ᴍᴀɴɪᴀᴄ

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Maniac: Las personas como tú sólo quieren recuperar lo que no pueden tener.
‒Conan Gray


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Caminaba hacia la casa de Emma y Mikey. Era un día lluvioso, sin embargo, le pareció un día perfecto para irse a dormir a casa de su amiga, y como Hinata no podía, pues decidió pedírselo a Emma. Miraba el cielo a través de su paraguas transparente y escuchando el sonido de las gotas chocando con este único.

Al llegar a la casa de su amiga, tocó a la puerta y esperó unos segundos hasta que abrieron la puerta. Era Mikey quién la había abierto, la chica le miró haciendo mentalmente una sonrisa aunque por fuera tenía una cara seria.

- Neftis - exclamó el chico mirándola.

- Hola, Manjiro-kun - saludó intentando sonar graciosa.

- Emma está en su habitación - habló mientras entraba a la casa sin hacerle mucho caso dejando la puerta abierta para que entrara.

- Oh, está bien - contestó desconcertada entrando a la casa y cerrando la puerta. - ¿Cómo estás?

- Bien, ¿y tú? - la miró de reojo.

- Bueno, con algunas cosas en mente - parecía que le pasaba algo, pero no quería molestarle.

Se produjo un silencio incómodo,no entendía lo que le pasaba al chico, y tenía miedo hablar sobre algo y que no sea eso.

- ¿No tienes nada que decirme? - preguntó el chico haciendo que la chica analizara la situación antes de hablar.

- Bueno, Kisaki... - pensó en cómo decirlo por un momento y luego continuó. - Me encontré con Kisaki el otro día.

- ¿Qué te dijo exactamente? - preguntó serio mirándola.

Miró un momento a su alrededor nerviosa. Repitió algunas de las palabras que le dijo el otro chico sin mirar al chico a los ojos. Este asintió repetidas veces.

- ¿Te has vuelto a encontrar con él? - preguntó el chico levantando una ceja.

- No, siempre que iba a ir sola a algún sitio, Chifuyu me acompañaba para no encontrarme con él - respondió todavía en un tono bajo.

- ¿Se lo dijiste a Chifuyu y a mí no? -preguntó antes de crear un silencio en la habitación. - Nunca dudes en contarme nada, todo es importante, sólo recuérdalo.

-Está bien.

Se sentía regañada por aquel chico. No era mucho más mayor que ella, e incluso se notaba lo infantil que era, pero parecía que era serio con lo que le importaba, algo admirable. Emma llegó al salón dónde se encontraba Mikey sentado en el sofá y Yuna de pie recién llegada.


- ¿Por qué coño querías que viniera a la estación de Shibuya? - pregunta Yuna siguiéndole.

- Vamos a llegar a la cima del mundo de los delincuentes - contesta Takemichi dando pasos largos.

- ¿A qué te refieres con eso? - pregunta Chifuyu intentando seguirle el paso junto a la chica.

- ¿No os dais cuenta?Chifuyu, tú incluso tienes "La biblia" y no lo ves.

- Yo también tengo una biblia en casa, me la he leído entera por obligación una vez y aun así no se te entiende - exclama la chica molesta.

- No me refería a eso, me refiero a "Shonan Junai Gumi" y "Bukkomi No Taku", lo que esos mangas nos han enseñado - habló el chico cerrando los ojos.

- Tanto viaje en el tiempo no le ha sentado bien - le susurra la pelinegra en el oído a Chifuyu.

- Tienes toda la razón - concordó con ella el contrario.

- Todo se lleva a cabo en Kanagawa - exclamó mirándoles. - Chifuyu, Yuna-chan, para ser el mejor de los delincuentes, ¡hay que derrotar a los delincuentes de Yokohama!

- ¿Eres tonto? -pregunta mirándole desconcertado.

- Venga, ¡vamos a Yokohama!

- Mejor ve tú sólo - recomendó ella.

- Nos vemos - se despidió Chifuyu. - No tengo nada que hacer allí menos ir a Chinatown y comer. Además, el pasaje es muy caro.

- Yuna - dijo el chico poniendo ojitos.

- Mierda - maldijo mientras iba tras él despidiéndose del tercero. - Sólo voy para asegurarme de que no se mete en líos.

- Me traéis recuerdos, ¿sí? - se despide el rubio que no iba a ir.

Caminaron hasta la zona del metro en donde todo se ponía más tenso. Un escalofrío recorrió la espalda de la chica, algo malo iba a pasar. Se detuvo y puso una mano en el hombro del chico haciendo que este también se parara.

Poco después, un montón de personas con pintas de delincuentes salieron del metro. Dieron un paso hacia atrás mirando el tenso ambiente que habían traído estas personas con ellos.

- Quitaros del medio, gilipollas - gritó un chico más alto que ellos asustándoles a ambos.

- ¿Eres un delincuente? - le preguntó un compañero del anterior al rubio dejándolo sin palabras. - ¡Oye, trae aquí al otro!

Uno más de ellos se acercó hasta allí llevando a una persona golpeada. Este último era Akkun, la chica lo reconoció al segundo, y el odio comenzó a expandirse por su cuerpo. Crujió sus dedos y comenzó a estirar brazos y piernas acabando por crujir su cuello.

Antes de que pudiera seguir hablando, saltó girando como si estuviera en patinaje artístico dándole una pata al contrario provocando que caiga soltando a Akkun. Tras eso, se acercó al último para ayudarle a mantenerse en pie.

- ¿Estás bien? - preguntó.

- Sí, gracias.

- Takemichi, Yuna-chan, huid con él, yo me encargo -afirmó el chico.

- Yo puedo quedarme contigo - sugiere ella ayudando al de pelo oscuro a subirse a la espalda del rubio. - Corre, yo iré detrás.

Takemichi hizo caso a la chica y comenzó a correr, sin embargo, comenzó a pelear junto a Chifuyu. No iba a dejarle sólo, eso era en lo único en lo que pensaba la chica.

Fue a dar un golpe, pero alguien por detrás la detuvo y la forzó para inmovilizarla. Su amigo quería ir a ayudarla, pero había muchas personas entre ambos. Aunque seguía dando patadas, no la dejaban en el suelo.

- Es bonita la chica - habló uno de ellos mirándola.

- Ni se os ocurra tocarla - avisó una voz familiar para ella. - Todavía no es el momento.

Le dieron un golpe a la chica dejándola inconsciente provocando que se estuviera quieta.


Su ojos se abrieron lentamente. Esperó un momento a que su vista dejara de estar nublosa. Iba en la espalda de alguien, un castaño con pelo alborotado.

- Ha abierto los ojos - anuncia una voz a un lado de ella.

- Perfecto -hizo que la chica bajara de su espalda aunque no aguantó ni 2 segundos antes de casi caer. - Ups, cuidado.

Miró a su alrededor con la vista que iba y volvió viendo unos segundos antes de volver a ver borroso y así repetidas veces. Eran los gemelos Kawata los que estaban allí.

- Akkun, llevárosla y curadla antes de llevarla a su casa - recomendó Takemichi.

- Adónde vais a ir - preguntó ella en un hilo de voz.

- Tranquila, cuidaremos de ellos - rió Nahoya revolviendo el pelo de la chica. - Tú debes ir a descansar, lo hiciste muy bien.


卍«𝙿𝚊𝚛𝚊𝚍𝚘𝚡»→ ⌜ᴛᴏᴋʏᴏ ʀᴇᴠᴇɴɢᴇʀꜱ-ᴍɪᴋᴇʏ ⌟Donde viven las historias. Descúbrelo ahora