CAPÍTULO 20

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Capitulo 20: Arriesgar

—No lo sé —suspiró ella—. Algunas veces Tokio me parece tan lleno de gente... Me siento encerrada.

—Pensábamos que eras feliz allí.

—Lo era... Lo soy... Es un lugar muy emocionante y lleno de muchas clases diferentes de personas —le dijo a su padre—, pero, algunas veces, echo de menos la tranquilidad, la paz, los espacios abiertos... No me hagas caso. Es una tontería —añadió, mientras seguía midiendo el grano—. Últimamente he sentido algo de añoranza, eso es todo. El proyecto que acabo de terminar era fascinante, pero me ha exigido mucho...

—Sakura, si no eres feliz, si hay algo que te preocupa, quiero ayudarte.

Durante un instante deseó apoyarse sobre el hombro de su padre y contarle todas sus dudas y frustraciones, pero, ¿de qué serviría hacerle llevar a él también aquella carga? ¿Qué podría hacer su padre sobre el hecho de que ella amaba a un hombre que sólo la consideraba una diversión temporal, un bien de mercado para poder vender más revistas? ¿Cómo podía explicarle que estaba triste porque había conocido a un hombre que le había robado el corazón para rompérselo en mil pedazos sin esfuerzo alguno? Sacudió la cabeza y le dedicó una sonrisa a su progenitor.

—No es nada. Supongo que sólo es un poco de agotamiento tras haber terminado el proyecto «Depresión posfotográfica».Voy a dar de comer a las gallinas.

Muy pronto, la casa se llenó de gente. El eco de las voces, de las risas y de los sonidos de los niños resonó en la granja. Las tareas familiares y el afecto sincero la ayudaron a olvidarse temporalmente del vacío que seguía obsesionándola.

Cuando, al final de la jornada, sólo quedó el silencio, Sakura permaneció sola en el salón. No deseaba buscar la comodidad de su dormitorio. Se acurrucó en un sillón y observó las luces del árbol mientras bebía una taza con chocolate caliente . Sin poder evitarlo, comenzó a especular sobre cómo habría pasado Neji aquel día festivo. Tal vez habría estado a solas con Ino o los dos habrían asistido a una fiesta en el club de campo comiendo platillos deliciosos y degustando copas de los mejora vinos. Seguramente en aquellos momentos, los dos estaban sentados delante de un buen fuego. Ino estaría entre los brazos de Neji, ataviada con aquel hermoso camisón...

Sintió un dolor tan fuerte como el que habría causado la punta de una flecha. Inmediatamente, se vio envuelta por una tortuosa combinación de celos y desesperación. Sin embargo, no consiguió borrar la imagen de su pensamiento.

Unas suaves pisadas interrumpieron los tortuosos pensamientos de Sakura. Era su madre, caminaba despacio entre la penumbra del lugar hasta tomar asiento junto a su hija.

—¿Qué ocurre manzanita? Es muy tarde ya —Dijo su madre con confusión.

—No pasa nada mamá. Sólo quise disfrutar de la paz del campo antes de partir —respondió sin quitar la mirada del brillante pino.

—Pero aún faltan un par de días, Sakura.

—Si, pero me gustaría disfrutar todo lo posible antes de partir -mintió y su madre tocó su hombro.

—Es un chico, cierto.

—¿Qué? No... No no... Es yo —tartamudeo y se maldijo así misma por no poder disimular sus nervios al ser descubierta.

—Sakura, te conozco. Sé cuando una mujer sufre por amor y tú muestras todos los síntomas de un enamoramiento.

—Mamá...

—Sakura, desde adolescente has demostrado ser una chica segura de si misma. Y la idea de enamorarte nunca estuvo en tus planes, aún así tu corazón es tan grande que se esta abriendo a la posibilidad de amar.

Flashes |Nejisaku| COMPLETA Donde viven las historias. Descúbrelo ahora