído de Neji Hyūga, es un hombre al que no se puede ignorar. Duro como el acero y acostumbrado a salirse con la suya.

—No estaría donde está hoy si fuera inocente como un niño de 6 años —dijo Naruto defendiéndose frente al ausente señor Hyūga—. Tal vez su padre y su tío consiguieron amasar una fortuna al inaugurar su revista, pero desde que Neji se hizo del cargo de jefe ha agrandado la suya dos veces al expandirse y desarrollar otras revistas. A pesar de no haber sido el legítimo dueño, Neji ha sabido ganarse y permanecer en su lugar con esfuerzo y trabajo. Es un hombre de negocios con mucho éxito y un buen fotógrafo. No le asusta mancharse las manos.

—Tú sientes simpatía por cualquiera que sepa distinguir una Nikon de una Brownie —le dijo Sakura con una sonrisa —Pero esa clase de hombre no tiene ningún atractivo para mí. Estoy segura de que a mí me daría un susto de muerte.

—A ti nada te asusta, Sakura-chan —afirmó Naruto mientras observaba cómo la alta y blanca mujer recogía sus cosas y se dirigía hacia la puerta —Tendré a alguien para que tome esas fotografías aquí a las nueve y media de mañana.

Sakura asintió con la cabeza. Tomo su bolso y se despidió de su mejor amigo mientras terminaba de acomodar sus pertenecías. Ya fuera del estudio,  tomó un taxi para ir directamente a su apartamento.

Después de tres años en la capital de Japón, se había acostumbrado completamente a aquel gesto. Casi había dejado de pensar en la Sakura procedente de una pequeña granja en el norte de Kanagawa para sentirse como en casa en la bulliciosa ciudad de Tokio.

Tenía veintiún años cuando tomó la decisión de ir a la gran ciudad para tratar de abrirse paso en el mundo de la moda. Pasar de ser una muchacha de una pequeña comunidad para convertirse en modelo de una brillante metrópoli había resultado difícil y en ocasiones aterrador, pero Sakura se había negado a sentirse atemorizada por la dinámica y abrumadora ciudad y, con resolución, había recorrido todas las agencias con su book.

Durante el primer año, los trabajos habían sido muy escasos, pero había aguantado. No quería rendirse para tener que regresar a casa completamente derrotada. Lentamente, se había ido construyendo una reputación y, poco a poco, se la había requerido con más frecuencia. Cuando empezó a trabajar con Naruto recibió el espaldarazo necesario para lanzar su carrera. En la actualidad, su rostro aparecía casi constantemente en las portadas de importantes revistas. Su vida se desarrollaba tal y como ella había deseado. El hecho de que su caché fuera el de una top-model había propiciado que pasara de vivir en un tercer piso sin ascensor a hacerlo en un cómodo apartamento con asombrosa vista.

Flashes |Nejisaku| COMPLETA Donde viven las historias. Descúbrelo ahora