CAPÍTULO 27

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Capitulo 27: Colisión

—Espero que se te congelen los objetivos —replicó Sakura, con una sonrisa.

—Basta ya, Sakura-chan—protestó Naruto mientras seguía tomando fotografías—. Muy bien, con eso servirá.

Al oír aquellas palabras, Sakura se desplomó sobre la nieve fingiendo un desmayo. Naruto se inclinó sobre ella y tomó otra fotografía. Ella se echó a reír.

—¿Son cada vez más largas las sesiones, Naruto, o es impresión mía?

—Es impresión tuya —respondió él—. Ya has pasado la cima de tu carrera. A partir de ahora todo irá cuesta abajo —bromeó.

—Ya te enseñaré yo lo que es ir cuesta abajo —replicó Sakura. Se puso rápidamente de pie y agarró un puñado de nieve.

—No, Sakura-chan, no —suplicó Naruto mientras protegía su cámara—. Recuerda las fotos que acabo de tomar. No pierdas el control —añadió. Entonces, se dio la vuelta y echó a correr hacia la cabaña.

—Que he pasado la cima de mi carrera, ¿eh? ¡Toma!

La bola de nieve golpeó a Naruto de lleno en la espalda. A continuación, echó a correr tras él y, cuando lo alcanzó, se le subió a la espalda y comenzó a golpearle en la cabeza.

—Tú sigue —le dijo Naruto transportándola en su espalda sin esfuerzo alguno—. Estrangúlame, cáusame una conmoción cerebral... pero no se te ocurra tocar la cámara.

Justo cuando se acercaban a la cabaña, Neji salió de su interior.

—Hola, Naruto—dijo—. ¿Ya han acabado?

—Señor Hyuga —comentó ella en tono muy serio —, tengo que hablar con usted. Creo que debemos contratar un nuevo fotógrafo. Éste acaba de sugerir que mi carrera va cuesta abajo.

—Yo no tengo la culpa —protestó Naruto —. Figuradamente, llevo meses contigo en brazos y ahora te transporto literalmente. Creo que estás engordando.

—Eso es el colmo —protestó ella—. Ahora ya no me queda elección. ¡Tengo que matarlo!

—Déjalo durante unos días, ¿de acuerdo? —le pidió Hinata, que acababa de aparecer en la puerta—. Él no lo sabe todavía, pero voy a llevarlo a dar un paseo por el bosque.

—Muy bien —afirmó Sakura—. Eso debería darme el tiempo suficiente para considerar mi decisión. Déjame en el suelo, Naruto. Te acabo de conceder un indulto.

—¿Tienes frío? —le preguntó Neji a Sakura, cuando entraron en la cabaña y ella comenzó a despojarse del mono de esquiar.

—Estoy congelada. Hay algunos entre nosotros que tienen anticongelante en vez de sangre en las venas.

—Ejercer de modelo no es sólo glamour y sonrisas, ¿verdad? —preguntó Neji mientras ella se sacudía la nieve del cabello—. ¿Estás satisfecha? —quiso saber él de repente—. ¿No deseas nada más?

—Ésta es mi profesión y es lo que sé hacer.

—Pero, ¿es lo que quieres hacer? —insistió él—. ¿Es lo único que deseas hacer?

— ¿Lo único? A mí me parece que es más que suficiente —replicó ella.

Sakura la observó durante un instante. Entonces, se dio la vuelta y se marchó. Incluso con vaqueros, se movía con una gran elegancia. Completamente perpleja, Sakura observó cómo desaparecía por el pasillo.

La tarde pasó muy tranquilamente. Sakura se tomó el chocolate caliente con el que tanto había soñado y dormitó un rato sobre una butaca que había al lado del fuego. A continuación, observó cómo Neji y Gaara jugaban al ajedrez.

Ino no dejaba a Neji ni un solo instante, a pesar de que seguía la partida con evidente aburrimiento. Cuando terminaron de jugar, insistió en que Neji le mostrara el bosque. A Sakura le resultó evidente que no estaba pensando ni en los árboles ni en las ardillas.

Poco a poco, empezó a oscurecer. Ino, con aspecto algo enojado después de su paseo, se quejó sobre el frío y luego anunció como si se tratara de una reina que iba a darse un baño durante al menos una hora.

Cenaron un guisado de carne, que disgustó profundamente a la rubia. Compensó su descontento bebiendo más vino del aconsejable. Nadie prestaba atención alguna a sus innumerables quejas, por lo que la cena pasó con el ambiente relajado de personas que se han acostumbrado a la compañía de los demás.

Una vez más, Sakura, Tenten y Hinata se hicieron cargo de la cocina. Estaban a punto de terminar de recoger cuando Ino entró, con otra copa de vino en la mano.

—¿Han acabado ya con nuestros quehaceres femeninos? —les preguntó con un profundo sarcasmo.

—Sí. Te agradecemos profundamente tu ayuda —replicó Tenten mientras metía los platos en un aparador.

—Si no les importa, me gustaría hablar con Sakura.

—No, claro que no me importa —contestó la castaña. Sin inmutarse, siguió guardando platos.

Ino se dirigió hacia el fogón, que Sakura se estaba ocupando de limpiar.

—No pienso tolerar tu comportamiento durante más tiempo —le espetó.

—Muy bien. Si prefieres hacerlo tú... —replicó. Acto seguido, le ofreció el estropajo con el que estaba limpiando.

—Te vi esta mañana revoleándote con Neji —le espetó Ino.

—¿Sí? —repuso Sakura. Entonces, volvió a centrar toda su atención en la limpieza de la cocina—. En realidad, estaba tirándole bolas de nieve. Yo creía que tú estabas dormida.

—Neji me despertó cuando se levantó de la cama.

Ino había hablado con voz suave, pero la implicación de sus palabras resultaba evidente. El dolor se apoderó de Sakura. ¿Cómo podía haber abandonado Neji los brazos de una mujer para ir tan fácilmente a los de otra? Cerró los ojos y se sintió palidecer. La diversión y la intimidad que habían compartido aquella mañana carecía de significado. Se aferró a su orgullo desesperadamente y volvió a enfrentarse con Ino.

—Cada uno tiene derecho a tener sus gustos —replicó.

Ino se ruborizó dramáticamente. Tras lanzar un furioso juramento, arrojó el contenido de la copa sobre el jersey de Sakura.

—¡Con eso has ido demasiado lejos, Ino! —explotó Hinata, muy enojada—. No te vas a salir con la tuya en esto.

—Perderás tu trabajo por haberme hablado así.

—Inténtalo. Cuando mi PRIMO vea que...

— ¡Ya basta! —las interrumpió Sakura—. No te molestes, Hinata. No vale la pena.

...

Flashes |Nejisaku| COMPLETA Donde viven las historias. Descúbrelo ahora