CAPÍTULO 5

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Capitulo 5: Inocencia

—Entiendo —susurró ella. Inconscientemente, comenzó a morderse el labio inferior.

—No tienes que reaccionar como si yo te hubiera hecho una proposición indecente, Haruno —dijo Neji, con voz seca—. Sólo se trata de un acuerdo de negocios.

—Eso lo comprendo perfectamente, señor Hyūga —repuso ella en tono desafiante—. Lo que ocurre simplemente es que nunca he firmado un contrato para un proyecto a largo plazo.

—No tengo intención alguna de permitir que te escapes. Los contratos son obligatorios, para Naruto y para ti. Durante los próximos meses, no quiero que se distraigán con otros trabajos. Económicamente, los compensaré con creces. Si tienén alguna queja en ese sentido, lo negociaremos. Sin embargo, mis derechos para disponer de tu rostro durante los próximos seis meses serán exclusivos.

Neji quedó en silencio mientras observaba la amplia variedad de expresiones que se reflejaban en el rostro de Sakura. Efectivamente, la joven se sentía muy atraída por el proyecto, aunque no por el hombre que se lo había propuesto. Sería un trabajo fascinante, pero le costaría atarse a un único cliente durante un periodo de tiempo tan largo. No podía evitar pensar que firmar un contrato era como perder su libertad.

Un contrato a largo plazo equivalía a un compromiso a largo plazo.

Finalmente, se deshizo de toda su cautela y le dedicó a Neji una de las sonrisas que habían hecho que su rostro fuera conocido por todos en el mundo de la moda y alta costura.

—Tiene su rostro.

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Neji se movió muy rápidamente. En menos de dos semanas, se habían firmado los contratos y se había acordado «que las sesiones fotográficas empezaran a principios de octubre. La primera imagen que habían de conseguir era la de la inocencia juvenil y la sencillez inmaculada.

Sakura se reunió con Naruto en un parque que Neji había seleccionado. Aunque la mañana era fresca y luminosa y el sol se filtraba cálidamente a través de los árboles, el parque estaba desierto. Sakura no pudo evitar preguntarse si el autocrático señor Hyūga sería el responsable de aquella soledad.

Unos vaqueros remangados hasta la mitad de la pantorrilla y jersey de cuello de cisne de color rosa pastel era la ropa que se había elegido para la sesión. Sakura se había recogido su brillante cabello en un pequeño moño atado con cinta azúl. Se había aplicado un ligero maquillaje, basándose simplemente en la natural belleza de su piel. Era la quintaesencia de la juventud sincera y vibrante y sus ojos de un verde jade brillaban de anticipación.

—Perfecto —le dijo Naruto —Joven e inocente. ¿Cómo lo has conseguido?

—Yo soy joven e inocente, ignorante —replicó ella arrugando la nariz.

—Muy bien. ¿Ves eso? —le preguntó Naruro mientras señalaba un parque infantil en el que había columpios, barras y un tobogán—. Ve a jugar, niñita, y deja que este ignorante te tome unas fotos.

Sakura echó a correr hacia el columpio. Allí, se dio una total libertad de movimientos. Se estiró por completo e inclinó la cabeza hacia el suelo mientras sonreía al brillante cielo. A continuación, se subió al tobogán y levantó los brazos. Entonces, tras soltar un grito de desinhibida alegría, se deslizó hasta el suelo para acabar con el trasero sobre la tierra. Naruto no dejaba de tomar fotografías desde varios ángulos, siempre dejando que fuera ella la que dirigiera la sesión.

Flashes |Nejisaku| COMPLETA Donde viven las historias. Descúbrelo ahora